Las autoridades estadounidenses están investigando las denuncias realizadas por un ex ingeniero de Boeing que apuntan a que el fuselaje del 787 Dreamliner está montado de forma inadecuada y en riesgo de partirse en pleno vuelo, según señalaron este martes medios de comunicación del país.
The New York Times señaló que ha revisado documentos que el ingeniero en cuestión, Sam Salehpour, ha enviado a la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) y que apoyan su acusación.
La agencia federal confirmó que está investigando las imputaciones vertidas por Salehpour, quien achaca el riesgo de ruptura de los 787 Dreamliner a los cambios que Boeing realizó en el proceso de unión de las distintas partes del fuselaje.
El fabricante aeronáutico, que se encuentra sumido en una profunda crisis como consecuencia de graves problemas de calidad de sus aparatos 737 MAX, negó al rotativo que los cambios de producción hayan impactado de forma negativa la seguridad del 787 Dreamliner.
El mes pasado, John Barnett, otro ex empleado de Boeing que había denunciado supuestas malas prácticas en la planta donde se produce el 787 Dreamliner, se suicidó.
También este martes, Boeing anunció que en el primer trimestre del año entregó 83 aviones comerciales (67 del modelo 737, 3 del 767 y 13 del 787) así como 14 aparatos militares.
Estas cifras suponen un acusado descenso con respecto a las del mismo periodo de 2023 cuando la compañía entregó 130 aviones comerciales, incluidos 113 unidades del 737.
Tras conocerse la investigación de la FAA y las cifras de entregas, las acciones de Boeing perdían un 2,1 % de su valor y cotizaban a 177,7 dólares.
Las acusaciones de Salehpour y las nuevas indagaciones de la FAA se suman a otras investigaciones que la agencia federal está realizando sobre el proceso de fabricación del 737 MAX.
A finales de marzo, el consejero delegado de Boeing, Dave Calhoun, que había sido nombrado en 2020 para corregir los problemas, anunció que abandonará el puesto a finales de año tras una serie de incidentes con varios modelos, especialmente el 737 MAX.
El más grave se produjo en enero de 2024, cuando un panel que cubría el espacio para una puerta de emergencia de un Boeing 737 Max-9 de la aerolínea Alaska Airlines se desprendió poco después del despegue del avión.
El incidente, que no causó heridos, inició una serie de nuevas investigaciones en las operaciones de Boeing por parte de FAA que han descubierto graves irregularidades.
El último de ellos fue el que involucró a un vuelo de Southwest que había despegado poco antes de perder parte del fuselaje de uno de sus motores, motivo por el cual debió declararse en emergencia y regresar al aeropuerto de origen de inmediato.
Calhoun, al Congreso
Un subcomité del Senado convocó al director ejecutivo de Boeing a testificar sobre los aviones de la compañía en una investigación motivada por los cargos relacionados con la seguridad.
El panel dijo que celebrará una audiencia la próxima semana con el ingeniero denunciante, Sam Salehpour, quien se espera que detalle las preocupaciones relacionadas con la fabricación y el ensamblaje del 787 Dreamliner. El subcomité dijo en una carta que esos problemas podrían crear “riesgos de seguridad potencialmente catastróficos”.
Boeing no dijo si Calhoun planea asistir a la audiencia del 17 de abril. En respuesta a una pregunta de The Associated Press, un portavoz se limitó a decir que la empresa está cooperando con la investigación del subcomité y se ha “ofrecido a proporcionar documentos, testimonios e informes técnicos”.
(Con información de EFE y AP)