Biofire, una startup con sede en Colorado, Estados Unidos, está a punto de lanzar al mercado el primer arma inteligente biométrica de Estados Unidos. Este avanzado modelo de pistola de 9 milímetros, que incorpora tecnología de reconocimiento de huellas dactilares y facial, promete revolucionar el concepto de seguridad armamentística al permitir su uso exclusivamente a usuarios autorizados.
Según la empresa, los primeros modelos de estas armas, valoradas en 1.499 dólares, se entregarán a inversores y miembros cercanos a la firma antes de fin de mes, abriendo posteriormente el proceso de compra al público, que ya cuenta con miles de pedidos anticipados.
Detrás de esta innovación se encuentra Kai Kloepfer, CEO y fundador de Biofire, quien inspirado por el trágico tiroteo de Aurora, Colorado, en 2012, dedicó años de su vida al desarrollo de una solución tecnológica que pudiera prevenir situaciones similares.
Kloepfer, quien abandonó sus estudios en el Instituto de Tecnología de Massachusetts para concentrarse en este proyecto, ha logrado recaudar más de 37 millones de dólares en capital de riesgo y fondos privados para materializar su visión. El empresario sostiene que “su producto ha sido sometido a pruebas rigurosas y promete una fiabilidad superior a la de los sensores biométricos presentes en los smartphones actuales”.
El potencial de las armas inteligentes para mejorar la seguridad pública ha sido reconocido tanto por defensores del control de armas como por algunas voces dentro de la industria armamentística. Nick Suplina, vicepresidente sénior de leyes y política en Everytown, un grupo de defensa del control de armas, mencionó en entrevista con CNBC, que “esto podría ser el comienzo de que todos opten por armas de fuego más seguras”.
Asimismo, la visión de Joe Biden durante la campaña presidencial de 2020 sobre el futuro de las armas inteligentes refleja una meta ambiciosa para la industria, buscando que el “100% de las armas de fuego vendidas en Estados Unidos sean armas inteligentes”.
Sin embargo, la introducción de esta tecnología en el mercado no está exenta de desafíos y escepticismo, especialmente por parte de los defensores de los derechos a portar armas, que se muestran preocupados por la posibilidad de que estas armas inteligentes puedan ser inactivadas a distancia, incluyendo por el gobierno.
Aidan Johnston, director de asuntos federales de Gun Owners of America, expresó al mismo medio las reservas de algunos propietarios de armas, señalando que “estas llamadas armas inteligentes bloquean su arma de fuego haciéndola inaccesible en ciertas situaciones en las que la va a querer, como una situación de vida o muerte”. Por su parte, Biofire asegura que el acceso remoto a su arma no es posible, buscando aliviar dichas preocupaciones.
La implementación de armas inteligentes también se encuentra ante el obstáculo de las leyes federales y estatales. Actualmente, ninguna regulación federal de seguridad de productos se aplica a las armas de fuego, incluidas las de Biofire, debido a una excepción en la ley de protección al consumidor de 1972.
No obstante, la pistola de Biofire cumple con los requisitos de seguridad tanto para la electrónica de consumo como para las normas de seguridad de armas cortas establecidas por algunos estados.