Un reciente informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por sus silgas en inglés) ha aportado evidencias claras que desmienten la conexión entre las vacunas de ARNm contra el covid-19 y la incidencia de problemas cardíacos mortales en jóvenes. Este estudio sale a la luz en un contexto donde las teorías de la conspiración y la desinformación han generado preocupación en la población respecto a la seguridad de estas vacunas. A lo largo de este reporte, se analizan datos concretos y testimonios de expertos que resaltan la importancia y seguridad de la vacunación.
Los CDC examinaron cerca de 1,300 certificados de defunción correspondientes a jóvenes entre 16 y 30 años en Oregón, que fallecieron por afecciones cardíacas o por causas no determinadas desde junio de 2021 hasta diciembre de 2022. Dentro de este grupo, se registraron 40 muertes en personas que habían recibido una vacuna de ARNm contra el covid-19, de las cuales solo tres ocurrieron en el plazo de 100 días post-vacunación. Este análisis subraya que, incluso entre estos pocos casos, las causas de muerte fueron atribuidas a condiciones preexistentes o quedaron como indeterminadas, sin ninguna prueba directa que vincule los fallecimientos con las vacunas.
Entre los casos más significativos citados por los opositores a la vacuna se encuentra el del jugador de fútbol americano Damar Hamlin, quien sufrió un paro cardíaco durante un partido en 2023. Sin embargo, este suceso fue utilizado incorrectamente como argumento por los grupos antivacunas para promover la idea de que las vacunas de ARNm podían causar eventos cardíacos fatales, una afirmación que el estudio contradice explícitamente. El análisis de estos casi 1,300 certificados de defunción no solo aporta un contexto importante sobre la seguridad de las vacunas, sino que también rectifica narrativas falsas que han circulado ampliamente.
El criterio para la selección de los casos analizados se centró en aquellos individuos que habían recibido una vacuna de ARNm de Pfizer o Moderna, brindando una base sólida para su análisis. En los casos de las tres muertes analizadas dentro del periodo estipulado, se encontró que dos tenían problemas de salud crónicos preexistentes, mientras que la tercera muerte fue categorizada como de causa natural indeterminada, sin evidencias en las pruebas toxicológicas de sustancias que pudieran haber contribuido al fallecimiento. Estos resultados destacan la importancia de considerar el contexto más amplio de la salud de los individuos al evaluar las causas de muerte.
Especialistas ajenos al estudio, como el Dr. Leslie Cooper de la Clínica Mayo, y el Dr. Ofer Levy del Hospital Infantil de Boston, coinciden en que el análisis fue exhaustivo y razonable. Ellos apuntan hacia la diferencia significativa entre el riesgo de muerte súbita cardíaca después de la vacunación, que es extremadamente bajo, comparado con el riesgo general de muerte súbita cardíaca en la población joven. Además, resaltan que las condiciones cardíacas asociadas a las vacunas, como la miocarditis, tienden a ser mucho más leves que las causas tradicionales de miocarditis.
Esta investigación no solo refuta reclamaciones infundadas sobre las vacunas de ARNm, sino también subraya la mortalidad causada por el covid-19 en individuos no vacunados durante el mismo periodo, reforzando la importancia de la vacunación como herramienta de prevención contra el virus.