El sur de Florida enfrenta un problema serio y oculto: el aumento del nivel del mar amenaza con inundar miles de sistemas sépticos en la región, lo que podría desatar una crisis de salud pública y ambiental. Según reporta el Washington Post, desde 2010 el nivel del mar ha subido al menos 15 centímetros (6 pulgadas) en diversas partes del sur de Estados Unidos, desde Texas hasta Carolina del Norte.
El dilema es vivido de cerca por residentes como Mónica Arenas, quien, junto a su familia, ha sufrido el retroceso de su sistema séptico tras lluvias intensas. “Fue una pesadilla”, relató Arenas, quien a menudo debió recurrir a la casa de su suegra para realizar tareas básicas como ir al baño o lavar la ropa. Historias como la de Arenas se repiten en numerosos hogares cercanos a la Bahía de Biscayne, donde los tanques sépticos fallan y desembocan en las calles, aumentando la preocupación por patógenos y la posibilidad de enfermedades.
Andrew Wunderley, director ejecutivo de Charleston Waterkeeper, subrayó: “Estas son bombas de tiempo bajo tierra que, cuando fallan, contaminarán”. Los sistemas sépticos deben estar sobre una cantidad adecuada de suelo seco que filtre los contaminantes. Sin embargo, el aumento del nivel del mar y las lluvias extremas están elevando el nivel freático, reduciendo esta capacidad de filtración y exponiendo a las comunidades a aguas contaminadas.
Según el Condado de Miami-Dade, se estima que existen aproximadamente 120,000 sistemas sépticos en la zona, de los cuales la mitad podrían verse “comprometidos periódicamente” durante tormentas severas o años especialmente húmedos. El reto es elevado, ya que erradicar los tanques sépticos podría costar hasta 4 mil millones de dólares. Las autoridades locales y estatales trabajan contrarreloj para captar fondos y desmantelar la mayor cantidad posible de estos sistemas obsoletos.
El problema no se limita a Florida. En Georgia, se han documentado más de 55.000 sistemas sépticos cerca de la costa atlántica. En Carolina del Norte, los investigadores estiman que unos 1 millón de sistemas descargan en las vías fluviales locales. La situación es tal que ante lluvias intensas, los campos de drenaje séptico se inundan, lo que podría permitir que las aguas residuales no tratadas lleguen al agua potable, señaló Mike O’Driscoll, profesor de estudios costeros en la Universidad de East Carolina.
Un informe del Condado de Miami-Dade de 2018 alerta sobre los riesgos “inmediatos” para la salud pública a medida que los niveles de agua subterránea siguen en aumento. Raquel Regalado, comisionada del condado, afirmó: “Sabemos lo que viene, es un desastre ambiental a punto de ocurrir”. Regalado lidera la lucha para eliminar gradualmente estos sistemas y conectar los hogares a la red de alcantarillado municipal. Sin embargo, estos esfuerzos también enfrentan el desafío colosal de la financiación.
Más al norte, en Carolina del Sur, organizaciones como Charleston Waterkeeper y Coastal Conservation League han presentado demandas contra la aprobación de nuevos permisos sépticos sin considerar adecuadamente el impacto del aumento del nivel del mar y tormentas más intensas. Estas disputas legales subrayan la urgencia de abordar un problema que está pasado de ser una molestia a un peligro constante.
Los ejemplos de éxito son pocos y costosos. En los Cayos de Florida, el estado de Florida se vio obligado a erradicar decenas de miles de sistemas sépticos, logrando una mejora sustancial en la calidad del agua, a un costo aproximado de mil millones de dólares. Del mismo modo, Georgia ha avanzado en la creación de una base de datos robusta para mapear los sistemas sépticos restantes, lo que permitirá una mejor planificación territorial.
Una de las historias más representativas es la de Elizabeth Fata Carpenter, cuya casa en El Portal sufría constantes inundaciones debidas a un sistema séptico comprometido. Carpenter expresó que las aguas llenaban su jardín y se preocupaba por la calidad del agua en el cercano Little River. “Sabemos que el agua de la inundación en nuestra propiedad es agua de tanque séptico”, afirmó Carpenter. Su preocupación es compartida por el alcalde de El Portal, Omarr Nickerson, quien lucha por obtener los USD 50 millones necesarios para conectar las casas al sistema de alcantarillado municipal.
Sin embargo, algunos residentes han visto un cambio positivo. Mónica Arenas es una de las primeras en beneficiarse de la iniciativa del condado para reemplazar los sistemas sépticos. “Ha cambiado 100 por ciento”, dijo Arenas, feliz de no tener que preocuparse más por el agua tóxica en su jardín.
¿Qué es un sistema séptico?
Un sistema séptico es un método de tratamiento de aguas residuales utilizado principalmente en áreas rurales y suburbanas donde no existe acceso a un sistema de alcantarillado centralizado. Consiste en un tanque subterráneo donde se recogen y tratan las aguas residuales de una vivienda. En el tanque, los sólidos se asientan en el fondo y se descomponen parcialmente mediante procesos biológicos, mientras que los líquidos fluyen a través de un campo de drenaje (también conocido como campo de lixiviación o lecho de absorción), donde se filtran en el suelo circundante.
Un sistema séptico trata y elimina las aguas residuales cuando una casa no está conectada a un sistema de alcantarillado público. Los sistemas sépticos que no están debidamente manejados pueden conducir a la contaminación de nuestras aguas superficiales, recursos de aguas subterráneas y pozos.