El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llegó el miércoles a China en su segunda visita en un año con la misión de presionar a Beijing por su apoyo a Rusia, pero sin dañar el proceso de estabilización en las relaciones bilaterales entre ambas potencias.
El avión del secretario de Estado aterrizó el miércoles en Shanghái.
En la capital financiera de China, Blinken cuenta con una agenda más ligera, con encuentros con estudiantes y empresarios, antes de desplazarse a la capital para reunirse el viernes con el alto mando del país.
Estarán sobre la mesa “la cooperación en antinarcóticos, la comunicación entre militares, la inteligencia artificial y el fortalecimiento de los lazos entre pueblos”, según la secretaría de Estado, que apuntó a que Blinken reiterará la importancia de que EE.UU. y China gestionen sus desavenencias desde la responsabilidad.
En concreto, se prevé que el secretario de Estado reclame moderación hacia Taiwán, que se prepara para la asunción en mayo de un nuevo presidente, y plantee las preocupaciones de Washington por las prácticas comerciales chinas, un tema clave para el presidente Joe Biden en un año electoral.
Pero Blinken también espera estabilizar las relaciones entre ambos países, claramente a la baja desde su visita previa en junio y la reunión entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping en noviembre.
En la cumbre de California en noviembre, Xi accedió a varios pedidos estadounidenses, incluyendo la reanudación de los contactos militares y el control de los precursores químicos del fentanilo, el potente analgésico responsable de una epidemia de adicciones en Estados Unidos.
Un alto cargo estadounidense comentó que Estados Unidos y China “están en un momento diferente que hace un año, cuando la relación bilateral estaba en un punto históricamente bajo”.
“También creemos, y lo hemos demostrado claramente, que el manejo responsable de la competencia no implica que vamos a desistir de medidas para proteger los intereses nacionales de Estados Unidos”, aseguró.
Washington también ha cuestionado las últimas semanas que Beijing ha suministrado material y tecnología industrial a Moscú, pese a que no le ha brindado ayuda militar.
Antes de viajar a China, Blinken insistió también en las denuncias de que Beijing realiza un “genocidio” contra la minoría uigur, predominantemente musulmana, en el oeste del país.
La visita tiene lugar después de que el Senado estadounidense aprobara un proyecto de ley que obligará a la empresa china ByteDance a vender TikTok en un plazo de nueve meses si no quiere que la plataforma sea prohibida en Estados Unidos.
En marzo, China criticó la “represión” contra la aplicación de vídeos TikTok por parte de EE.UU. por ser “una táctica intimidatoria” que se acabará “volviendo contra” del país norteamericano.
Además, el viaje se produce tras el que realizó a China la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien criticó en Beijing los apoyos oficiales chinos a algunas industrias, que, a su juicio, está conduciendo a una “sobrecapacidad de producción que excede la demanda interna de China y lo que el mercado global puede soportar”.
(Con información de AFP y EFE)