Ellaville, una localidad olvidada en los rincones de Florida, yace como un testamento a una época pasada de prosperidad y desafíos. Fundada en la década de 1860 por el magnate maderero y ex gobernador de Florida, George Franklin Drew, la ciudad alguna vez fue un próspero centro de actividad en el estado del sol. Sin embargo, hoy en día, solo quedan ruinas y el eco silencioso de su rica historia.
La historia de George F. Drew es tan fascinante como la ciudad que creó. Nacido en New Hampshire en 1827, Drew fue forzado a dejar la escuela a temprana edad para contribuir económicamente a su familia. Su viaje lo llevó desde aprender el oficio de máquinas de vapor en Massachusetts hasta establecer su propio aserradero en Georgia, donde su negocio prosperó durante la Guerra Civil al suministrar madera al gobierno confederado.
Pero Drew no se detuvo ahí. Incursionó en la producción de sal en Florida y luego estableció Ellaville, un pequeño asentamiento que eventualmente floreció en una ciudad en honor a su sirvienta, Ella. Con la creación de la Drew & Bucki Lumber Company, el aserradero más grande de Florida, la ciudad creció rápidamente, atrayendo a cientos de residentes y estableciendo una línea de ferrocarril que conectaba directamente con el molino.
La riqueza de Drew se reflejaba en su opulenta mansión, que contaba con lujos modernos para su tiempo, como agua corriente, electricidad y teléfono. Su prominencia política lo llevó a ser presidente del Condado de Madison y luego gobernador de Florida en 1876. A pesar de sus raíces en New Hampshire, fue visto como un líder que podía unificar al estado contra los republicanos radicales.
La gran mansión de Drew se deterioró poco a poco cuando el agua la inundó y años después fue vandalizada y destruida hasta que en 1970 un incendio la acabó por completo a pesar de que el estado había intentado salvarla destinando USD 10 mil.
Sin embargo, la fortuna de Ellaville comenzó a desvanecerse con el tiempo. Después de vender su empresa en 1883, la ciudad sufrió una serie de golpes, incluido un incendio que destruyó el molino de Drew y la posterior escasez de madera. Las inundaciones y la crisis económica empeoraron la situación, lo que llevó gradualmente a la ciudad al abandono.
Para el año 1895, los registros del diccionario geográfico de ferrocarriles de Florida y el directorio de empresas estatales indicaron que la población de Ellaville era de apenas 300 habitantes.
Hoy en día, Ellaville es poco más que un recuerdo lejano de su antigua gloria. Las ruinas de la mansión de Drew son testigos mudos de su pasado, mientras que los pocos visitantes que llegan buscan conectarse con la historia y la naturaleza que ahora reclaman la tierra.
A pesar de su estado actual, Ellaville sigue siendo un destino para los aficionados a los paisajes abandonados y los amantes de la historia, ofreciendo una visión única de un pasado perdido en el tiempo.