Un estudio reciente ha revelado que aproximadamente uno de cada tres estadounidenses conoce a alguien que ha fallecido a causa de una sobredosis de drogas. Esta encuesta fue realizada por investigadores de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, y los resultados fueron publicados el viernes. De los más de 2.300 adultos que respondieron a la encuesta, el 32% informó que alguien de su entorno murió por una sobredosis de drogas, informó la escuela.
Según los datos recogidos, para el 18,9% de esos encuestados, la persona que falleció era un familiar o un amigo cercano. Esta elevada cifra resalta la amplitud y profundidad de la crisis de sobredosis de drogas en Estados Unidos, impactando tanto a individuos como a comunidades enteras.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que más de 100.000 personas han muerto anualmente por sobredosis de drogas en los últimos años. Desde 1990, más de un millón de personas en Estados Unidos han perdido la vida debido a sobredosis, con la mayoría de esas muertes vinculadas a los opioides. Entre estos, los opioides sintéticos como el fentanilo han sido un factor determinante, informó el CDC.
El estudio también reveló una conexión entre la pérdida de seres queridos por sobredosis y la percepción de la adicción como una cuestión política significativa. De acuerdo con los investigadores, aquellos que han experimentado la muerte de un conocido por sobredosis son más propensos a considerar la adicción como una “cuestión política extremadamente o muy importante” y a abogar por cambios en las políticas.
Alene Kennedy-Hendricks, quien dirigió el análisis, aseguró en un comunicado de prensa que “la crisis de sobredosis de drogas se trata de una tragedia nacional”. A pesar de que muchos adultos estadounidenses están afectados por la pérdida de seres queridos debido a sobredosis, este grupo puede no ser tan visible como otros afectados por problemas de salud menos estigmatizados, señaló Kennedy-Hendricks. Además, sugirió que los movimientos que buscan apoyo para cambios en las políticas deberían considerar el papel potencial de esta comunidad en la lucha contra la crisis de sobredosis.
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas realizó un estudio reciente que mostró que más de 321.000 niños en Estados Unidos han perdido a sus padres por sobredosis en la última década. Estas muertes no solo afectan a los individuos y sus familias, sino que también tienen implicaciones a largo plazo para las comunidades y las políticas públicas.
El estudio también abordó el impacto económico de la crisis de opioides en Estados Unidos. De acuerdo con la encuesta, los costos económicos generados por esta crisis superan los mil millones de dólares al año. Estos costos incluyen gastos médicos, pérdida de productividad y otros factores relacionados con la salud pública y la seguridad.
La encuesta demuestra que la epidemia de sobredosis de drogas es una cuestión transversal que afecta a personas de todos los espectros políticos. Sin embargo, aquellos que han perdido a alguien por sobredosis están más comprometidos con la idea de que la adicción debe ser una prioridad política y se muestran más dispuestos a apoyar iniciativas que busquen cambios en las políticas públicas.
Para abordar la crisis de sobredosis, los investigadores sugieren que las políticas deben centrarse no solo en la prevención y el tratamiento, sino también en la adopción de enfoques basados en la evidencia para reducir el estigma asociado con la adicción. Consideran que un enfoque integral podría ayudar a mitigar el impacto devastador de esta crisis en la sociedad estadounidense.
Este creciente reconocimiento de la magnitud de la crisis ha llevado a una mayor presión para que se implementen cambios en las políticas, dirigidos a reducir tanto la incidencia de sobredosis como el estigma asociado con el uso de drogas. A medida que más personas reconocen la importancia de esta cuestión, se espera que surjan movimientos y coaliciones que aboguen por una respuesta más fuerte y coordinada a la epidemia de sobredosis en Estados Unidos.