El estado de California enfrenta una crisis sin precedentes tras ser azotado por una tormenta, alimentada por un río atmosférico, que deja ya al menos tres personas muertas y ha sumido en el caos a todo el estado con lluvias récord, deslizamientos de tierra destructivos y violentas ráfagas de viento.
El gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia en los condados de Los Ángeles, Orange, Riverside, San Bernardino, San Diego, San Luis Obispo, Santa Barbara y Ventura, según difundió el diario The Guardian.
El fenómeno climático, que comenzó a intensificarse el domingo 5 de febrero por la tarde, ha forzado a casi 38 millones de personas, incluyendo unos 10 millones en el condado de Los Ángeles, a vivir bajo alertas de inundación que se extienden hasta Arizona.
Un hombre de edad avanzada falleció en Yuba City, al norte de California, luego de que un árbol cayera en su patio trasero. En Boulder Creek, una localidad en las montañas de Santa Cruz, una persona también perdió la vida cuando un árbol cayó sobre su vivienda, quedando atrapada y falleciendo en el lugar, mientras que otra persona logró escapar, informó la oficina del sheriff del condado de Santa Cruz. Mientras tanto, en el condado de Sacramento, un hombre de 41 años murió a causa de un árbol caído, cuando los vientos alcanzaron casi 112 kilómetros por hora.
Hasta el momento, algunos sectores de Los Ángeles han registrado más de 25.4 centímetros de lluvia, siendo la Universidad de California, Los Ángeles, una de las áreas más afectadas con más de 29.97 centímetros, una cantidad que triplica el promedio usual para todo el mes de febrero, según reportó el científico climático de UCLA, Chad Thackeray. “Sitios como Topanga, Bel Air, Sepulveda Canyon y Woodland Hills han sido duramente golpeados, registrando más de 25.4 centímetros de lluvia en dos días”, según un informe del Servicio Nacional de Meteorología (NWS) citado por CNBC.
Los vientos han derribado líneas eléctricas, dejando a medio millón de hogares y negocios sin electricidad desde este lunes por la mañana. Pacific Gas and Electric Co (PG&E), la principal empresa de servicios públicos de electricidad del estado y una unidad de PG&E Corp (PCG.N), ha trabajado incansablemente para restablecer el servicio, habiendo recuperado la electricidad para más de un millón de clientes.
No obstante, aún quedan 370,000 unidades sin suministro eléctrico a medida que avanza el día. Jeff Smith, portavoz de PG&E, comunicó que aproximadamente 3,000 trabajadores de la compañía están enfocados en reparar los daños causados por la tormenta, que incluyen 248 postes y 150 transformadores. Smith expresó que “el trabajo de restauración podría extenderse hasta el martes” publicó la agencia de noticias Reuters.
Este es el segundo sistema de tormentas que golpea a California en menos de una semana, generando vientos destructivos en el norte del estado y a lo largo de la costa central, lo que llevó al NWS a emitir una advertencia sobre vientos de fuerza huracanada: “Una situación extremadamente peligrosa se está desarrollando”, advirtió la estación del NWS en Los Ángeles, particularmente preocupada por las montañas de Santa Mónica y las colinas de Hollywood según el reporte de Los Angeles Times.
Los residentes de estas áreas han enfrentado situaciones de vida o muerte, con la amenaza latente de deslizamientos de tierra. En las colinas de Hollywood, la estación Fox 11 reportó el testimonio de un residente en Caribou Lane, quien compartió que “todo el cerro colapsó, empujando la casa hacia nuestra carretera aquí y contra el porche y entrada de nuestro vecino, atrapando a algunas personas”.
El gran volumen de lluvias transformó calles en ríos torrenciales durante la noche del domingo, obligando a algunos residentes a evacuar sus hogares en comunidades construidas en laderas. Reporteros locales han descrito como ropa, libros e incluso refrigeradores son arrastrados por las corrientes junto con escombros de hogares dañados. Casas multimillonarias en el vecindario de Beverly Crest han quedado inundadas de lodo después de que dos deslizamientos de tierra se presentaran en la zona.
En el área de la bahía de San Francisco, los vientos superaron los 96 kilómetros por hora, con ráfagas que excedieron los 128 kilómetros por hora en las montañas. La intensa lluvia ha inundado calles, mientras que el viento derribaba árboles y líneas eléctricas. En el centro tecnológico de San José, al sur, los servicios de emergencia han rescatado a motoristas atrapados en sus autos por las inundaciones y a personas de un campamento para personas sin hogar al lado de un río creciente.