La Administración de Seguridad del Tráfico en Carreteras de Estados Unidos (NHTSA) avanza en la implementación de una normativa que requerirá tecnología de detección de alcoholemia en vehículos nuevos. Esta nueva medida podría evitar que conductores bajo la influencia del alcohol operen el automóvil, lo que según expertos, podría salvar miles de vidas al año.
La subsecretaria de transporte, Polly Trottenberg, anunció el inicio de un periodo de comentarios públicos para perfilar estas futuras normas de seguridad: “Vamos a hacer un llamamiento a todos, a nuestros socios defensores, a los académicos y a los innovadores del espacio tecnológico. Por favor, aporten sus mejores ideas, sus investigaciones: unámonos para avanzar lo más rápido posible en la próxima tecnología de prevención de la conducción bajo los efectos del alcohol”, publicó The Washington Post.
La tecnología elegida deberá probar su eficacia antes de que la NHTSA la haga obligatoria. Además, una vez finalizado el protocolo, se le proporcionará a los fabricantes de automóviles un mínimo de tres años para su implementación. Ann Carlson, administradora interina de la NHTSA, aseguró que es fundamental que la tecnología funcione de manera fiable en cada uso pues la aceptación pública dependerá de su efectividad: “Si sólo tiene una precisión del 99,9%, puede haber un millón de falsos positivos”, explica Carlson. “Esos falsos positivos podrían ser alguien que intenta llegar al hospital por una urgencia”.
El llamado a la acción surge como respuesta a una ley de infraestructura que estableció un plazo hasta noviembre de 2024 para la adopción de reglamentos. A pesar de los retos tecnológicos pendientes, como evitar falsos positivos y diferenciar entre estados de deterioro como la somnolencia o distracción, la NHTSA subraya el potencial de la tecnología para reducir los más de 13.000 fallecimientos anuales en accidentes relacionados con conductores ebrios. El Instituto de Seguros para la Seguridad en Carretera indicó por su parte, que la implementación obligatoria podría prevenir hasta 10.000 muertes al año.
La iniciativa ha recibido apoyo bipartidista y el respaldo de organizaciones como Madres Contra el Alcohol al Volante (MADD). Senadores afectados personalmente por incidentes de conducta ebria y activistas presionan por el establecimiento de reglas definitivas dentro del plazo estipulado. “Hoy estoy aquí, gracias a Dios, pero no todo el mundo lo está”, contó el senador demócrata de Nuevo México, Ben Ray Luján, al rememorar su experiencia de ser atropellado por un conductor ebrio hace más de 30 años.
La presidenta de MADD, Tess Rowland, expresó por su parte su satisfacción ante la iniciativa de la NHTSA: “Entendemos que todavía tenemos una montaña que escalar. Las víctimas y los supervivientes no van a dejar que esto muera” publicó The Guardian.
Desde 2008, el gobierno federal y la industria automovilística han venido investigando tecnologías de detección de alcohol, explorando sistemas a través de sensores de aliento o contacto. Robert Strassburger, CEO de la Coalición Automovilística para la Seguridad del Tráfico, señaló que su grupo ha probado una versión inicial y apunta a tener un dispositivo que cumpla con la ley para finales del 2025. “Es emocionante ver que esto empieza a tomar forma”, dijo a The Post.