Los vehículos Tesla, pioneros en el ámbito de la tecnología eléctrica automotriz, se han encontrado en el foco de la controversia debido a un inusual aumento en la frecuencia de accidentes comparativamente más altos que los reportados por los vehículos de gasolina. Este fenómeno, según CNN, ha sido especialmente destacado a raíz de la decisión de Hertz de deshacerse de 20.000 vehículos eléctricos (VE), principalmente de Tesla, en favor de automóviles convencionales, argumentando una persistente incidencia de choques entre los conductores de su flota.
Según estudios realizados por LexisNexis Risk Solutions, que han analizado detenidamente los datos de seguros, la tendencia a sufrir más accidentes no solo afecta a los conductores de vehículos de alquiler, sino que también se extiende a los propietarios particulares al cambiar de un automóvil a gasolina a uno eléctrico, siendo los Tesla los más predominantes en estas estadísticas.
La recopilación de datos de LexisNexis mostró un aumento en la frecuencia de siniestros de VE que ascendería en un 14.3%, y un incremento en la severidad de estos del 14.5%. Es un salto significativo que podría estar contribuyendo al estigma que rodea la seguridad de estos innovadores vehículos.
Aunque, la curva de accidentalidad tiende a disminuir luego del primer año de uso del nuevo VE, sugiriendo un proceso de adaptación al cambio tecnológico cuando se transita de un modelo a gasolina a uno eléctrico.
CNN señaló que la inquietud por la seguridad de los Tesla y demás autos eléctricos se hace aún más latente, sabiendo que estos conformaban el 80% de la flota de Hertz y representan una proporción dominante del mercado automotor eléctrico en Estados Unidos.
Tal predominancia recuerda la necesidad de desentrañar si es una característica intrínseca a los Tesla la que induce una mayor tasa de accidentes o si factores externos son los responsables.
A pesar de estas estadísticas, el Instituto de Datos de Pérdida en Autopistas no ha observado un incremento en la tasa de choques para vehículos Tesla basándose en reclamos generales de seguros, aunque sí reconoce que los costos de los mismos para los vehículos eléctricos, en particular los de la compañía, suelen ser mayores.
Las distinciones en la experiencia de conducción de un Tesla comparadas con vehículos de gasolina pueden ser sutiles, pero significativas, pues van más allá de la ausencia de un botón de inicio o el silencioso funcionamiento del motor. Estos VE presentan una respuesta acelerada más rápida, lo que puede resultar en un ajuste de percepción de la velocidad por parte del conductor.
Con estos puntos en consideración, se resalta la importancia de promover una mayor comprensión y respeto por las diferencias en la dinámica de conducción de los automóviles eléctricos. Tal como sugieren los estudios, la costumbre y el conocimiento son factores claves que podrían influir en la disminución de accidentes, impulsando a su vez la adopción y el disfrute seguro de la conducción eléctrica del futuro.