El estado de Georgia, en Estados Unidos, ejecutó este miércoles con una inyección letal a Willie James Pye, un afroamericano de 59 años, condenado por el brutal asesinato de Alicia Lynn Yarbrough hace más de treinta años.
El caso de Pye ha sido objeto de intensos debates sobre la pena de muerte. Tanto activistas como los abogados de Pye hicieron esfuerzos hasta el último momento para detener la ejecución, que marcó la primera en Georgia en más de cuatro años, pero no lo lograron.
La defensa del reo presentó una apelación al Tribunal Supremo de Estados Unidos, alegando problemas de procedimiento, pero fue denegada, prolongando la ejecución por cuatro horas.
Pye fue ejecutado a las 23:03 hora local en una prisión de Jackson, después de solicitar como última comida sándwiches de pollo y hamburguesas, según informó el Departamento de Correcciones de Georgia.
La defensa solicitó sin éxito clemencia a la Justicia, argumentando la ineficacia y el racismo de su primer abogado de oficio, que no divulgó en el juicio que el acusado tenía una discapacidad intelectual.
“Si su abogado de oficio no hubiese abandonado su trabajo, los jurados habrían sabido que el Sr. Pye es un discapacitado intelectual con un coeficiente intelectual de 68″ indicaron en el documento.
También argumentaron que el reo sufrió “profunda pobreza, negligencia, violencia constante y caos en su hogar familiar” desde que nació, y que se arrepentía del crimen.
No obstante, la junta de Perdón y Libertad Condicional de Georgia rechazó este martes conmutar la pena de muerte por una de cadena perpetua tras “considerar exhaustivamente todos los hechos y circunstancias del caso”.
Según los documentos judiciales, Pye irrumpió armado con dos amigos cómplices en la casa de la nueva pareja de Yarbrough con la intención de robarle dinero, y la encontraron a ella sola con su bebé.
Pye y sus cómplices, a punta de pistola, robaron las joyas de la mujer, la secuestraron y la violaron en un motel; después la llevaron a una carretera, le ordenaron tumbarse en el suelo y Pye le disparó tres tiros.
Los registros judiciales indican que Pye fue declarado culpable en 1996 -tres años después de cometer el crimen- de homicidio doloso, secuestro con lesiones corporales, robo a mano armada, allanamiento de morada y violación en el asesinato de Yarbrough, con quien mantenía una relación sentimental intermitente.
Uno de los cómplices, que era adolescente, confesó los hechos a las autoridades y testificó en contra Pye y el otro cómplice, quien recibió una condena de cadena perpetua.
El Tribunal Supremo de Georgia decidió en 1989 que las ejecuciones de personas discapacitadas intelectualmente van en contra de la constitución estatal, pero exigió demostrar esa condición más allá de toda duda razonable.
La sentencia de pena de muerte de Pye -que adicionalmente fue condenado a tres cadenas perpetuas y 20 años extra-, ha sido mantenida por tribunales de apelación estatales y federales a lo largo de los años.
Según la cadena CNN, tres de los jurados en el juicio de Pye dijeron recientemente que se oponían a su ejecución.
Desde que el Supremo estadounidense restableció la pena de muerte en 1976, ha habido 76 personas ejecutadas en Georgia.
Pye fue el recluso número 54 ejecutado mediante inyección letal. Actualmente, en el estado hay 35 hombres y una mujer condenados a muerte, según los datos proporcionados por el Departamento Correccional de Georgia.
(Con información de EFE y Europa Press)