Dentro del competitivo mundo de la inteligencia artificial (IA), Mistral AI, una startup con sede en París y con apenas nueve meses de fundada, está irrumpiendo en el campo dominado por gigantes de Silicon Valley, desafiando las expectativas con una valoración de más de 2.000 millones de dólares.
La compañía, liderada por el CEO de 31 años, Arthur Mensch, ex empleado de Google, ha cosechado atención global, especialmente tras anunciar una asociación con Microsoft, que integrará el nuevo modelo de IA de Mistral AI como una opción para desarrolladores en su servicio de nube Azure, transformando el paisaje de la inteligencia artificial con innovadoras propuestas de eficiencia y accesibilidad.
Mensch, junto con sus cofundadores, Timothée Lacroix y Guillaume Lample, quienes previamente trabajaron en el laboratorio de inteligencia artificial de Meta Platforms en París, idearon Mistral AI con la premisa de que no es necesario operar a una escala masiva para sobresalir en el campo de la inteligencia artificial. “Siempre he lamentado que no hubiera Big Tech en Europa”, dijo Mensch al Wall Street Journal (WSJ) en la oficina de Mistral AI en París. “Creo que esta es nuestra oportunidad de convertirnos en una”.
Esta visión ha resonado en la industria, atrayendo inversiones significativas de más de 500 millones de dólares de capitales como Andreessen Horowitz, y forjando asociaciones estratégicas no solo con Microsoft, sino también con Salesforce y Nvidia, este último siendo el fabricante de las unidades de procesamiento gráfico (GPU) más potentes utilizadas para construir sistemas de IA como los de Mistral.
El lanzamiento de su modelo de IA, Mistral Large, ha marcado un antes y un después en la carrera tecnológica al demostrar capacidades de razonamiento comparables a modelos avanzados como GPT-4 de OpenAI y Gemini Ultra de Google, pero con un coste significativamente menor, estimado en menos de 22 millones de dólares. Esta eficiencia en costo ha sido una declaración audaz frente a los comentarios de Sam Altman, CEO de OpenAI, quien mencionó que entrenar sus modelos más grandes costaba “mucho más que” 50 a 100 millones de dólares.
La empresa no solo ha captado la atención por su eficiencia de capital sino también por su filosofía de ofrecer muchos de sus sistemas de IA como software de código abierto, lo que permite un mayor control y adaptabilidad por parte de los usuarios y desarrolladores. “Queremos ser la empresa más eficiente en capital del mundo de la IA”, dijo Mensch. “Esa es la razón de nuestra existencia”.
Arthur Mensch compagina su visión tecnológica con un carácter amigable y un espíritu deportivo, características que se alejan del estereotipo tradicional del CEO en el sector tecnológico. Con una formación académica sólida en matemáticas y aprendizaje automático en algunas de las escuelas más prestigiosas de Francia, Mensch siempre ha buscado mejorar la eficiencia en cada proyecto en el que se ha involucrado, una pasión que claramente ha trasladado a Mistral AI.
La compañía emerge en un contexto donde la competencia por liderar el campo de la inteligencia artificial se intensifica y la preocupación por la monopolización tecnológica crece. La decisión de Mensch de aventurarse fuera de los círculos de Big Tech para crear una alternativa europea relevante en IA marca un punto de inflexión en la conversación sobre innovación y diversidad en el sector.
Para Eric Boyd, vicepresidente corporativo de la plataforma de IA de Microsoft, Mistral representa una interesante prueba de hasta dónde puede llevar la ingeniería inteligente a los sistemas de IA. “¿A dónde más se puede llegar?”, preguntó. “Eso está por ver” dijo al WSJ.
La misión de Mistral AI, más allá de desafiar a los gigantes tecnológicos con modelos innovadores y accesibles, resuena en un deseo más profundo de Arthur Mensch y sus cofundadores: transformar Europa en un actor indispensable en el escenario mundial de la tecnología de inteligencia artificial, dibujando un horizonte prometedor para la región en esta era de rápida evolución digital.