Florida enfrenta crecimiento en población carcelaria post pandemia

Contrario a las expectativas de reducción por el impacto de la pandemia, el estado del sol experimenta un aumento en sus penitenciarias, lo que sitúa las cifras por encima de las del año anterior, pero aun lejos de los máximos históricos

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El Instituto Nacional para la Reforma de la Justicia Penal destacó la viabilidad de las liberaciones sanitarias sin comprometer la seguridad pública. (Foto: EFE)
El Instituto Nacional para la Reforma de la Justicia Penal destacó la viabilidad de las liberaciones sanitarias sin comprometer la seguridad pública. (Foto: EFE)

La población carcelaria en Florida experimentó una disminución inicial al comienzo de la pandemia de la COVID-19, aunque esta tendencia fue efímera, ya que nuevos datos revelan un aumento del 5,3% entre 2021 y 2022. Sin embargo, a pesar de este incremento, el número de personas encarceladas en 2022 se mantuvo un 18,8% por debajo del máximo registrado en 2010.

Según informes de Axios, basados en datos del Departamento de Justicia, en 2022 había 84.678 personas en prisiones estatales o federales en Florida, en comparación con las 104.306 registradas en 2010. Este análisis refleja una tendencia a la baja en la población carcelaria desde hace más de una década.

A nivel nacional, la población penitenciaria de Estados Unidos aumentó un 2,1% entre 2021 y 2022, marcando el primer incremento en casi una década, según lo señalado en el informe del Departamento de Justicia. Este cambio en la tendencia llama la atención, especialmente considerando el contexto de la pandemia, durante la cual muchas cárceles enfrentaron brotes significativos y, en ocasiones, mortales de la COVID-19.

La población carcelaria de Estados Unidos muestra su primer incremento en casi una década, según el Departamento de Justicia. (Oficina de Estadísticas de Justicia)
La población carcelaria de Estados Unidos muestra su primer incremento en casi una década, según el Departamento de Justicia. (Oficina de Estadísticas de Justicia)

Durante el apogeo de la crisis sanitaria, algunos delincuentes no violentos fueron trasladados a confinamiento domiciliario como medida para mitigar la propagación del virus en las instalaciones penitenciarias. Esta acción buscaba proteger tanto a los reclusos como al personal penitenciario, así como a las comunidades circundantes.

David Muhammad, director ejecutivo del Instituto Nacional para la Reforma de la Justicia Penal, señaló al medio NPR que, a pesar de la retórica en contrario, numerosas investigaciones han indicado que estas liberaciones sanitarias no tuvieron un impacto negativo crucial en la seguridad pública. Muhammad expresó su decepción ante el aumento de la población carcelaria en todo el país, considerando que se ha demostrado la viabilidad de reducciones sin comprometer la seguridad.

Los datos del programa Nacional de Estadísticas de Prisioneros, un censo anual del Departamento de Justicia, sirven como base para comprender la dinámica de la población penitenciaria a nivel nacional, incluyendo aspectos como la capacidad de las instalaciones y otros detalles relevantes.

El incremento observado en la población carcelaria, a pesar de los esfuerzos por mitigar el impacto de la pandemia, pone de relieve la complejidad de la gestión de las cárceles durante crisis sanitarias. A medida que la sociedad busca equilibrar la seguridad pública con la salud de los reclusos y del personal penitenciario, resulta fundamental analizar y comprender las tendencias que afectan al sistema penitenciario en su conjunto.

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