Taylor Swift se encuentra en medio de una controversia con Jack Sweeney, un estudiante universitario de Florida, debido al seguimiento que este ha realizado sobre los vuelos de su jet privado. Sweeney, que ha adquirido notoriedad por monitorizar los movimientos aéreos de diversas personalidades como Elon Musk, Mark Zuckerberg y Bill Gates, utiliza para sus actividades datos de vuelo de acceso público suministrados por la Administración Federal de Aviación.
La situación escaló cuando los representantes legales de la cantante enviaron a Sweeney una carta de cese y desistimiento, en la cual se argumenta que la distribución continua de la ubicación de la estrella musical en tiempo real constituye una violación de su privacidad y representa una amenaza significativa para su seguridad, de acuerdo con CNN.
Dicha carta indica cómo el rastreo exhaustivo de los movimientos de Swift no sólo infringe varias leyes estatales, sino que además implica un peligro considerable. Este peligro no es infundado, dado el historial de Swift con acosadores. De manera paralela, la carta trae a colación el caso de Musk y cómo la conducta de Sweeney había sido previamente considerada un “riesgo de seguridad” por el empresario. En este contexto, los abogados subrayan el carácter imperativo de la seguridad de la intérprete y detallan el daño que podría derivarse de la continuación de estas actividades por parte de Sweeney.
Al ser consultado, Sweeney manifestó por correo electrónico a CNN que no tenía intenciones de causar perjuicio alguno con sus acciones. Aclaró que su enfoque se centra en la transparencia y en el derecho del público a acceder a información de dominio público. A pesar de las serias implicaciones de la carta de los abogados de Swift, Sweeney no dejó de expresar su apreciación por la música de artista y “reafirmó su compromiso con la diseminación de información abierta”. Esto evidencia una discrepancia significativa entre la interpretación de Sweeney sobre el impacto y valor de compartir dichos datos online y el punto de vista de los representantes de la cantante
Según información de Billboard, un factor a considerar es el evidente interés del público por los movimientos y actividades de la celebridad. Específicamente, hay una demanda considerable de información sobre sus desplazamientos relacionados con eventos importantes como los GRAMMYs o el Super Bowl.
Esta circunstancia resalta el interés continuo en la vida de las celebridades y cómo este interés frecuentemente choca con los deseos de privacidad de las mismas. Aunque la preocupación de Swift por su seguridad es comprensible y justificada, la situación subraya cuestiones más amplias relacionadas con la privacidad en el ámbito público y los límites del derecho a la información.
El dilema entre la privacidad de las personalidades públicas y la transparencia informativa queda patente en este caso. La carta de cese y desistimiento representa una medida concreta para salvaguardar la seguridad personal de la compositora; sin embargo, las acciones de Sweeney, basadas en su derecho a utilizar información de dominio público, destacan un área gris en el debate sobre privacidad y acceso a la información en la era digital. Este encuentro evidencia la complejidad de conciliar el derecho a la privacidad de individuos con el interés y derecho del público a saber, según The New York Post.