Andy Hoang, una enfermera de 23 años, sufrió un paro cardíaco repentino durante un simulacro de reanimación en el Dartmouth-Hitchcock Medical Center, ubicado en Nueva Hampshire. Sus compañeros actuaron rápidamente brindándole atención médica inmediata, una situación que no esperaban vivir en una práctica con maniquíes.
El incidente, totalmente inesperado, sucedió a fines de noviembre durante una sesión de entrenamiento sobre cómo responder a una emergencia cardíaca, según informó The Associated Press.
En el ejercicio práctico destinado a mejorar las habilidades de atención en casos de paro cardíaco, Hoang comenzó a sentirse mareada y con náuseas, y perdió el conocimiento. “Eso es lo último que recuerdo”, dijo la joven, quien se despertó rodeada de médicos y enfermeros actuando de manera urgente para salvar su vida.
La instructora Lisa Davenport y otros colegas iniciaron maniobras de reanimación cardiopulmonar y convocaron al equipo de emergencia mientras un equipo de cuidados críticos, que se encontraba cerca, acudió con un desfibrilador y material de reanimación.
“Funcionó, pero fue bastante aterrador para todos nosotros”, dijo Davenport respecto al incidente, que afortunadamente tuvo un final feliz. “No esperas que eso le suceda a alguien tan joven como Andy”, agregó.
Hoang, quien se describe como una joven saludable, había comenzado recientemente su rol de enfermera en el centro de Nueva Hampshire, tras obtener su título en Michigan y trasladarse desde Vietnam, donde vive su familia.
Ella no tiene antecedentes familiares de problemas cardíacos y lleva un estilo de vida activo y saludable. Antes del evento, había sufrido desmayos en dos ocasiones por razones aparentemente ajenas al incidente cardíaco. Durante su recuperación, llevó un parche que registraba la actividad eléctrica de su corazón, en un esfuerzo por comprender mejor lo sucedido.
El paro cardíaco repentino, distinto a un ataque al corazón, puede ser causado por diversas condiciones cardíacas y es una situación médica que requiere respuesta inmediata. La Asociación Americana del Corazón informó que más de 436 mil personas mueren anualmente en Estados Unidos debido a esta condición.
El equipo que asistió a Hoang destacó la buena colaboración entre los profesionales y la relación fortalecida tras el incidente. Mientras, Hoang reflexiona sobre la importancia de valorar la vida y las relaciones cercanas tras enfrentarse a una situación potencialmente mortal.
A pesar del dramatismo de la experiencia vivida, la joven sigue comprometida con su profesión de enfermería, una carrera que escogió tras la influencia del cuidado que enfermeras ofrecieron a su abuelo antes de fallecer.
La profesión de enfermería y la atención médica ganan así una voz de experiencia y un ejemplo de la vulnerabilidad humana ante emergencias cardíacas, incluso en ambientes controlados y entre personas jóvenes y saludables.