El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha asegurado que los militares ucranianos son conscientes de que están gastando munición “a un ritmo preocupante” y que están tomando “duras decisiones” sobre los proyectiles que van a utilizar en cada momento ante la escasez que pueden sufrir si el Congreso estadounidense no aprueba nuevos fondos de ayuda militar para Kiev.
“Están utilizando sobre todo (misiles) de medio y largo alcance para la defensa aérea a un ritmo que les preocupa. Y los rusos se dan cuenta. Quiero decir, parte de la táctica aquí es lanzar fuego al cielo, sabiendo que los ucranianos van a tener que lanzar fuego de vuelta, y que no hay un flujo constante o fiable de respaldo para las capacidades de defensa aérea”, ha declarado Kirby durante una rueda de prensa.
“Sabemos a ciencia cierta que algunos de sus comandantes en el campo de batalla están tomando decisiones difíciles sobre cuántas municiones van a disparar en un día determinado contra un objetivo determinado y cuántas tienen que guardar. (...) Así que están en una posición difícil”, ha añadido el portavoz.
En ese sentido, ha confirmado que, en el campo de batalla, las tropas ucranianas están experimentando una pérdida de ciertos tipos de munición en unos meses de invierno en los que, a pesar de la falta de avances de ambos bandos, los combates no se han detenido.
Los nuevos fondos de ayuda militar para Ucrania están bloqueados en el Congreso de Estados Unidos por la negativa del Partido Republicano a votar a favor hasta que no vayan acompañados de un aumento de presupuesto para la seguridad fronteriza que ellos consideren suficiente.
La lucha en el Mar Negro
Las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército de Ucrania han llevado a cabo la noche del lunes la operación ‘Ciudadela’, gracias a la cual han logrado destruir una plataforma sobre el mar Negro a través de la que Rusia implementaba el funcionamiento de sus vehículos aéreos no tripulados de investigación y ataque.
De acuerdo con las autoridades ucranianas, Rusia había tomado esta plataforma marítima cerca de Crimea meses atrás en el marco de la invasión desatada a finales de febrero de 2022. Allí, las tropas rusas habían instalado una serie de antenas que amplificaban la señal para mejorar el funcionamiento de sus drones.
El objetivo de esta instalación rusa era el de amplificar el rango de acción del dron Mohajer-6, de fabricación iraní y empleado para el reconocimiento del terreno, para luego poder hacer un uso más efectivo de los drones kamikaze Shahed, también de fabricación iraní y empleados por Rusia en gran parte de sus ataques, según Ucrania.
Además, la parte rusa había instalado también en la plataforma una serie de radares para detectar objetos en el mar, “desde lanchas a motor hasta barcos”, y así poder “controlar la situación en la parte noroeste del mar Negro”, se desprende de un comunicado de las Fuerzas Especiales ucranianas en Telegram.
“Tras una cuidadosa planificación y preparación, el grupo del 73 Centro Marino de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania comenzó la tarea de destruir las instalaciones enemigas” en una zona de “constante patrullaje de la aviación y la marina rusas”, han detallado las autoridades militares ucranianas.
Así, la operación se ha llevado a cabo durante las horas de la noche, cuando embarcaciones ucranianas se han acercado hasta la plataforma marítima para llevar a cabo una redada e incautar “importante equipo enemigo”, y más tarde colocar cargas explosivas en las principales antenas de radar.
“Esta operación especial realizada con éxito garantiza un movimiento más seguro de los barcos y limita las capacidades del enemigo en la parte noroeste del mar Negro”, han zanjado las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército ucraniano.
(con información de EP)