La transición hacia vehículos eléctricos y el uso de energía proveniente de fuentes renovables promete ser un cambio significativo para la calidad de vida y salud de las poblaciones a nivel global, especialmente para los más jóvenes, según un nuevo informe de la American Lung Association, que arroja luz sobre los beneficios potenciales que esta transformación podría acarrear.
Según el estudio, adoptar vehículos de cero emisiones y asegurar que la red eléctrica dependa exclusivamente de energías limpias y renovables podría evitar la muerte prematura de cientos de infantes y reducir significativamente los casos de asma pediátrica y otros síntomas respiratorios en niños.
El documento estima que para el año 2050, la adopción de estas medidas podría resultar en 2,79 millones de ataques de asma pediátricos menos y 147.000 casos menos de bronquitis aguda pediátrica.
La contaminación del aire, exacerbada por el uso de vehículos a combustión y la generación de electricidad a partir de fuentes fósiles, representa uno de los mayores riesgos para la salud pública a nivel mundial.
Los niños, debido a su desarrollo físico y mayor exposición al aire exterior, se encuentran particularmente en riesgo, enfrentando mayores posibilidades de desarrollar problemas respiratorios y cardiovasculares, así como complicaciones en su desarrollo cognitivo.
El informe subrayó que el tráfico vehicular es una de las fuentes principales de contaminación por carbono, representando el 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero en los Estados Unidos, seguido por la producción eléctrica con el 25 por ciento.
Esto coloca a la transición hacia vehículos eléctricos y la decarbonización de la red eléctrica como puntos clave en la lucha contra la contaminación del aire y el cambio climático.
No obstante, la adopción de vehículos eléctricos y la transición hacia fuentes de energía limpia no solo tienen implicaciones ambientales, sino también de justicia social.
Las comunidades de minorías y los vecindarios con ingresos limitados, que históricamente han sido más expuestos a la contaminación, serían algunos de los más beneficiados. Este cambio hacia una movilidad más limpia y sostenible podría mitigar las desigualdades en la calidad del aire que enfrentan estas personas, promoviendo la equidad y justicia ambiental.
Los vehículos eléctricos, si bien no son completamente “cero emisiones” debido a la contaminación generada en su producción y durante la carga de sus baterías, representan una alternativa significativamente menos contaminante que los vehículos a combustión.
El Departamento de Energía de los Estados Unidos calcula que los vehículos eléctricos emiten 1.700 kilogramos de carbono equivalente por año, en comparación con los 5.100 kilogramos generados por vehículos a gasolina.
Sin embargo, la adopción masiva de estas tecnologías enfrenta desafíos, incluyendo la necesidad de políticas públicas más fuertes e incentivos financieros que motiven a los consumidores y a las industrias hacia una transición ecológica.
Los hallazgos de la American Lung Association son un llamado urgente a la acción, resaltando la necesidad de acelerar el camino hacia un futuro energético limpio y sostenible para proteger la salud de las próximas generaciones y del planeta.