Dos miembros de la Marina de Estados Unidos están desaparecidos tras una misión fallida de abordaje nocturno en el mar que se realizó este jueves frente a la costa de Somalía.
Según informaron tres SEAL -como se conoce a estos oficiales- bajo condición de anonimato, los militares estaban en una misión de interceptación, abordando un buque, cuando uno de ellos perdió la estabilidad por una alta ola y fue derribado. Tal como lo establece el protocolo, su compañero saltó detrás de él para asistirlo.
Desde entonces, el Mando Central de los Estados Unidos está llevando a cabo misiones de búsqueda y rescate en las aguas del Golfo de Adén, donde estaban operando, aunque aún se desconoce el paradero de ambos. No obstante, no se han perdido las esperanzas ya que en esa zona se registran temperaturas cálidas, lo que podría favorecer a su subsistencia.
“Por razones de seguridad operativa, no daremos a conocer información adicional hasta que la operación (...) haya concluido” ni tampoco se difundirán sus identidades o las especificaciones de la misión que realizaban, sumaron.
Los militares estaban desplegados en la zona de operaciones de la 5° Flota de Estados Unidos y brindaban apoyo en una amplia variedad de misiones con regularidad, que incluyen casos de piratería y, con ello, el allanamiento de barcos con armas que se dirigen a Yemen, para abastecer a los rebeldes hutíes.
El Mando Central sí confirmó, sin embargo, que esta maniobra no estaba relacionada con la Operación Guardián de la Prosperidad, la coalición de fuerzas navales de más de 20 países que se unieron en defensa del tránsito seguro en el mar Rojo. La idea fue lanzada por Washington el pasado 19 de diciembre y busca neutralizar las amenazas de los hutíes de Yemen, que afectan el comercio marítimo de la zona.
Tampoco tuvo que ver con las maniobras ordenadas por Estados Unidos y el Reino Unido esta semana contra objetivos rebeldes en Yemen, tras hacer caso omiso a las reiteradas advertencias de Occidente por sus ataques sobre las navieras, ni con la confiscación del buque petrolero St. Nikolas por parte del régimen de Irán.
Este jueves, el presidente Joe Biden confirmó que, bajo sus órdenes, oficiales estadounidenses en la región habían lanzado una serie de ofensivas contra los terroristas por iraníes ya que no se “tolerarán” sus ataques.
“Estos ataques selectivos son un mensaje claro de que Estados Unidos y nuestros socios no tolerarán ataques contra nuestro personal ni permitirán que actores hostiles pongan en peligro la libertad de navegación en una de las rutas comerciales más críticas del mundo. No dudaré en ordenar medidas adicionales para proteger a nuestra gente y el libre flujo del comercio internacional según sea necesario”, dijo.
A este episodio le siguió una escalada en las amenazas enemigas, que advirtieron a Washington y Londres sobre las represalias de sus actos. “No deben creer que escaparán al castigo de nuestras heroicas fuerzas armadas. Todos los intereses estadounidenses y británicos se han convertido en blancos legítimos de las fuerzas armadas yemeníes tras la agresión directa y declarada contra la República de Yemen”, dijeron desde el Consejo Político Supremo.
Por su parte, Estados Unidos respondió que no busca la guerra sino que simplemente quiere que “cesen sus ataques” pero continuará respondiendo en su defensa, como lo hizo este viernes.
(Con información de AP y AFP)