La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras de Estados Unidos (NHTSA) reportó una disminución del 3,6% en las muertes por accidentes de tráfico durante el 2023, lo que representó una tendencia positiva por segundo año consecutivo.
El año pasado, el número de fallecimientos en las carreteras alcanzó aproximadamente las 41.000 personas, un dato que, a pesar de ser alarmante, muestra una ligera mejora en la seguridad vial. Este descenso se registró aun cuando el volumen de viajes se incrementó aproximadamente en 108,5 mil millones de kilómetros, un 2,1% más respecto al año anterior.
La subadministradora de la NHTSA, Sophie Shulman, informó que la tasa de mortalidad por cada 161 millones de kilómetros recorridos disminuyó a 1,26 en 2023, frente al 1,33 de 2022. “Aún es demasiado alta”, expresó Shulman, destacando la importancia de continuar con los esfuerzos por mejorar la seguridad en las carreteras. Para contrarrestar estos números, la NHTSA ha reforzado campañas de concientización, especialmente centradas en el peligro que representa conducir distraído.
De acuerdo con la agencia de noticias AP, en 2022, 3.308 personas murieron en accidentes relacionados con distracciones al volante, mientras que 289.310 resultaron heridas. Casi el 20% de las muertes en esta categoría involucró a peatones, ciclistas y personas que no estaban dentro de un vehículo.
Esta preocupante estadística ha llevado a la Administración a lanzar una iniciativa con el lema: “Guarda el teléfono o paga”, acompañada de una campaña publicitaria y operativos de control del 4 al 8 de abril de 2024 para atajar esta problemática. La campaña “Guarda el teléfono o paga” busca ofrecer una respuesta concreta a uno de los factores que ha contribuido al preocupante número de fatalidades en las vías.
Las muertes por accidentes de tránsito aumentaron un 10,5% a 42.915 en 2021, el número más alto de muertes en las carreteras estadounidenses desde 2005. Después de disminuir durante años, las muertes por accidentes de tránsito aumentaron considerablemente luego de que expiraron los bloqueos por COVID-19 en 2020 y más conductores tuvieron comportamientos inseguros.
El repunte se atribuyó a conductas imprudentes como la velocidad excesiva y la distracción al conducir, en un momento en que la población empezaba a retomar sus desplazamientos habituales tras el levantamiento de restricciones por la COVID-19.
En marzo del año pasado el Departamento de Transporte de Estados Unidos anunció la entrega de 94 millones de dólares para financiar 59 proyectos de tecnología avanzada para impulsar la seguridad vial, mejorar la confiabilidad del tránsito y usar drones y sensores para proyectos de transporte en el país. Según ABC News, muchos de dichos proyectos se relacionan con la tecnología de “vehículos conectados” para evitar choques mediante el uso de transmisiones celulares.