Las oficinas estadounidenses presentaron el nivel más alto de vacantes desde hace al menos 40 años, alcanzado un índice de desocupación del 19.6% en el último trimestre del 2023. Este porcentaje, revelado en un informe de Moody Analytics, es el más elevado desde que la compañía inició el seguimiento de este indicador en 1979.
La transición hacia el trabajo remoto a raíz de la pandemia de COVID-19 ha sido un factor determinante en este incremento. La tasa promedio de vacancia antes de la crisis sanitaria se situaba en torno al 16.8%. En comparación a periodos anteriores de recesión, tales como 1986 y 1991 cuando el porcentaje rondaba el 19.3%.
Una de las figuras claves en el análisis económico inmobiliario de Moody’s CRE, Thomas P. LaSalvia, comparó el escenario actual con las crisis de los años 80 y 90, subrayando en entrevista con FOX Business, que ”la tecnología de las comunicaciones había avanzado hasta el punto de dejar obsoletas las oficinas y las ciudades”, dijo. “Los metros cuadrados por empleado disminuyeron considerablemente, pero en lugar de obsolescencia, asistimos a un renacimiento de ambas. La comunicación en persona se hizo aún más valiosa a medida que la economía estadounidense crecía por ser líder en la economía basada en el conocimiento”.
En Texas, las ciudades de Houston, Dallas y Austin presentan los mayores índices de vacantes en el país. El panorama se ve exacerbado por una disminución en la construcción de nuevas oficinas, la cual se encuentra en los niveles más bajos desde 2012. El Wall Street Journal indicó que antiguos errores crediticios y un exceso en la construcción, especialmente en el sur del país, han sido factores históricos en crisis previas similares.
Las decisiones tomadas por bancos en las décadas anteriores, financiando proyectos de oficinas sin inquilinos asegurados, resultaron en un excedente de edificios respecto a la demanda cuando la recesión de 1990 golpeó la economía. Las oficinas construidas en los años 80 aún luchan por encontrar inquilinos y esto impacta parcialmente en el mayor número de vacantes en el mercado actual, en comparación con otras regiones como Europa o Asia.
LaSalvia también señaló que, a pesar de los desafíos actuales y el espectro de la obsolescencia, todavía existe un valor intrínseco en los espacios de oficina para encuentros de importancia y la creación de relaciones profesionales profundas, algo que el mundo virtual no puede replicar completamente.
El informe de Moody Analytics observó un atractivo creciente hacia las propiedades Clase A, que ofrecen configuraciones más flexibles y pequeñas, especialmente para aquellas empresas que deciden mantener la presencia física de oficina por razones de marca, reuniones intencionadas, capacitación y colaboración. Además, se detectó que las oficinas ubicadas en suburbios experimentaron menores tasas de vacancia, atribuido por Moody a la cercanía con las comunidades locales y menores tiempos de desplazamiento.
LaSalvia concluyó que aunque no sorprende que la tasa de vacantes pueda rondar el 20%, en estos momentos de cambio, se presentan oportunidades para inversores y prestamistas que ejerzan una vigilancia y atención al detalle. “A menudo el cambio es desordenado”, afirmó, prefigurando la posibilidad de que algunos edificios de oficinas se conviertan en estructuras fantasmales como ocurrió con los centros comerciales en las últimas dos décadas.
El cambio en la cultura laboral y el auge del trabajo a distancia están transformando el paisaje inmobiliario corporativo en Estados Unidos, y es probable que los efectos de esta transición continúen perfilando el mercado en los próximos años.