En un giro inesperado digno de una trama de televisión, Matthew Leshinsky, un joven de 23 años de Farmingville, Nueva York, se entregó inadvertidamente a las autoridades al reportar un robo en su propio laboratorio, que además era la sede clandestina de producción de metanfetaminas, evocando escenas de la famosa serie Breaking Bad.
El hallazgo se produjo el 7 de junio de 2023, alrededor de las 3:30 horas, cuando el sujeto contactó a la policía para informar sobre un supuesto allanamiento en Quantitative Laboratories LLC, situado en Ronkonkoma. Los oficiales de la Policía del Condado de Suffolk descubrieron no solo el vidrio roto de la entrada, sino también equipos que indicaban la manufactura de metanfetaminas y dimetiltriptamina (DMT), una sustancia alucinógena, entre otros estupefacientes.
Al profundizar en la investigación, las autoridades obtuvieron una orden de registro que condujo al descubrimiento de más de 100 elementos de equipo de laboratorio y sustancias químicas diseñadas para la producción de metanfetaminas.
Además, se hallaron drogas como éxtasis, unos 85 gramos de metanfetamina, más de 625 gramos de ketamina pura y más de 20 barriles plásticos de unos 208 litros de Gammabutirolactona, relacionada químicamente con el ácido gamma hidroxibutírico, conocido como la “droga de la violación”. También se incautaron unos USD 40.000.
El fiscal del distrito del Condado de Suffolk, Raymond Tierney, comentó que Leshinsky operaba un laboratorio de drogas al estilo Breaking Bad bajo la fachada de un negocio legítimo, deviniéndose su captura cuando él mismo reportó el robo.
“Este acusado estaba operando un laboratorio de drogas al estilo Breaking Bad y trató de ocultarlo bajo la apariencia de un negocio legítimo”, señaló Tierney. Leshinsky se declaró culpable de 13 cargos, incluida la fabricación ilegal de metanfetaminas, la posesión criminal de material para la producción de metanfetaminas, y la imprudencia temeraria. Su sentencia está programada para el 20 de marzo.
A pesar de reconocer la producción de dichas sustancias, el abogado de Leshinsky, David Besso, destacó en declaraciones a Newsday la brillantez científica de su cliente y su intención de analizar la adicción a las drogas “por el bien público”, negando que las vendiera fuera del laboratorio.
Besso explicó que Leshinsky había solicitado una licencia a través del Departamento de Conservación Ambiental, pero trabajaba sin la certificación correcta en el momento de su arresto. “Desafortunadamente, procedió de la manera incorrecta”, dijo el letrado.
Este caso resalta la delgada línea entre el geno y el desvío criminal, un tema recurrente en la sociedad actual, donde los confines de la ley se pueden difuminar bajo el manto de la investigación y el estudio.
La situación de Leshinsky recuerda vívidamente al argumento de Breaking Bad, donde personajes con conocimientos especializados cruzan hacia el lado oscuro, empujados por circunstancias diversas, mezclando la realidad con la ficción de manera alarmante.