Jareh Sebastian Dalke, un ex empleado de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA), fue condenado este lunes 29 de abril a casi 22 años de prisión por intentar vender información clasificada a Rusia.
El juez del distrito de Estados Unidos, Raymond Moore, describió la sentencia como un acto de “misericordia” dada la gravedad de las acciones de Dalke, afirmando que estas fueron “descaradas, atrevidas y, en mi opinión, deliberadas”, llegando a calificarlas como una traición a la nación.
De acuerdo con CNN, Dalke, de 32 años y veterano del ejército estadounidense originario de Colorado, trató de negociar la venta de secretos con quien creía que era un agente del gobierno ruso, pero en realidad se trataba de un agente del FBI que trabajaba encubierto.
“Este acusado, que había jurado defender nuestro país, creyó estar vendiendo información clasificada de seguridad nacional a un agente ruso, cuando de hecho se estaba delatando al FBI”, declaró el fiscal
Según los fiscales, el hoy condenado expresó que su motivación para compartir la información era “la curiosidad por los secretos y el deseo de provocar un cambio”. Alegaba estar endeudado y consideraba que había “una oportunidad para equilibrar las balanzas del mundo mientras también atendía a sus propias necesidades”.
Dalke demostró su acceso legítimo y su disposición para compartir la información, vendiendo todos los datos en su poder por 85,000 dólares. Según FOX News, la información que Dalke buscaba proporcionar a Rusia, incluía documentos sobre capacidades de defensa sensibles de los Estados Unidos, una evaluación de amenazas de un país no nombrado, y detalles sobre un programa criptográfico estadounidense.
Para efectuar el intercambio final de la información clasificada, el agente encubierto del FBI le pidió a Dalke que se reunieran en una estación de tren en Denver el 28 de septiembre de 2023 para enviar los documentos a través de una conexión segura desde su laptop. Tácticamente, Dalke dejó su teléfono en casa y deshabilitó los sistemas de ubicación en su automóvil antes de dirigirse a la estación, donde trasladó cinco documentos. Inmediatamente después de la transferencia, Dalke fue arrestado por el FBI.
Según el diario The Hill, sus abogados solicitaron una condena más leve de 14 años, argumentando que la información vendida no terminó en manos del enemigo ni causó daño. Además, destacaron supuestos problemas psicológicos de su cliente, que incluían lesiones cerebrales traumáticas, múltiples intentos de suicidio y un historial de trauma infantil marcado por la violencia doméstica y el abuso de sustancias.
Sin embargo, el juez Raymond Moore expresó escepticismo hacia estos argumentos, especialmente en lo referente a las condiciones psicológicas que Dalke alegó sufrir, pues la defensa no proporcionó conceptos de expertos ni registros hospitalarios que lo corroboraran.