En las profundidades turbias del río Pecatonica en Illinois, un descubrimiento inesperado podría traer luz a un caso olvidado desde hace décadas. Pescadores, en la búsqueda de un buen lugar para echar sus anzuelos, toparon con algo inusual. Usaban equipos de sonar cuando dieron con lo que parecía ser un automóvil sumergido. ¿Cómo había llegado allí? ¿Podría este hallazgo resolver un enigma que había desconcertado a la comunidad durante casi medio siglo?
La llamada a las autoridades no tardó en hacerse. El Sheriff del Condado de Winnebago, Gary Caruana, recibió el aviso. Un equipo de buzos fue desplegado al sitio. Lo que encontraron fue asombroso: un Chevrolet Impala dorado de 1966. Pero había más que solo un carro antiguo en este hallazgo y estaban a punto de descubrirlo.
Se cree que el Chevrolet Impala podría estar relacionado con la desaparición de dos hombres en 1976: Clarence Owens, de 65 años, y Everette Hawley, de 75. Ambos habían sido vistos por última vez conduciendo ese mismo tipo de vehículo. Participaban en una subasta de granjas cerca de la línea entre Winnebago y el Condado de Ogle.
Al recuperar el vehículo, el equipo hizo otro hallazgo aún más inquietante: restos óseos humanos. Jennifer Muraski, la forense del Condado de Winnebago, confirmó el hallazgo de estos restos junto con algunos objetos personales. Más de 100 fragmentos esqueléticos fueron recuperados tanto dentro del auto como a lo largo del banco del río.
“Lo que tenemos ahora mismo es lo que parecen ser restos óseos humanos de dos individuos. En este momento no sabemos si se trata de una mujer o de un hombre. Estamos en las primeras fases de la investigación en cuanto a quiénes podrían ser”, declaró la forense.
No se trata sólo de un vehículo, lo que fue encontrado, sino de una especie de cápsula del tiempo que llevaba casi 50 años sumergida. Esta no es una simple tarea de recuperación; es una misión para dar respuestas a las familias de los desaparecidos.
Muraski y su equipo, junto con antropólogos forenses, tienen ahora por delante la ardua tarea de identificar a los individuos a través de los restos óseos. Tienen que reconstruir los últimos momentos de estos hombres. ¿Hubo juego sucio involucrado? El sheriff, por el momento, opina que no. Pero las teorías abundan.
Tom Owens, hijo de Clarence y exoficial de policía en Rockford, siempre ha sospechado de un acto criminal detrás de la desaparición de su padre y Hawley. Ellos eran socios y amigos, trabajando juntos en varios proyectos.
La comunidad y las autoridades se encuentran ahora a la espera de respuestas. El río Pecatonica había guardado este secreto durante demasiado tiempo. La recuperación del Chevrolet Impala de 1966 es solo el inicio de una cadena de descubrimientos que promete desentrañar el misterio de la desaparición de Clarence Owens y Everette Hawley. ¿Podría, finalmente, después de casi medio siglo, hallarse una resolución a este frío caso?
La noticia del hallazgo ha reavivado la esperanza de las familias y la comunidad. Quizás, con los avances tecnológicos actuales y un equipo dedicado de investigadores, el destino final de Owens y Hawley podría ser revelado.
La historia de su desaparición, llena de giros inesperados y revelaciones sorprendentes, podría finalmente tener un cierre. Pero las preguntas permanecen: ¿Qué llevó al trágico final de estos dos hombres? ¿Y podrían sus almas finalmente encontrar descanso?
Con el pasar de los días, la expectativa crece. Los esfuerzos combinados de forenses, detectives y la comunidad prometen arrojar luz sobre este misterioso caso y, tal vez, ofrecer un cierre largamente esperado. El tiempo dirá si este capítulo de la historia de Illinois finalmente encontrará su conclusión.
Con información de CNBC, CBS News y My State Line*