Un día como hoy hace 54 años, los tres astronautas de la misión Apollo 13, James Lovell, John “Jack” Swigert y Fred W. Haise, culminaron una odisea espacial que pudo haber terminado en tragedia tras una explosión en su nave a casi 483.000 kilómetros de distancia del planeta Tierra.
Este incidente, que impulsó la célebre frase “Houston, tenemos un problema” el 17 de abril de 1970, se convirtió no solo en un momento crítico en la historia de la exploración espacial, sino también en un símbolo de valentía, ingenio y cooperación.
La misión había sido el tercer intento de la NASA para llegar a la superficie lunar, pero una explosión inesperada obligó a una decisión inmediata de abortar el alunizaje. En lugar de una misión de exploración lunar, el equipo de control en la Tierra y los astronautas se vieron obligados a enfrentar un escenario de supervivencia en el espacio.
Las famosas palabras son con las que Swigert informó a la Tierra del inicio de la crisis, marcando el comienzo de una lucha contrarreloj para asegurar el retorno seguro de los astronautas.
El ingenio y la colaboración fueron clave para superar los desafíos técnicos, como la navegación de regreso a la Tierra y la gestión de recursos vitales como el agua y el oxígeno. Lovell reportó en un momento crucial: “Estamos expulsando algo al... al espacio”, al darse cuenta de que estaban perdiendo su suministro de oxígeno gas.
La reacción ante la emergencia fue formidable. Equipos de ingenieros y científicos de la NASA trabajaron incansablemente para idear soluciones que permitieran no solo detener la fuga de oxígeno sino también garantizar que el módulo de comando tuviera suficientes recursos para regresar.
Esta situación llevó a la creación de procedimientos completamente nuevos, que incluyeron la transformación del Módulo Lunar, Apolo, en una suerte de “bote salvavidas”. “Completamente nuevos procedimientos tuvieron que ser escritos y probados en el simulador antes de ser transmitidos a la tripulación”, resalta la NASA sobre el proceso.
El desenlace de esta peligrosa situación fue un alivio compartido no solo por el equipo de NASA, sino por personas de todo el mundo. El 17 de abril de 1970, al mediodía hora estándar del centro, la cápsula impactó en el océano Pacífico Sur, a escasos seis kilómetros y medio del buque de rescate USS Iwo Jima, un regreso que estuvo acompañado de júbilo en el centro de mando.
La misión Apollo 13 fue considerada un “fracaso exitoso”, un término que el propio Space.com utiliza para describir cómo, aunque la misión no logró su objetivo de aterrizar en la luna, los valiosos aprendizajes adquiridos fortalecieron las futuras exploraciones espaciales.
Esto se refleja en el hecho de que la historia de Apollo 13 ha trascendido, inspirando incluso una película de Hollywood dirigida por Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks, Kevin Bacon y Gary Sinise, consolidando su lugar no solo en la historia de la exploración espacial sino también en la cultura popular.