El gobierno de Estados Unidos se pronunció este jueves sobre el “brutal” ataque que sufrió el opositor ruso Leonid Volkov, un político cercano al recién fallecido líder Alexei Navalny, en Vilna, donde se encuentra exiliado por la persecución del Kremlin.
“Estamos muy preocupados por este ataque”, señaló John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que agregó que las informaciones que se han conocido sobre el ataque a Volkov, en Lituania, “son brutales y de una violencia increíble”.
El funcionario norteamericano añadió que el opositor ruso era un “fuerte crítico del Kremlin”.
Volkov, quien era considerado como la ‘mano derecha’ de Navalny, fue atacado el martes con un martillo cuando llegaba a su casa, en las afueras de Vilna.
Según medios locales y el propio relato de Volkov, fue golpeado varias veces con un martillo, le rociaron con gas y le rompieron un brazo.
En un video publicado en Telegram, el opositor acusó directamente a Rusia de estar detrás del ataque: “Es evidente que se trató de un saludo criminal, típico, característico de Putin, del San Petersburgo criminal (...) Vladimir Vladimirovich (patronímico de Putin), también te envío saludos”, dijo.
Sobre el momento del ataque, detalló: “Quisieron hacer de mí un bistec. Con un mazo para la carne una persona en el patio de la casa, en el suelo, me golpeó unas 15 veces en una pierna. La pierna por alguna razón quedó entera”.
“Continuaremos nuestro trabajo. No nos rendiremos”, agregó Volkov.
La ex portavoz de Navalny, Kira Yarmish, señaló que Volkov fue atacado en el auto “frente a su casa”. “Alguien rompió la ventanilla de un automóvil y le roció gas lacrimógeno en los ojos, tras lo cual el atacante comenzó a golpear a Leonid con un martillo”, escribió en la red social X.
El Kremlin, por su parte, eludió comentar este jueves el incidente, asegurando que no puede pronunciarse sobre hechos sucedidos en otros países.
“Estamos hablando de un incidente que tuvo lugar en Lituania. No podemos comentar, de modo alguno, lo que pasa a la gente en Lituania”, manifestó el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, quien señaló que estas preguntas deberían ser “probablemente” hechas al Ministerio de Exteriores y a la Policía de Lituania.
Asimismo, aseguró que “no hay necesidad de tener miedo a Putin”. “Putin debe ser respetado y debe ser escuchado”, comentó después de que tanto Volkov como las autoridades lituanas hayan apuntado a una responsabilidad de las autoridades rusas en el ataque.
Posteriormente, los servicios de Inteligencia de Lituania consideraron “probable” que las autoridades rusas orquestaran el ataque y lo vincularon con un intento “para frenar la implantación de proyectos opositores con vistas a las próximas elecciones presidenciales, no democráticas”.
Tras lo sucedido, el ex diputado ruso Guennadi Gudkov pidió el miércoles a los Gobiernos europeos que garanticen la seguridad de la oposición en el exilio. “Se ha declarado la caza contra los representantes más destacados de Rusia en el exilio (...) Hay que crear un grupo para garantizar la seguridad de esas personas”, comentó a la agencia EFE en conversación telefónica desde Bulgaria.
Gudkov, que trabajó en los órganos de seguridad antes de dedicarse a la política, denunció que el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha creado un departamento especial para “contrarrestar” la influencia de los opositores en el extranjero, figuras que el Kremlin considera “enemigos”.
La decisión de pasar a la “liquidación física de la oposición” comenzó en agosto, según la fuente, con el envenenamiento en Berlín de la periodista rusa Yelena Kostiuchenko; y siguió con “el cínico asesinato” en febrero del piloto ruso, Maxim Kuzminov, que desertó y se asentó en España.
“El ataque contra Volkov formaría parte de esa cadena. Lamentablemente, no creo que éste sea el último intento de la red de agentes” rusos, dijo.
El ataque tuvo lugar cerca de un mes después de la muerte de Navalny en una prisión en el ártico ruso en la que cumplía sendas condenas por corrupción y extremismo. Los aliados del opositor han acusado directamente a Putin de su muerte, algo que han hecho también diversos países occidentales.
Volkov, de 43 años, es una de las figuras más prominentes de la oposición rusa como ex jefe de gabinete de Navalny y presidente hasta 2023 de la fundación anticorrupción fundada por el principal opositor de Putin.
(Con información de EFE y Europa Press)