En un fenómeno que ha perdurado durante millones de años, miles de tortugas marinas protagonizaron un espectáculo en las costas de Estados Unidos al desplazarse desde el océano hasta las playas para depositar sus huevos en los últimos meses. Sin embargo, este año fue testigo de un récord sin precedentes en la anidación de tortugas, especialmente en Florida, a pesar de las crecientes preocupaciones relacionadas con el cambio climático.
Cifras récord en Florida y otros estados
Justin Perrault, vicepresidente de investigación del Loggerhead Marinelife Center en Juno Beach, en conversación con el medio 7 News Miami. De acuerdo con las estadísticas estatales preliminares, en Florida se han registrado más de 133.840 nidos de tortuga boba, lo que superó la marca establecida en 2016. Las tortugas verdes también han contribuido a este récord, con una estimación de al menos 76.500 nidos, muy por encima del récord anterior establecido en 2017. Otros estados como Carolina del Sur, Alabama, Carolina del Norte y Georgia también informaron de un aumento significativo en los nidos de tortugas marinas, aunque no todos han alcanzado récords como Florida.
El vicepresidente estacó la notable cantidad de nidos este año en Florida, y señaló: “Teníamos más nidos de los que habíamos visto antes en nuestras playas locales. Eso es bastante anidamiento”.
Desafíos para la supervivencia de las tortugas marinas
En un contexto donde todas las siete especies de tortugas marinas se consideran en peligro o amenazadas, las playas de Florida desempeñan un papel crucial en la conservación de la tortuga boba. Sin embargo, el camino hacia la supervivencia es extremadamente difícil para estas criaturas marinas, ya que solo una de cada mil crías de tortugas llega a la edad adulta.
El peligro acecha en múltiples formas, desde depredadores en tierra y mar hasta perturbaciones en los nidos y dificultades para llegar al agua después de la eclosión. Este año, un tramo de la costa del Golfo de Florida que había albergado 75 nidos fue devastado por la oleada del huracán Idalia en agosto.
Carly Oakley, bióloga principal de conservación de tortugas en el Clearwater Marine Aquarium, declaró para el medio antes mencionado, afirmó: “Desafortunadamente, casi todos los nidos anteriores a Idalia se perdieron debido a las mareas altas y las inundaciones en nuestras islas barrera”.
Las tortugas marinas hembras suelen poner huevos en un ciclo de tres años, lo que resulta en años de anidación con altibajos. Oakley explicó: “El proceso de anidación es muy agotador y, en esta pausa, las hembras recuperan la energía para volver a realizar el proceso”.
Impacto del cambio climático
Sin embargo, además de los desafíos naturales, el cambio climático se ha convertido en una amenaza adicional para estas especies. El aumento del nivel del mar, tormentas tropicales más intensas y cambios en las temperaturas del aire, el agua y la arena, así como en las corrientes oceánicas utilizadas por las tortugas para migrar, están reduciendo sus posibilidades de sobrevivir, según la web de Oceana, un grupo conservacionista internacional.
Temperatura de la arena y la determinación del sexo
La temperatura de la arena desempeña un papel fundamental en la determinación del sexo de las tortugas marinas. A medida que las temperaturas de la arena aumentan en todo el mundo, se espera que se produzcan más crías de tortugas hembras. Justin Perrault explicaba que, mientras más cálido sea el nido, más probabilidades hay de que produzca hembras. Además, las crías que salen de nidos más cálidos son mucho más pequeñas y, a menudo, más lentas.
Un estudio reciente dirigido por la profesora Mariana Fuentes de la Universidad Estatal de Florida señaló que las tortugas marinas deberán ajustar significativamente el momento de su anidación para adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales. Sin embargo, incluso estos cambios podrían no ser suficientes, ya que las rápidas transformaciones actuales pueden superar la capacidad de adaptación de estas criaturas que han evolucionado durante millones de años.
Impacto humano en las zonas de anidación
El panorama se complica aún más con la presencia humana en estas áreas. La construcción de diques a lo largo de las playas dificulta la búsqueda de lugares adecuados para anidar por parte de las tortugas hembras. Además, las luces eléctricas pueden desorientar a las crías, llevándolas en la dirección equivocada y exponiéndolas a peligros adicionales.
Michelle Pate, bióloga del Departamento de Recursos Naturales de Carolina del Sur, subrayó para el medio que el aumento en el número de nidos no garantiza el éxito, ya que decenas de miles de crías no logran llegar al agua, lo que las hace presa de depredadores.