En un movimiento decisivo para la comunidad de Miami Beach, Alex Fernandez, comisionado de la ciudad, ha convocado a los residentes a unirse en Tallahassee el próximo lunes, 5 de febrero, para expresar su oposición frente a la expansión de juegos de azar propuesta por dos proyectos de ley significativos: el Senate Bill 1054 y su acompañante, el House Bill 1127. La concentración pública busca influir en una audiencia crucial del Comité del Senado, instante que el comisionado considera crítico para el futuro inmediato de esta área de Florida.
La iniciativa emerge en respuesta a propuestas legislativas que, de aprobarse, permitirían a los titulares de permisos de juego existentes trasladar sus operaciones a nuevas ubicaciones dentro de un radio de 30 millas. La legislación ha generado preocupación entre los residentes y autoridades de Miami Beach, quienes temen que la introducción de juegos de azar a gran escala desfigure el carácter y la seguridad de la ciudad.
El comisionado ha subrayado la política de largo plazo de la ciudad contra el juego de casino, reforzando su postura con una serie de resoluciones y ordenanzas que prohíben dichas actividades en todas las zonas y categorías de uso de tierra de Miami Beach.
El rechazo se basa en varias consideraciones, incluyendo un notable respaldo de los votantes de Florida al Voter Approval of Casino Gambling Initiative en 2018, mostrando un mandato claro contra la expansión del juego sin una aprobación directa de los ciudadanos. Además, la resolución que Fernandez planea presentar recalca los severos costos económicos y sociales que usualmente acompañan al juego expansivo, junto con el detrimento que significaría para el turismo y el tejido empresarial local. Tal expansión, según los críticos, no solo afectaría a Miami Beach sino a áreas circundantes ya establecidas como destinos de negocios, culturales, artísticos, comerciales y residenciales.
Alex Fernandez, en una columna de opinión publicada por The Miami Herald, destacó la discordancia entre las recientes decisiones electorales enfocadas en la seguridad pública y una propuesta legislativa que busca expandir las actividades de juego en el estado y condado, poniendo en riesgo este principio clave.
En sus palabras: “La legislación que se considera en Tallahassee, el Proyecto de Ley del Senado 1054, amenaza con reconfigurar nuestra comunidad, profundamente entrelazada con nuestras prioridades fundamentales de seguridad pública y calidad de vida”.
Este proyecto de ley propone permitir la reubicación de instalaciones de juego dentro del estado, incluso en áreas como Miami Beach, donde actualmente estas actividades están prohibidas en todos los distritos de zonificación de la ciudad. La preocupación surge ante la posibilidad de que los titulares de permisos de casino existentes puedan transferir sus licencias de juego a una nueva ubicación dentro de un radio de aproximadamente 48 kilómetros (30 millas) de su instalación actual sin el referéndum de votantes estatales y del condado requerido por la Constitución de Florida. Fernandez argumenta que esto constituiría una prelación peligrosa, al descartar las leyes de zonificación locales que prohíben el uso de juegos de azar.
Además, Miami Beach ya enfrenta desafíos considerables, como el congestionamiento del tráfico durante eventos de gran impacto como el fin de semana del Día de los Caídos y las vacaciones de primavera. Según Fernandez en su columna publicada en The Miami Herald, “La introducción de un casino y juegos de azar no solo exacerbaría estos desafíos, sino que también corre el riesgo de hacerlos una característica permanente en nuestra ciudad”.
Se suma a esto la preocupación por la infraestructura de transporte sobrecargada, ilustrada por mapas del nivel de servicio del Departamento de Transporte de Florida, que muestran nuestros accesos y arterias principales al borde del colapso.
Los casinos, conocidos por atraer tráfico significativo, podrían agravar la congestión y ejercer presión adicional sobre las redes de transporte ya sobrecargadas. Pero los efectos no se limitan al ámbito del tráfico; como señala Fernandez, “Los casinos son conocidos por salarios bajos, atraer el crimen organizado y el lavado de dinero, y causar males sociales incluyendo abuso de drogas, prostitución y adicción al juego, impactando fundamentalmente a las comunidades”.
A pesar de esto, Miami Beach tiene una historia rica en atracciones turísticas sin necesidad de recurrir al juego. En 2022, las colectas de impuestos resort turísticos alcanzaron niveles sin precedentes, lo que demuestra el sólido atractivo de la ciudad para los visitantes. Ese mismo año, los votantes aprobaron una inversión significativa de casi 142 millones de euros (159 millones de dólares) en instituciones artísticas y culturales, reflejando una visión colectiva para una Miami Beach que prioriza las artes como un componente esencial de su identidad.
La oposición de la comisión de la ciudad al juego está bien documentada. Funcionarios electos han abogado consistentemente contra el juego. Fernandez resalta, “Mantenemos una postura firme contra cualquier legislación estatal que debilite los poderes de autogobierno local”.
La postura de Miami Beach contra el juego es firme y un reflejo de sus valores comunitarios, centrados en la seguridad pública y la calidad de vida. “La introducción de un casino en Miami Beach representaría más que un mero cambio de política; significaría un cambio que podría intensificar los desafíos existentes e introducir nuevos, particularmente en el ámbito de la seguridad pública”, sostuvo Fernandez en su columna de opinión en The Miami Herald.