El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ordenó que las naves desplegadas en el mar Mediterráneo permanezcan allí en un momento en que los ataques entre Israel y Hamas, junto con otras milicias pro iraníes de la región, se intensifican. La decisión, que fue confirmada por funcionarios pero aún no se ha hecho pública, buscará mantener durante varias semanas la presencia de refuerzos de Washington, como señal de fortaleza ante las crecientes amenazas.
La medida alcanza específicamente al portaaviones USS Gerald R. Ford y al crucero USS Normandy y sería la tercera prórroga del primero. Asimismo, es la primera vez en muchos años que el país tiene dos naves de esta envergadura en las aguas.
Con el inicio de la guerra entre Hamas e Israel, a quien Estados Unidos le manifestó y le manifiesta su pleno apoyo, múltiples grupos armados cercanos al palestino se sumaron a las ofensivas y atacaron bases militares de Washington en Siria e Irak. A raíz de estos incidentes, el Pentágono ordenó una mayor presencia allí, en un intento por disuadir a los enemigos y neutralizar la mayor cantidad de sus planes.
Es por ello que, el 8 de octubre los cerca de 5.000 marineros a bordo del Ford dejaron su puesto en el Mando Europeo y se movilizaron hasta la zona en conflicto. Debían regresar al país en noviembre pero no lo hicieron y, ahora, permanecen a la espera de un nuevo calendario aunque se desconoce si ya se prevé una fecha aproximada de retorno ya que de ello depende el fin del conflicto e Israel manifestó esta semana su voluntad de continuar hasta erradicar por completo a Hamas.
Inclusive, se había contemplado la posibilidad de que el Ford fuese sustituido por el USS Dwight D. Eisenhower pero finalmente se decidió que éste se sume de respaldo en las amplias aguas que van desde el sur de Europa hasta Oriente Medio. Así, el Eisenhower puede ser visto en el Golfo de Omán, patrullando junto al USS Philippine Sea, otro crucero de la Armada.
A ellos se suman también el USS Carney, el USS Stethem y el USS Mason, que se desplazan a diario por Bab el-Mandeb, donde se registran varias amenazas de los hutíes rebeldes de Yemen. Por último, Washington mantiene en operaciones a los destructores USS Thomes Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosevelt.
En total son 19 los buques de guerra estadounidenses en la zona: siete de ellos en el Mediterráneo oriental y los restantes 12 distribuidos entre el mar Rojo, el mar Arábigo y el Golfo Pérsico.
Por otro lado, el Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) sumó un submarino nuclear el pasado 5 de noviembre y ordenó la movilización de unos 300 efectivos -ninguno de ellos hacia Israel- para evitar una escalada y proteger a sus propias tropas.
Gracias a todo esto, en el último tiempo, Estados Unidos logró interceptar varios misiles dirigidos hacia Israel desde zonas de Yemen bajo dominio rebelde y derribó drones de ataque unidireccional dirigidos hacia sus naves. También respondió a los pedidos de ayuda de buques comerciales que se vieron interceptados en el mar Rojo.
(Con información de AP)