El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) informó este viernes sobre la detección de un misil crucero de origen iraní en una base iraquí que alberga tropas estadounidenses e internacionales.
De acuerdo con el CENTCOM, la Policía iraquí en Babilonia encontró el pasado 3 de enero un misil de crucero de ataque terrestre iraní que no había sido lanzado.
La unidad estadounidense expresó su preocupación por el uso de armamento iraní por grupos terroristas en Irak y Siria, destacando el riesgo que esto representa tanto para las fuerzas de la Coalición como para los residentes locales.
En este contexto, el Ejército estadounidense valoró positivamente la labor de las fuerzas de seguridad iraquíes para contrarrestar estos ataques.
“La coalición reconoce y agradece los esfuerzos de las fuerzas de seguridad legítimas en Irak para prevenir futuros ataques”, señaló el Comando Central de Estados Unidos en un comunicado.
Este incidente ocurre en un momento crítico, ya que el primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, anunció este viernes los planes finales de una comisión bilateral destinada a finalizar de manera “permanente” la presencia de la coalición internacional en Irak.
Este anuncio se produce un día después de un ataque aéreo estadounidense en Bagdad contra la coalición de grupos armados proiraníes de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), considerada por el Gobierno iraquí como parte integrante de su Ejército regular.
Washington calificó el ataque en la capital de Irak como un acto de autodefensa, mientras que el gobierno de Sudán lo condenó como un acto de “agresión flagrante” por parte de la coalición liderada por Estados Unidos.
El primer ministro iraquí reafirmó su posición encaminada a poner fin a la existencia de la coalición internacional, ya que “las justificaciones de su existencia han terminado”, según un comunicado de su oficina.
Indicó que el “diálogo” que tendrá lugar pronto “determinará el procedimiento para poner fin a esta presencia”.
Estados Unidos y otras fuerzas de la coalición en Irak, desplegadas desde 2014 en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico, han sido objeto de ataques regulares desde que estallaron los combates el 7 de octubre entre Israel y Hamas, respaldado por Irán.
Washington asegura que ha habido más de 100 ataques contra sus fuerzas en Irak y la vecina Siria desde mediados de octubre.
La mayoría han sido reivindicados por la Resistencia Islámica en Irak, una alianza de grupos armados vinculados a Irán que se oponen al apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Gaza.
Estados Unidos tiene desplegados unos 2.500 soldados en Irak y otros 900 en Siria, en un intento por mantener una fuerte presencia en la zona e impedir el resurgimiento del Estado Islámico.
El pasado 25 de diciembre, una nave no tripulada llegó hasta un sitio cercano al aeropuerto de Arbil, en el Kurdistán iraquí, donde operan fuerzas estadounidenses y de la coalición antiyihadista. El incidente dejó varios heridos, aunque no se precisó la cifra exacta.
Poco después, la Resistencia Islámica en Irak notificó de otra maniobra, también sobre una base, cerca de Harir, al noroeste de Arbil. El grupo “atacó con drones la base de ocupación en Aldea Verde, en el interior de Siria”, indicaron.
(Con información de EFE y Europa Press)