Estados Unidos difundió este jueves su listado actualizado de países que atentan contra la libertad religiosa, ya sea participando o tolerando violaciones particularmente graves en esta materia.
Esta nueva edición mantuvo, sin embargo, a muchas naciones que ya habían conformado el listado del año anterior, como por ejemplo Cuba, Nicaragua, Rusia y China, famosas por sus gobernantes regímenes autoritarios y su persecución a la disidencia y las minorías. Asimismo, continúan junto a ellas Birmania, Corea del Norte, Pakistán, Arabia Saudí, Irán, Tayikistán y Turmekistán.
En el caso de Nicaragua, estas violaciones son evidentes desde las protestas sociales que estallaron en 2018 y, más aún, con la intensa redada contra la Iglesia católica que el dictador Daniel Ortega mantiene sobre los sacerdotes y obispos, que dejó a más de 14 de ellos encarcelados.
Washington incluyó en el documento una sección de países “en observación”, es decir, el paso previo a sumarse a la lista negra, que conlleva igualmente sanciones. Allí siguen Argelia, Vietnam, las Comoras, la República Centroafricana y Azerbaiyán.
Sobre ésta última -la única que se sumó a la sección este jueves-, el secretario de Estado, Antony Blinken, se remitió a una reciente recomendación de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos en la que se manifestaba la preocupación por la preservación de los sitios religiosos cristianos en Nagorno Karabaj. Allí, el pasado 19 de septiembre, Azerbaiyán envió tropas para garantizar la rendición de los armenios que controlaban la zona, lo que obligó a que prácticamente toda su población -unos 100.000 armenios étnicos- se viera obligada a desplazarse.
Por otro lado, la Comisión advirtió de una normativa que regula todas las prácticas religiosas en el país -de mayoría musulmana chiíta, pero en gran medida laico- que obliga a que todos los grupos religiosos estén registrados y que su literatura sea aprobada por un organismo oficial.
También, Estados Unidos mantuvo en la lista negra a varios grupos con control territorial, como por ejemplo los talibanes en Afganistán, los hutíes en Yemen, Boko Haram en Nigeria, Al-Shabaab en Somalia, la Organización para la Liberación del Levante en Siria y otros afiliados al Estado Islámico y Al Qaeda en África. No se incluyó, sin embargo, al Grupo Wagner, del mercenario Yevgeny Prigozhin, ya que desde su muerte el 24 de agosto la milicia quedó integrada dentro de las Fuerzas Armadas de Rusia.
Todas estas naciones, señaló Washington en un comunicado, “deben poner fin a abusos como los ataques contra miembros de comunidades religiosas minoritarias y sus lugares de culto, la violencia comunitaria y los prolongados encarcelamientos por expresión pacífica”. “Los desafíos a la libertad religiosa en todo el mundo son estructurales, sistémicos y profundamente arraigados”, añadió a continuación.
El único caso que generó roces al momento de confeccionar el listado fue el de la India ya que la comisión a cargo consideró que debía ser incluída pero Blinken lo desestimó. Según los expertos, en este país se registra incitación e impunidad por parte del gobierno del primer ministro Narendra Modi, que se evidencian en los crecientes ataques contra minorías religiosas, especialmente musulmanes y cristianos.
Si bien ya se adelantaba esta decisión de la Casa Blanca, en un intento por mantener mejores relaciones con Nueva Delhi, el alto funcionario sostuvo que “también se producen violaciones significativas contra la libertad religiosa en países no designados”.
(Con información de AFP y EFE)