En la Universidad de Nueva York, manifestantes pro-palestinos se enfrentaron a la policía tras la intervención de esta última para desmantelar una “zona liberada” antiisraelí, agravando las tensiones en un contexto de crecientes manifestaciones contra la guerra en Gaza en campus universitarios a lo largo de Estados Unidos tras la invasión del grupo terrorista Hamas del 7 de octubre.
Al menos 133 personas fueron detenida tras la manifestación estudiantil en la Universidad de Nueva York (NYU), confirmó este martes la policía,
Los detenidos fueron liberados, aseguró un portavoz del Departamento de la Policía de Nueva York. Estas detenciones se producen coincidiendo con un incremento de las protestas en los campus universitarios estadounidenses debido al conflicto en Gaza.
Este incidente no es aislado, sino parte de una serie de acontecimientos que han tenido lugar en instituciones como Yale, la Universidad del Sur de California y Harvard, Columbia y Ohio State, donde los estudiantes han expresado su rechazo a las acciones de Israel en Gaza, exigiendo a sus universidades desvincularse de inversiones en dicho país.
La Universidad de Yale fue testigo de una protesta similar, que culminó en la detención de varios estudiantes cuando la policía ingresó al campus. En este clima de protestas, una estudiante pro-israelí resultó lesionada, lo que ha provocado una condena generalizada y llamados a la calma por parte de figuras políticas y académicas. “Incitar al odio y la violencia hacia estudiantes y miembros de la comunidad judíos...es completamente inaceptable”, afirmó la representante Rosa DeLauro, quien además ha solicitado un cese al fuego en la Franja de Gaza.
Estudiantes por la Justicia en Palestina (SJP), un grupo a nivel nacional, ha estado particularmente activo, lanzando una iniciativa llamada “Universidad Popular para Gaza” para presionar a las instituciones educativas a cortar lazos con Israel. “Durante las últimas 72 horas, los capítulos del SJP en todo el país han estallado en una feroz demostración de poder”, publicaron en una plataforma de medios sociales, resaltando la magnitud y el alcance de sus acciones.
La respuesta institucional ha sido variada. Por un lado, la administración de la Universidad de Nueva York advirtió a la multitud antes de llamar a la policía, lo que resultó en detenciones y cargos de disturbios. Por otro lado, la Universidad del Sur de California canceló todos los oradores de graduación previstos, sugiriendo un intento de apaciguar las tensiones o, al menos, evitar confrontaciones.
Las reacciones no se han limitado al ámbito académico. El presidente estadounidense Joe Biden condenó el crecimiento del antisemitismo en las manifestaciones, aunque también hizo un llamado a comprender la situación de los palestinos, una posición que muestra la complejidad de las emociones y perspectivas en juego.
“Condeno las protestas antisemitas. Por eso he creado un programa para abordar eso”, declaró Biden, destacando la acción gubernamental frente a este fenómeno.
Estos eventos han exacerbado las divisiones, no solo entre los estudiantes sino también dentro de las comunidades más amplias, generando un clima de confrontación que ha resultado en violencia física y verbal. Líderes de la comunidad judía en Yale describieron los sucesos como “quizás el momento más divisivo y más aterrador” que han presenciado, marcando la profundidad de las brechas que estas protestas han revelado o, posiblemente, exacerbado.
En este contexto complejo y cargado, las voces desde diversos sectores llaman a un entendimiento más profundo y a soluciones constructivas que aborden tanto las preocupaciones inmediatas en los campus como las cuestiones fundamentales en el corazón del conflicto israelí-palestino. Estas protestas son, sin duda, un reflejo del eco más amplio de las tensiones globales pero también una llamada de atención sobre la necesidad de diálogo y comprensión mutua.
Un portavoz de la Universidad Yale dijo que el centro tomó la decisión de arrestar a aquellas personas que no abandonaron la plaza “teniendo en cuenta la seguridad de toda la comunidad de Yale y para permitir el acceso a las instalaciones universitarias” a todos los miembros la comunidad estudiantil.
El Departamento de Policía de Yale emitió en total citaciones a 47 personas, estudiantes universitarios, graduados y profesionales de Yale o personas sin afiliación al centro.
Los estudiantes, precisó el portavoz, serán remitidos a Yale para que “se les apliquen medidas disciplinarias, que incluyen una variedad de sanciones, como amonestación, libertad condicional o suspensión”.
Antes de dar este paso, explicó el portavoz, la universidad había notificado a los manifestantes en numerosas ocasiones que si continuaban violando las políticas e instrucciones de Yale con respecto a la ocupación de espacios al aire libre, podrían enfrentar medidas policiales y disciplinarias.
Las detenciones se produjeron después de que miembros del departamento de policía de Yale aislaran el área y pidieran a los manifestantes que mostraran una identificación. Algunos se marcharon voluntariamente pero otros permanecieron en el lugar y fueron detenidos.
“Yale brinda orientación detallada sobre la libertad de expresión, la reunión pacífica y la solicitud del uso de espacios al aire libre en el campus. Desde que comenzó la protesta, la universidad y el Departamento de Policía de Yale trabajaron para reducir la probabilidad de enfrentamientos y arrestos”, apunta el portavoz.
El jefe de policía de Yale, Anthony Campbell, informó al Yale Daily News -el diario universitario más antiguo del país, que ha sido financiera y editorialmente independiente desde su fundación en 1878- que los arrestados fueron acusados de allanamiento de morada, después de que se les solicitara en varias ocasiones que desalojaran la zona.
Según relata el periódico más de 250 manifestantes instalaron en la noche del domingo, por tercera vez consecutiva, un campamento en la Beinecke Plaza, con unas cuarenta tiendas de campaña.
Los manifestantes propalestinos piden a Yale que revele y se deshaga de sus participaciones en la fabricación de armas militares.
El rector de la universidad, Peter Salovey, envió el domingo un correo electrónico a la comunidad de Yale y advirtió que se tomarían medidas disciplinarias de acuerdo con las políticas del centro.
Las tensiones en muchas universidades estadounidenses han aumentado en las últimas semanas, mientras crece la polémica sobre la libertad de expresión en los centros educativos.
En la Universidad de Columbia en Nueva York, la semana pasada fueron arrestados un centenar de alumnos que pedían el fin de la guerra en Gaza y muchos de ellos fueron suspendidos indefinidamente.
Este lunes anunció que se impartirán clases de forma remota, el día en el que se celebra la Pascua judía, por las preocupaciones de seguridad para algunos estudiantes judíos.
Un grupo de estudiantes de la Universidad de Nueva York (NYU) están bajo vigilancia policial este lunes tras levantar un campamento en apoyo a los estudiantes de la Universidad de Columbia arrestados el pasado jueves por manifestarse contra la guerra en Gaza.
Las autoridades académicas del Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad de Brown (Rhode Island) y la Universidad de Nueva York tomaron medidas igualmente punitivas contra los estudiantes involucrados en protestas.
A finales de marzo la Universidad Vanderbilt (Tennessee) suspendió a una quincena de estudiantes y expulsó a otros tres, quienes ocuparon la oficina del rector durante varias horas.
La semana pasada la Universidad del Sur de California suspendió el discurso en la ceremonia de graduaciones que debía pronunciar la estudiante musulmana Asna Tabassum, en vista de las tensiones entre estudiantes y docentes vinculadas a la guerra en Gaza.