La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras de Estados Unidos (NHTSA) inició una nueva investigación sobre el sistema Autopilot de Tesla, luego que la empresa dirigida por Elon Musk retirase más de 2 millones de vehículos en diciembre, lo cual ha generado dudas sobre si las medidas tomadas son suficientes para garantizar la seguridad de los conductores.
La retirada de automóviles incluyó a los Model Y, X, S, 3 y Cybertruck equipados con Autopilot desde los modelos del año 2012 hasta el 2024, busca asegurar que los conductores presten atención mientras usan este avanzado sistema de asistencia al conductor.
“Tesla dijo en diciembre que el sistema de software Autopilot ‘podría no ser suficiente para prevenir el mal uso por parte del conductor’ y podría aumentar el riesgo de un accidente”, según se detalló en la investigación, que surgió después de la identificación de al menos 13 accidentes de sus vehículos, involucrando una o más muertes y numerosas lesiones graves, donde “el mal uso previsible del sistema por parte del conductor jugó un papel aparente”.
La empresa, que en diciembre, acató la retirada de automóviles más grande en su historia, cubriendo 2.03 millones de vehículos en Estados Unidos – prácticamente todos sus vehículos en las carreteras estadounidenses – difundió actualizaciones de software que intentan abordar los problemas identificados por la NHTSA.
Sin embargo, se ha señalado que estas medidas no forman “parte del retiro o de otra manera determinada para remediar un defecto que plantea un riesgo irrazonable de seguridad”.
La fabricante no limitó el operar del sistema a situaciones para las cuales fue diseñado, a pesar de que las críticas de la agencia y otros expertos sugirieron que sería una solución más efectiva. En respuesta a las preocupaciones iniciales, la compañía liderada por Musk anunció “un aumento en la prominencia de las alertas visuales y la desactivación de Autosteer si los conductores no responden a las advertencias de inatención y controles adicionales al activar el sistema”. La empresa incluso afirmó que restringiría el uso de Autopilot durante una semana si se detecta un uso indebido significativo.
La nueva investigación de la NHTSA también cuestionó el nombre “Autopilot”, argumentando que “puede llevar a los conductores a creer que la automatización tiene mayores capacidades de las que realmente posee e invitar a los conductores a confiar demasiado en la automatización”. Este detalle resaltó la preocupación constante sobre cómo la comercialización de Tesla podría estar influyendo en la percepción y el uso seguro de sus tecnologías avanzadas de asistencia al conductor.
En este contexto de escrutinio regulatorio, la compañía enfrenta también una serie de demandas legales que alegan que la compañía exageró las verdaderas capacidades de su tecnología Autopilot y creó una falsa sensación de seguridad para los conductores que murieron o resultaron gravemente heridos en accidentes. A lo largo de su investigación, que NHTSA mantuvo abierta incluso después del retiro de vehículos, la agencia revisó más de 900 accidentes involucrando al sistema.
A pesar de los desafíos actuales, incluido un informe de ganancias esta semana que mostró una caída del 55% en las ganancias más pronunciada de lo esperado, debido a las ventas rezagadas y el aumento de la competencia, Elon Musk continúa apostando por la conducción autónoma. Recientemente, prometió revelar un robotaxi completamente autónomo en agosto, lo que subraya la ambición de la empresa para liderar en este campo revolucionario.