Una jueza de Texas desafía la prohibición estatal y autorizó un aborto por problemas genéticos

El feto de Kate Cox padece la trisomía 18, una grave condición que afecta el desarrollo. Se trata del primer caso desde Roe v. Wade

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Ken Paxton, fiscal general, no
Ken Paxton, fiscal general, no descarta futuras acciones legales después de la decisión judicial que permite a Cox proceder con el aborto.(Imagen Ilustrativa Infobae - Katie Cox)

Una juez de Texas otorgó el jueves una orden judicial que permite a Kate Cox, una embarazada de 20 semanas y cuyo feto padece trisomía 18, realizar un aborto dentro del estado. La decisión representa un giro significativo en el debate en curso sobre la excepción médica de la región a su polémica prohibición de abortos después de las seis semanas, siendo una de las más estrictas del país.

La jueza de distrito, Maya Guerra Gamble, concedió una orden de restricción temporal, permitiendo a Cox interrumpir su embarazo y protegiendo a su pareja y a su médico de posibles procesamientos o multas por parte del estado, señaló Usa Today.

La mujer embarazada había acudido a tres diferentes salas de emergencia durante el último mes debido a fuertes calambres y fugas de líquido, según la denuncia presentada. La prohibición de abortos en Texas impone limitaciones estrictas, pero permite algunas excepciones por emergencias médicas.

La condición del feto de Cox, con más de un 95% de probabilidades de no sobrevivir al nacimiento o morir poco después, según la Clínica Cleveland, llevó al equipo legal del Centro de Derechos Reproductivos a solicitar la orden que bloqueara las prohibiciones de aborto en el caso de la mujer.

El fiscal general de Texas, Ken Paxton, advirtió sobre posibles penalizaciones civiles y criminales a futuro a pesar de la orden judicial. Mientras tanto, la representación legal de Cox denunció la postura “extrema” del estado, acusando a las autoridades de no preocuparse por la vida de las personas con tal de que se cumpla la prohibición del aborto.

CNN indicó que la decisión, sin embargo, solo se aplica al caso específico de Cox y no restablece el acceso al aborto para otras miles de mujeres en la región, que quizá también buscan el aborto por temas de salud.

El histórico caso de Cox
El histórico caso de Cox resalta la necesidad de clarificar las excepciones en las estrictas leyes de aborto de Texas. (NBC)

El caso de Cox es uno de los primeros de su tipo desde que la Corte Suprema de Estados Unidos decidió sobre Roe v. Wade en junio de 2022. Desde entonces, más de una docena de estados han prohibido el aborto o ya no tienen instalaciones donde las mujeres puedan realizarse el procedimiento.

USA Today remarcó que Texas, que busca clarificar las situaciones que califican para excepciones médicas bajo las leyes de aborto de su jurisdicción. La Corte Suprema del estado escuchó argumentos el mes pasado, después de que un tribunal inferior emitió un fallo a favor de los demandantes que bloqueaba la aplicación de las prohibiciones en situaciones como las de Cox.

Katie Cox se sintió agradecida

Cox, quien es madre de dos hijos a sus 31 años, compartió con NBC News sus impresiones tras la decisión de la juez y destacó que podrá mejorar su salud y preservar sus chances de tener un bebé en condiciones para el futuro.

“Me siento esperanzada y agradecida. Siento que podré recibir la atención médica que necesito y tendré tiempo para sanar, y después quiero intentarlo de nuevo”, dijo a NBC. “Realmente me encantaría tener otro bebé. Así que estoy esperanzada por mi salud, nuestra familia”, agregó.

Molly Duane, abogada senior del Centro de Derechos Reproductivos, dijo en la audiencia del jueves que “la vida y la futura fertilidad de Katie Cox corren gran riesgo, y según su médico, la atención médica que necesita es un aborto”.

En ese sentido, la mujer embarazada expresó en la entrevista que ella y su esposo deseaban tener al bebé, pero que las situaciones los ubicaron en una posición que nunca imaginaron, por lo que consideró “cruel” continuar con el embarazo, pues había “dolor, sufrimiento y riesgos”, tanto para ella como para el bebé.

En la audiencia, Duane argumentó que Cox “corre un alto riesgo de múltiples complicaciones del embarazo, incluyendo hipertensión, diabetes gestacional e infección”, y dijo que en los últimos dos días, la mujer tuvo que visitar una sala de emergencias por cuarta vez “por síntomas de embarazo, incluyendo fuertes calambres, pérdida de líquidos y signos vitales elevados”.

“Muchos de los riesgos para la salud de la señorita Cox durante este embarazo pondrán su vida en peligro si no se trata, y llevar este embarazo a término aumentará significativamente los riesgos para su futura fertilidad, lo que significa que ella y su esposo pueden no ser capaces de tener más hijos en el futuro”, dijo Duane.

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Al emitir la orden, la jueza Guerra Gamble asegura inmunidad legal para los profesionales de salud involucrados en el aborto de Cox. (Kate Cox)

Qué es la trisomía 18

La trisomía 18, también conocida como síndrome de Edwards, es una condición genética causada por la presencia de un cromosoma 18 adicional en las células del cuerpo, donde normalmente deberían existir solo dos copias de este cromosoma. Esta alteración causa graves problemas de desarrollo y, a menudo, defectos congénitos en diferentes órganos y sistemas del cuerpo.

Los bebés con trisomía 18 pueden presentar crecimiento lento, problemas cardíacos, anomalías renales y estructurales de otras partes del cuerpo, así como discapacidades intelectuales importantes.

La condición es mucho menos común que la trisomía 21, conocida como síndrome de Down, y la mayoría de los embarazos con trisomía 18 no llegan a término o resultan en nacimientos prematuros. Aquellos bebés que nacen vivos, por lo general, tienen una esperanza de vida limitada, aunque hay variaciones individuales en la severidad de los síntomas y algunas personas pueden vivir hasta la niñez o, en raras ocasiones, hasta la vida adulta con cuidados médicos especializados.

El diagnóstico de trisomía 18 se puede realizar a través de pruebas genéticas prenatales como la amniocentesis o el muestreo de vellosidades coriónicas, y algunas características pueden ser detectadas mediante ultrasonido prenatal. No existe cura para el síndrome de Edwards, y el tratamiento se enfoca en el manejo de los síntomas y en mejorar la calidad de vida de la persona afectada tanto como sea posible.

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