El Comando Central de EE.UU. (CENTCOM) informó este sábado que sus fuerzas atacaron tres almacenes subterráneos utilizados por los rebeldes hutíes del Yemen para lanzar sus operaciones contra buques mercantes y de guerra en el mar Rojo, escenario de creciente tensión desde finales de noviembre.
”Las fuerzas del CENTCOM llevaron a cabo ataques de autodefensa contra tres instalaciones de almacenamiento subterráneo de los hutíes en zonas del Yemen controladas por los terroristas hutíes respaldados por Irán”, indicó el Ejército estadounidense en un comunicado.
Estas incursiones tuvieron como objetivo dañar las capacidades militares de los insurgentes a la hora de efectuar ataques en el mar Rojo, donde en las últimas semanas han muerto al menos tres marineros, mientras que han interrumpido los envíos de ayuda humanitaria al Yemen y han provocado severas disrupciones en el comercio marítimo mundial.
”Estas acciones son necesarias para proteger nuestras fuerzas, garantizar la libertad de navegación y hacer que las aguas internacionales sean más seguras para los buques estadounidenses, de la coalición y mercantes”, señaló el CENTCOM, que añadió que estos almacenes “presentaban una amenaza” para sus fuerzas.
EE.UU. y el Reino Unido lanzaron a mediados de enero una campaña de bombardeos contra posiciones militares de los hutíes en el Yemen en respuesta a sus ataques en el mar Rojo, si bien los insurgentes afirman que no han minado sus capacidades para seguir perpetrando sus acciones contra la navegación comercial.
La nota no concretó en qué zona del Yemen tuvieron lugar las incursiones estadounidenses, si bien el portavoz de los hutíes, Mohamed Abdelsalam, dijo en su cuenta de X que EE.UU. atacó varias posiciones en la capital, Saná, controlada por los insurgentes desde 2014.
Los bombardeos tuvieron como objetivos sitios militares, si bien provocaron una ola de pánico entre la población civil de Saná, según pudo constatar EFE.
El vocero de los hutíes indicó que estos ataques estadounidenses no impedirán que los combatientes chiíes “sigan atacando a los barcos israelíes o a aquellos que se dirijan a los puertos de la Palestina ocupada”, unas acciones que llevan realizando desde el pasado 19 de noviembre en el marco de la guerra en Gaza.
La semana pasada, los hutíes anunciaron que ampliarán sus ataques contra barcos vinculados a Israel en el océano Índico, con el objetivo de interrumpir completamente la navegación de los navíos que van desde Asia hacia Israel.
El Ejército de Israel informó el jueves que sus sistemas de defensa antiaérea lograron interceptar un “objeto sospechoso” lanzado desde el mar Rojo antes de entrar en el espacio aéreo israelí.
Las fuerzas israelíes, que han dado por terminado el incidente, explicaron que los residentes de la ciudad de Eilat, en el sur del país, fueron testigos de una gran explosión, según informaciones del diario The Times of Israel.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos estima que los rebeldes hutíes han atacado buques civiles y militares que navegaban frente a las costas yemeníes en al menos 50 ocasiones desde que comenzó la ofensiva israelí.
Estas reiteradas acciones llevaron a que, este mismo martes, el Consejo de Seguridad de la ONU emitiera una condena y pidiera un cese inmediato de ellas, tanto en el mar en cuestión como en el estrecho de Bab el Mandeb y el golfo de Adén, recordando a los terroristas el Derecho Internacional y los derechos que respaldan al ejercicio de navegación.
Los miembros expresaron su rechazo “en los términos más enérgicos” a los ataques que iniciaron el pasado octubre y que ya se han cobrado la vida de tres tripulantes del MV True Confidence, dejaron heridas a varias personas y hasta derivaron en el hundimiento del MV Rubymar. También exigieron la liberación inmediata de los oficiales a bordo del MV Galaxy Leader, secuestrados desde hace más de 100 días.
A raíz de los “impactos negativos” que estos episodios han tenido en el comercio, la seguridad y el medioambientales, los miembros recordaron en su escrito “la importancia de mejorar la cooperación internacional y regional, para contrarrestar las amenazas a la paz y la seguridad en la región, pidiendo una reducción de las tensiones en el mar Rojo, para preservar el proceso de paz en Yemen” e intentando “evitar una mayor escalada con posibles consecuencias multidimensionales”.
(Con información de EFE)