En un mundo donde el envejecimiento es inevitable, Dave Pascoe, un influencer anti-envejecimiento de 61 años, afirmó haber revertido su reloj biológico a la edad de 37, implementando una serie de “técnicas avanzadas” que incluyen la toma diaria de 150 suplementos y el evitar exposiciones a sustancias tóxicas. A diferencia de su rival multimillonario, Bryan Johnson, que gasta unos impresionantes 2 millones de dólares anuales en su régimen para “volver a ser joven”, Pascoe aseguró que su método es más efectivo y considerablemente más económico, costándole alrededor de 30.000 dólares por año.
Pascoe, un ingeniero de sistemas retirado oriundo de Michigan, ha dedicado su tiempo completo a “biohackear” su cuerpo con el objetivo dual de prevenir enfermedades y mejorar su longevidad. Su régimen abarca una amplia gama de actividades y rutinas, desde entrenamientos intensivos hasta un meticuloso cuidado de su dieta, enfocándose en alimentos orgánicos y evitando carbohidratos simples para no incrementar su tasa de envejecimiento.
New York Post señaló que el esfuerzo del hombre incluye una combinación de ejercicio, nutrición optimizada, consumir suplementos, limitar la exposición a sustancias tóxicas, saunas infrarrojas y exposición al frío. Esta última, según él, reduce la inflamación en su cuerpo e incrementa su inmunidad a las enfermedades.
Él abiertamente criticó la efectividad de prácticas radicales como las de Johnson, incluyendo infusiones de sangre y el uso de dispositivos para medir erecciones, sugiriendo que su enfoque más accesible y con base en prácticas consolidadas de bienestar ofrece una ruta más segura y posible hacia la longevidad.
“No deseo que mi esperanza de vida se agote antes de mi vida útil”, afirmó Pascoe, destacando su objetivo de equilibrar su salud con su esperanza de vida. Esta filosofía refleja una nueva tendencia entre los entusiastas de la longevidad, quienes, con la ayuda de la tecnología y la ciencia médica, buscan no solo extender sus años de vida, sino también mejorar la calidad de los mismos.
Pascoe y Johnson son figuras prominentes dentro del creciente campo del “biohacking”, el cual intenta desentrañar y manipular los procesos biológicos para retardar el envejecimiento.
Mientras Johnson, con sus costosos tratamientos y chequeos médicos, representa un extremo del espectro, Pascoe aseguró que ofrece una alternativa que, aunque aún requiere una inversión significativa, pone el enfoque en cambios de estilo de vida y prácticas de salud preventiva.
Sus métodos incluyen pruebas regulares de sangre y ADN para monitorizar su edad biológica, así como el uso de tecnologías como mantas electromagnéticas para estimular la circulación sanguínea.
Según Daily Mail, estos individuos han impactado en la conciencia pública sobre el envejecimiento, aunque también han generado escepticismo entre la comunidad científica. Expertos como la doctora Jennifer Gunter han cuestionado la efectividad de estos métodos, apuntando a la falta de evidencia estandarizada y los posibles sesgos en los autorreportes de estos “biohackers”.
A pesar de las críticas, la historia de Pascoe es un testimonio fascinante del deseo humano de desafiar los límites de la edad y la salud.