Tras un periodo marcado por la incertidumbre que la pandemia del COVID-19 trajo al mundo, Estados Unidos experimentó un significativo repunte en su tasa de matrimonios, retornando a cifras previas a esta crisis sanitaria. Durante 2022 se registraron cerca de 2,1 millones de enlaces matrimoniales, representando un incremento del 4% en comparación con el año anterior, según revelaron datos recientes del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
De acuerdo con CNN, entre 2009 y 2013, la tasa de uniones maritales se mantuvo en 6,8 por cada 1.000 personas, incrementándose levemente en los años siguientes hasta alcanzar los 7,0 por cada 1.000 personas en 2016, antes de descender a 6,1 en 2019, justo antes del estallido de la crisis sanitaria global.
La pandemia había precipitado una disminución notable, descendiendo a 1,7 millones de bodas en 2020, el número más bajo desde 1963, debido a las restricciones impuestas para contener la propagación del virus. De acuerdo con datos históricos citados por TIME Magazine, que datan de 1900, el año que presentó la tasa más alta de matrimonios en Estados Unidos fue 1946, con 16,4 por cada 1.000 personas.
Sin embargo, a principios de los años ochenta, dicha tasa aún se mantenía por encima de 10, antes de iniciar un declive que se ha extendido durante décadas, señalando un cambio significativo en las dinámicas sociales y personales respecto al matrimonio en los Estados Unidos.
Entre los estados con las tasas de matrimonio más altas en 2022, Nevada lideró la lista con 25,9 matrimonios por cada 1.000 personas, a pesar de un ligero descenso con respecto a 2021. Le siguen Hawái con 14,4, Montana y Utah, ambos con 9,9, y Arkansas con 7,9. El Distrito de Columbia también destacó con una tasa considerable de 8,3, publicó FOX News.
Un nuevo concepto del matrimonio
Marissa Nelson, una terapeuta matrimonial y familiar licenciada en Washington, D.C., consultada por CNN, explicó que la convivencia forzada durante los confinamientos funcionó como un catalizador para que muchas parejas reflexionaran de manera más profunda sobre aspectos fundamentales de su relación, como las finanzas, los compromisos y la autonomía. “Muchas personas salieron de esa experiencia con un mejor sentido de lo que necesitan en un compañero de vida”, destacó Nelson.
Por su parte, Ian Kerner, terapeuta matrimonial y familiar, y colaborador de CNN, atribuyó este fenómeno a un desplazamiento de lo que denominó el “matrimonio romántico” hacia el “matrimonio compañero”, en el que las personas optan cada vez más por parejas que se asemejan más a mejores amigos que a compañeros apasionados.
Esta tendencia puede presentar desafíos en cuanto a la atracción a largo plazo, pero también propone una base más sólida para la estabilidad y la satisfacción en el matrimonio. “En su nivel más básico, el concepto de compromiso implica la experiencia de estar vinculado con otro. En su mejor versión, significa estar vinculado con alguien que es una base segura y constante que estará ahí para ti frente a cualquier adversidad”, confirmó la psicóloga Monica O’Neal.
Menos divorcios
En el transcurso de 2022, Estados Unidos también experimentó una sutil disminución en la tasa de divorcios, manteniendo una tendencia a la baja que se ha prolongado durante años, según se desprende de los últimos datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
En este lapso, se registraron aproximadamente 674.000 divorcios, lo que se traduce en una tasa de 2,4 por cada 1.000 personas. Esta cifra sigue a un mínimo histórico alcanzado en 2020 cuando la tasa de divorcios fue de 2,3, según reveló la agencia de salud.
Este notable descenso puede atribuirse a varios factores que han moldeado la forma en que las parejas enfrentan las adversidades y construyen sus relaciones. “La terapia se ha normalizado, los roles en los matrimonios se han vuelto más flexibles y las personas están más acostumbradas a hablar abiertamente sobre cómo desean que funcionen sus matrimonios”, explicó la terapeuta matrimonial Marissa Nelson.
La pandemia y los confinamientos subsiguientes, que obligaron a muchas parejas a convivir en espacios reducidos durante periodos prolongados, actuaron como catalizadores de estos cambios. “Estar encerrados juntos obligó a muchas parejas a enfrentar de frente los problemas en su relación”, añadió Nelson.