El mercado inmobiliario de Estados Unidos registró un inesperado aumento en las ventas de viviendas nuevas durante marzo, desafiando las expectativas generales que anticipaban una desaceleración debido a las altas tasas hipotecarias y la escasez en la oferta de viviendas. Este incremento se produce en un momento en que los compradores enfrentan condiciones financieras cada vez más desafiantes, marcadas por un entorno de elevadas tasas de interés hipotecario y una oferta limitada de propiedades disponibles.
En marzo, las ventas de viviendas unifamiliares nuevas experimentaron una escalada del 8,8% para alcanzar una tasa anual ajustada estacionalmente de 693.000 unidades, según datos proporcionados por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Este aumento superó las proyecciones de los economistas, que anticipaban una tasa de 670.000 unidades, representando el mayor avance mensual desde diciembre de 2022. Este repunte en la venta de viviendas nuevas contrasta con la dinámica observada en el segmento de viviendas existentes, que evidenció una disminución del 4,3% en marzo, ajustando la tasa a 4,19 millones de unidades, marcando así la caída más pronunciada en este sector en más de un año, según cifras de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.
La distribución geográfica del incremento en las ventas reflejó una variación significativa, siendo la región noreste de Estados Unidos donde se registró el mayor aumento, con un 27,8% en comparación con el mes anterior. Esto apunta a una distribución desigual del crecimiento del mercado inmobiliario a lo largo del país, con algunas áreas experimentando un rebote más robusto que otras.
Los analistas atribuyen este crecimiento a una combinación de factores, incluyendo la persistente escasez de viviendas existentes en el mercado y la estrategia de algunos constructores de ofrecer incentivos para atraer a los compradores.
Pese a las tasas hipotecarias situadas por encima del 6%, los constructores han buscado mantener el ritmo de ventas a través de diversas estrategias, tales como reducciones de precio, ofertas en las tasas hipotecarias y el pago de gastos de cierre. Esta táctica parece haber contribuido al reciente impulso en las ventas, aunque el mercado continúa enfrentando el desafío de una oferta insuficiente para satisfacer la demanda, lo que a su vez impacta en la asequibilidad de la vivienda.
El precio medio de las viviendas nuevas vendidas en marzo reflejó un alza, situándose en USD 430.700, lo que constituye un aumento del 6% respecto a febrero y marca el nivel más alto alcanzado desde agosto del año anterior, a pesar de una disminución del 1,9% en comparación con el mismo mes del año previo. Este aumento podría indicar una preferencia de los compradores por viviendas de mayor valor, así como un posible ajuste de los constructores a las condiciones de mercado, reduciendo las promociones y concentrando su oferta en segmentos de precio más elevados.
El mercado inmobiliario de nuevas construcciones continúa, por ende, mostrando signos de resiliencia, a pesar de los factores adversos presentes, tales como el aumento de las tasas hipotecarias y la escasez de oferta. Sin embargo, la estabilidad futura del mercado dependerá de múltiples variables, incluido el comportamiento de la economía en general, las políticas de tasas de interés de la Reserva Federal, y el equilibrio entre la oferta y demanda de viviendas.