El sistema de metro de la ciudad de Nueva York experimentó un preocupante incremento en la violencia en comparación con los niveles previos a la pandemia, según reveló un reciente análisis del New York Post.
Esta escalada violenta se evidencia en el incremento del 50% en los casos de asalto y un 53% en agresiones graves, que pasaron de 373 reportadas en 2019 a 570 en 2023. Esta subida no solo refleja un mayor número de ataques, sino también una mayor gravedad en las lesiones a las víctimas. El repunte de homicidios en el metro, pasó de tres en 2019 a diez en 2022, y se mantuvo en cinco durante el 2023.
Este alarmante crecimiento en la violencia se produce en un contexto de disminución del 30% en la afluencia de pasajeros en comparación con los años anteriores a la pandemia. Actualmente, cerca de 4 millones de personas utilizan el sistema de metro durante la semana, frente a los 5.5 millones antes de la llegada del COVID-19.
Expertos en justicia criminal y oficiales de policía se muestran desconcertados ante esta tendencia. “Todo ha cambiado, las cosas son diferentes”, afirmó Christopher Herrmann, profesor asociado en el John Jay de la Facultad de Justicia Penal-Universidad de Nueva York. Herrmann sugiere que tras la pandemia del coronavirus, se han alterado factores que inciden directamente en estos incrementos de violencia.
“Cuando la policía está ahí, las cosas van bien; pero cuando no está, las cifras suben o se producen incidentes sonados y eso es lo que impulsa este miedo a la delincuencia”, explicó Herrmann
La situación ha llevado a la administración local a tomar medidas. La portavoz de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) Joana Flores aseguró que el envío de 1.000 oficiales adicionales a las principales estaciones del metro ha logrado reducir significativamente la criminalidad en las últimas seis semanas.
Violencia y salud mental
Los documentos obtenidos por el New York Post muestran que, de los 41 casos de agresiones contra empleados de la MTA resueltos en 2023, más de la mitad de los sospechosos detenidos tenían antecedentes de enfermedad mental.
La falta de recursos de salud mental, junto con problemas sistémicos como el reclutamiento insuficiente, la formación y una legislación punitiva, han contribuido al aumento de la violencia, según las observaciones de los expertos.
La violencia no solo ha afectado a los usuarios del metro, sino también al personal; en 2023, 100 policías y 60 empleados de tránsito fueron agredidos, un número significativamente mayor en comparación con 2019.
El alcalde Eric Adams, como parte de sus esfuerzos por solucionar la situación, ordenó turnos extra de trabajo y aumentó las patrullas en las zonas más críticas. Pero a pesar de estas medidas, el sistema de tránsito ha enfrentado un aumento de hechos violentos, marcados por disparos y apuñalamientos en los últimos meses.
Adams atribuye estas acciones al auge de las enfermedades mentales sin tratar y aseguró durante una rueda de prensa citada por ABC Nueva York, que la ciudad está trabajando para retirar del sistema de metro a personas con problemas de salud mental, muchas de las cuales son habitantes de calle.
Desde el lanzamiento de un esfuerzo para abordar el crimen y la falta de vivienda en el metro en febrero de 2022, aproximadamente 7.000 personas en los subterráneos han sido trasladadas a albergues, según las autoridades de la ciudad.
La gobernadora Kathy Hochul, por su parte, también ha tomado cartas en el asunto. A principios del mes de marzo ordenó el envío de tropas de la Guardia Nacional para realizar revisiones aleatorias en las pertenencias de los usuarios del sistema subterráneo.