Durante la temporada de fin de años, los préstamos “compra ahora, paga después” alcanzaron una utilización récord, evidenciando un creciente endeudamiento que se denomina deuda fantasma en Estados Unidos. Este tipo de financiamiento, caracterizado por su dificultad para ser rastreado por los consumidores, podría conducir a problemas serios de endeudamiento, según expertos en finanzas.
Los préstamos “compra ahora, paga después” se consideran ahora una de las categorías de financiamiento al consumidor de más rápido crecimiento, con un aumento del 14% en comparación año tras año en pagos por cuotas, según datos de compras en línea de Adobe citados por CNBC.
Esta tendencia representa un desafío tanto para los consumidores que pueden perder la pista de sus obligaciones financieras como para los analistas que intentan cuantificar el impacto económico de estos productos crediticios.
Los expertos señalan que estos préstamos pueden ser aún más difíciles de monitorear que las tarjetas de crédito, pese a sus altas tasas de interés, debido a su falta de visibilidad en los informes de crédito. Tal situación facilita que los consumidores puedan endeudarse más allá de sus posibilidades, creando así una especie de deuda invisible que puede provocar problemas financieros significativos.
Es crucial que los usuarios de los servicios financieros estén conscientes del riesgo que implican los préstamos “compra ahora, paga después” y ejerzan una administración prudente de sus finanzas personales para evitar la acumulación de deuda fantasma que pueda afectar negativamente su estabilidad económica a largo plazo.
Un desafío
El endeudamiento no registrado podría elevar los niveles reales de deuda de los hogares. Las deudas de compra ahora, paga después, que no se informan a las principales agencias de crédito, representan un desafío para los prestamistas al tratar de evaluar la cantidad de préstamos que un consumidor tiene pendientes, indicó a CNBC Tim Quinlan, economista senior de Wells Fargo y coautor de un reciente informe.
La falta de una base de datos central para el seguimiento del crédito al consumo, junto con la popularidad de empresas como Affirm, Afterpay y Klarna, sugiere que los niveles de endeudamiento podrían ser más altos de los que las medidas tradicionales revelan. Estos compromisos financieros no reportados constituyen una especie de “deuda sombra” que complica la visibilidad del endeudamiento real de los hogares, afirmó por su parte Ted Rossman, analista senior de la industria en Bankrate.
Los expertos alertan que las facilidades de acceso al capital que ofrecen los servicios “compra ahora, paga después”, con tasas de interés significativamente más bajas que las de las tarjetas de crédito, rondando el 20%, podrían incentivar un aumento del endeudamiento del consumidor.
Sin embargo, la gestión de múltiples de estos préstamos con diferentes fechas de pago representa un reto adicional, y el incumplimiento en los pagos conlleva penalizaciones como intereses diferidos o tarifas por mora. Aun cuando los términos típicos dividen una compra en cuatro pagos sin interés, algunos préstamos extienden su duración e incluso aplican intereses, lo que puede crear problemas financieros similares a los generados por las deudas de tarjetas de crédito.
Diversos estudios sugieren que la modalidad de compra a plazos puede inducir a los consumidores a realizar gastos impulsivos y excesivos que superan su capacidad de pago y, eventualmente, originar problemas de sobreendeudamiento.
Algunas trampas
El Bureau de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) anunció el inicio de una investigación sobre los proveedores de servicios financieros de “compra ahora, paga después” ante la preocupación de una regulación menos estricta en comparación con las tarjetas de crédito, lo que podría resultar en menor protección para los consumidores, informó Quinlan, quien advirtió que los productos adquiridos bajo esta modalidad de compra, podrían estar operando en un “modo sigiloso de facto”, escapando en gran medida al escrutinio de reguladores y formuladores de políticas.
El CFPB expresó en el documento su especial preocupación por la falta de transparencia en los términos de los préstamos ofrecidos, así como el efecto de estos programas en la acumulación de deuda por parte del consumidor, la aplicabilidad de las leyes de protección al consumidor y la forma en que los proveedores de los pagos recopilan datos de los usuarios. La agencia busca esclarecer cómo estos aspectos podrían afectar tanto a los consumidores individuales como a la economía general.
Adicionalmente, Quinlan advirtió que sin una métrica definitiva para medir el impacto, no se puede determinar cuándo esta “deuda fantasma” podría generar problemas. Tal falta de regulación y supervisión plantea interrogantes sobre las posibles repercusiones económicas tanto para los individuos afectados como para el sistema financiero más amplio.