Advierten que hay una alta probabilidad de que La Niña afecte el clima en Estados Unidos

Los científicos proyectan un alto índice de aparición de este fenómeno hacia octubre

El desarrollo de La Niña tiene particular relevancia para los patrones climáticos de América del Norte (Geo-Polar SST)

La inminente transición climática del fenómeno de El Niño a La Niña en el Océano Pacífico ecuatorial oriental está generando expectativas y preocupaciones, según indican recientes investigaciones del Centro de Predicción Climática. Las condiciones actuales sugieren que, mientras que El Niño está finalizando, la probabilidad de que La Niña tome su lugar es alta, con un impacto pronunciado esperado en los patrones climáticos de Estados Unidos, incluyendo un aumento en la actividad de huracanes en el Atlántico y cambios en las precipitaciones en California, así lo informa el periódico San Francisco Chronicle.

En particular, las observaciones muestran temperaturas de la superficie del mar más frías de lo normal frente a las costas de Ecuador y Perú, un indicador temprano de la formación de La Niña. Para junio, se anticipa que las condiciones de El Niño se debiliten, dejando un 85% de posibilidades de temperaturas neutrales en la superficie del mar. No obstante, hacia agosto, la aparición de La Niña se vuelve más probable, con una expectativa de que para octubre, la probabilidad supere el 80 por ciento. “Dado que El Niño tiene las semillas de su propia destrucción, estamos bastante seguros de que el Pacífico tropical estará fresco en unos meses”, expresó Nick Bond, climatólogo emérito del estado de Washington al medio antes mencionado.

El desarrollo de La Niña tiene particular relevancia para los patrones climáticos de América del Norte, afectando principalmente durante el invierno, aunque su influencia se amplifica en el verano y otoño durante la temporada pico de huracanes. “Anticipamos que la temporada de huracanes de la cuenca atlántica de 2024 será extremadamente activa”, proyectaron investigadores de la Universidad Estatal de Colorado.

La previsibilidad de La Niña este año es inusualmente alta, indican expertos (EFE/Jason Szenes/Archivo)

Este fenómeno climático es conocido por reducir el cizallamiento del viento sobre el Mar Caribe, favoreciendo la formación y fortalecimiento de huracanes. Además, se espera que las aguas cálidas récord en el Atlántico oriental y los océanos Caribeños potencien esta actividad.

En cuanto a California, la influencia de estos fenómenos climáticos es notable durante el invierno, debido a su impacto en la trayectoria de las tormentas. La transición de un El Niño fuerte a La Niña tiende a resultar en un clima primaveral ligeramente más fresco y húmedo de lo normal en este estado.

“La Niña básicamente toca una campana cerca de la corriente en chorro”, explicó Michelle L’Heureux, científica climática del Centro de Predicción Climática. A pesar de esto, La Niña no suele afectar el clima de verano en California, pero sí puede inclinar la balanza hacia condiciones más secas de lo normal a fines del otoño e invierno en el sur del estado.

Análisis climáticos auguran una temporada de huracanes 2024 extremadamente activa. (EFE/Orlando Barría)

Es fundamental subrayar que la previsibilidad de un próximo El Niño o La Niña suele ser baja en abril; sin embargo, este año se presenta como una excepción. “Es posible que estemos en una situación poco común en la que la previsibilidad sea mayor de lo normal”, señaló L’Heureux. Los modelos climáticos coindicen en la formación de La Niña en los próximos meses, otorgando un mérito adicional a estas proyecciones dada la secuencia histórica que sigue a un El Niño fuerte.

Cabe mencionar que, aunque los patrones de La Niña y El Niño tienden a repetirse, no todas las temporadas son predecibles. Por ejemplo, la débil La Niña del invierno 2022-2023 resultó en una precipitación bien por encima de lo normal y récord de acumulación de nieve en la Sierra Nevada, demostrando las complejidades inherentes a la predicción climática.

La transición de El Niño a La Niña es un recordatorio de la dinámica intrincada del sistema climático global y su impacto directo en los patrones climáticos regionales. Con investigaciones en curso, la ciencia climática sigue desentrañando cómo estos fenómenos afectan de manera variada a diferentes regiones del globo, preparando a las comunidades para los cambios que estos ciclos naturales puedan provocar.