En un caso que ha sacudido la comunidad de Boise, Idaho, Alexander Louie, de 34 años, ha sido sentenciado a 30 años de cárcel tras intentar transmitir intencionadamente el VIH a varias personas, incluidos menores de edad, así fue detallado en CBS News. La investigación, que culminó con su detención y posterior condena, reveló que Louie mantuvo relaciones sexuales con entre 30 y 50 hombres y niños, sin revelar su condición de seropositivo. Este deplorable acto ha sido catalogado por las autoridades como un peligro claro para la comunidad, especialmente para los más jóvenes.
La fiscalía del condado de Ada difundió esta información, subrayando que el acusado confesó no haber seguido su tratamiento antirretroviral, aumentando deliberadamente el riesgo de contagio. Jan Bennetts, fiscal del condado, enfatizó el impacto negativo de los actos de Louie en la comunidad, agradeciendo al detective del sheriff y al equipo de juicio por su arduo trabajo. “Los repetidos y atroces delitos de este acusado impactaron negativamente a muchas personas en nuestra comunidad”, apuntó Bennetts.
El caso llegó a las autoridades en agosto de 2023, cuando un detective encubierto inició un acercamiento online con Louie, quien creía estar comunicándose con un adolescente de 15 años. Tras intercambiar fotografías inapropiadas y planear un encuentro, Louie fue arrestado en septiembre de 2023 bajo cargos de tentación infantil. La investigación posterior reveló la verdadera magnitud de sus acciones y la intencionalidad detrás de ellas.
“El acusado mintió a sus posibles parejas sobre su estado serológico respecto del VIH y luego deliberadamente tuvo contacto sexual tanto con hombres como con adolescentes con la esperanza de transferirles el VIH”, informó la fiscalía, destacando la premeditación en los actos de Louie. Como parte de un acuerdo de declaración de culpabilidad, se declaró culpable de un cargo de agresión sexual a un menor, tentación de un niño a través de Internet y transferencia de fluidos corporales.
En la sentencia del 3 de mayo, el juez de distrito Derrick O’Neill condenó a Louie a 30 años de prisión, con la posibilidad de libertad condicional después de 16 años. O’Neill describió las acciones de Louie como la “definición Webster de un depredador”, resaltando la naturaleza calculadora y dañina de sus crímenes.
Este caso pone de manifiesto los peligros inherentes a la no divulgación del estado del VIH y la explotación de menores en Internet. La sentencia esperada es un recordatorio firme de las consecuencias legales de tales actos y la importancia de proteger a la comunidad, especialmente a los más vulnerables, de individuos que buscan hacerles daño.