La Casa Blanca cree que la muerte de Raisi dilatará las negociaciones para un cese del fuego en Gaza y la libertad de los rehenes israelíes

El accidente suspendió el diálogo en Qatar y Omán para lograr una tregua entre Israel y Hamas. En la Casa Blanca sostienen que se abre un compás de espera hasta que termine el luto oficial y se acomoden las nuevas autoridades

Joe Biden antes de su discurso en la ceremonia de graduación de los alumnos de la Universidad de Morehouse (Atlanta)

(Desde Washington, Estados Unidos) La Casa Blanca asumió que la muerte del presidente iraní Ebrahim Raisi dilatará las negociaciones emprendidas en Qatar y Oman para lograr un cese del fuego entre Israel y Hamas, la libertad de los rehenes secuestrados por el grupo terrorista y la ejecución de un plan de largo alcance destinado a aplacar la crisis humanitaria que la guerra desató en Gaza.

El líder supremo de Irán, Alí Khamenei, dispuso cinco días de luto y la designación de Ali Bagheri como canciller en reemplazo de Hossein Amirabdollahian, que también falleció en el accidente del helicóptero presidencial.

Raisi, acorde a las normas de la Constitución de Irán, fue sucedido por el vicepresidente Mohammad Mokhber, quien permanecerá en el cargo por cincuenta días hasta las próximas elecciones. Si no surgen obstáculos inesperados, Mojtaba Khamenei -hijo del líder Khamenei-, asumirá la presidencia antes de fin de año.

Tras el ataque terrorista de Hamas a Israel y la guerra que inició a continuación en Gaza, Estados Unidos junto a Qatar habían articulado un mecanismo de negociación que permitía un diálogo permanente entre Jerusalén, Teheran, Doha, Ryad y Washington.

Las conversaciones tuvieron altibajos y sus resultados dependían -en ultima instancia- de las posiciones políticas que esgrimían los terroristas en Gaza y en el Gabinete de Guerra de Israel. Hubo sólo un cese del fuego con liberación de rehenes y ayuda humanitaria, y después todo se trabó con el ataque israelí al consulado de Irán en Damasco y la réplica de Teherán con 300 misiles que fue contenida a tiempo.

Sin embargo, el backchannel construido por Estados Unidos y Qatar estaba en funcionamiento, y hasta la muerte de Raisi fue clave para avanzar en una nueva tregua que, a la vez, se negociaba en Oman con representantes directos del régimen iraní y delegados enviados por Washington.

Un cartel del expresidente iraní Raisi se desplegó en una calle céntrica de Teherán

Brett McGurk, asesor de Biden para Medio Oriente, y Abram Paley, enviado especial adjunto para Irán, estuvieron hace diez días Omán. Sus instrucciones consistían en lograr que Irán redujera el soporte logístico y la provisión de armamentos a Hezbollah, Hamas y los Hutíes. El temor de la Casa Blanca es que la guerra en Gaza desemboque en un conflicto total en la región.

Estados Unidos rompió relaciones con Irán tras la revolución de 1979, y desde ese momento los contactos son oblicuos y a través de representantes designados por sus aliados en el mundo árabe. En esta oportunidad, en Oman, McGurk y Paley se ubicaron en una sala, mientras que los representantes iraníes estaban en otro despacho cercana. Las negociaciones avanzaron y las partes se comprometieron a una nuevo cónclave antes que concluyera mayo.

Pero la muerte de Raisi frenaron las conversaciones en Oman. Los representantes iraníes sólo regresarán a ese país árabe cuando concluya el duelo de cinco días, informen en detalle sobre las negociaciones al nuevo canciller Ali Bagheri y al presidente de transición Mohammad Mokhber, y fundamentalmente, el líder religioso Alí Khamenei interprete que la muerte de Raisi no colocó en una situación de debilidad a Irán.

En este delicado escenario diplomático, la Casa Blanca rescató que Hamas haya emitido un comunicado ratificando que la muerte de Raisi fue consecuencia de un accidente causado por las condiciones climáticas y que Israel -a continuación- utilizará a un importante funcionario de su Gabinete de Guerra para afirmar que no era responsable de la muerte del expresidente iraní.

Las declaraciones de Hamas y del gobierno de Israel contienen la posibilidad de establecer la teoría del atentado contra Raisi, y permite atravesar este período transición hacía la apertura de una nueva mesa de diálogo en Qatar y Oman.

No obstante, la situación continúa incierta y hay preocupación en Washington. Teherán no tiene intenciones de revertir su programa nuclear, y mantendrá el suministro de armas, entrenamiento y logística a Hamas en Gaza, Hezbollah en El Líbano y a los Hutíes en Yemen, si no se llega a un acuerdo que -necesariamente- involucrará a Qatar y Arabia Saudita.

Antony Blinken durante un encuentro oficial con Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, primer ministro de Qatar

En el actual contexto de crisis, y frente al rol que protagonizaba el excanciller Hossein Amirabdollahian, en DC consideraron una una decisión acertada que Alí Khamenei haya designado a Ali Bagheri como canciller iraní. Ali Bagheri tiene experiencia diplomática y se aguarda que no sea un obstáculo ideológico al momento de avanzar en las negociaciones.

Pese a su avanzada edad y su declinación física, Alí Khamenei controla la agenda política de Irán. Mohammad Mokhber, asumió la presidencia invocando el artículo 131 de la constitución iraní, y se aguarda una limitada puja palaciega cuando llegue el momento de designar al futuro presidente formal.

Todas las señales indican que Mojtaba Khamenei -hijo del líder Khamenei- asumirá la presidencia y tratará de coronar lo que el destino le prohibió a Raisi: fusionar en un sólo cargo la representación política y el liderazgo religioso.

Mientras tanto, la Casa Blanca aguarda que pase el luto de cinco días en Irán y que las negociaciones inicien de nuevo para acordar un alto el fuego. No ocurriría antes del comienzo de junio.