La Casa Blanca alertó este lunes de que a final de año el Gobierno estadounidense no tendrá dinero para apoyar a Ucrania en su lucha contra Rusia y pidió al Congreso que apruebe urgentemente medidas para que puedan seguir mandándose fondos.
En una carta firmada por Shalanda Young, jefa de la Oficina de Administración y Presupuesto de Estados Unidos, el Ejecutivo estadounidense asegura que, sin una acción del Congreso, “hacia fin de año” el Gobierno se quedará sin recursos para adquirir más armas y equipos para Ucrania.
“No existe un fondo mágico de financiación disponible para afrontar este momento. Nos hemos quedado sin dinero y casi sin tiempo”, apunta la carta, dirigida al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson; al líder demócrata de esta cámara, Hakeem Jeffries; al líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer y al líder republicano del Senado, Mitch McConnell.
Dejar de enviar armas y equipos, añade la misiva, “pondrá en riesgo los logros alcanzados por Ucrania” y “aumentará la probabilidad de victorias militares rusas”.
“Nuestros paquetes de asistencia de seguridad ya se han vuelto más pequeños y las entregas de ayuda más limitadas. Si nuestra ayuda cesa, causará problemas importantes a Ucrania”, afirmó.
Y es que, el dinero otorgado a Ucrania “ha detenido los avances de Rusia en Ucrania, ha ayudado a Ucrania a lograr importantes victorias militares y ha revitalizado la Base Industrial de Defensa estadounidense (DIB)”.
Hasta la fecha, Estados Unidos ha aportado 111.000 millones de dólares en financiación para apoyar a Ucrania. De ellos, 67.000 millones, aproximadamente el 60 %, ha reforzado las capacidades de defensa de Estados Unidos.
“Ha mejorado nuestra propia preparación militar, ya que el Departamento de Defensa está comprando nuevos equipos para reemplazar los que enviamos a Ucrania, impulsando y ampliando líneas de producción y apoyando empleos bien remunerados en docenas de estados de todo el país”, detalla la carta.
A mediados de noviembre, el Departamento de Defensa había utilizado el 97 % de los 62.300 millones que recibió, y el Estado ha utilizado el 100 % de los 4.700 millones en asistencia militar que obtuvo.
Aproximadamente 27.200 millones se han utilizado para asistencia económica y de seguridad civil (como desminado) en Ucrania, “que es tan esencial para la supervivencia de Ucrania como la asistencia militar”.
“Si la economía de Ucrania colapsa, no podrán seguir luchando. Putin lo entiende bien, razón por la cual Rusia ha hecho de la destrucción de la economía de Ucrania un elemento central de su estrategia, lo que se puede ver en sus ataques contra las exportaciones de cereales y la infraestructura energética de Ucrania”, afirma la carta.
Tras la prórroga presupuestaria aprobada el pasado noviembre y ratificada por Biden, los legisladores tienen hasta febrero para negociar el presupuesto fiscal para el año fiscal 2024, que ya ha empezado.
La lucha de Ucrania por las armas
A finales de septiembre, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, hablaron de visitar la sede de la alianza en Bruselas para reunirse con el grupo de países que le prestaban apoyo militar. El objetivo era mantener el flujo de armas tras una contraofensiva estival que no había dado grandes resultados.
Los ministros de Defensa de los cerca de 50 países del llamado grupo Ramstein volvieron a reunirse a finales de noviembre. Aunque reiteraron su apoyo, en privado el ambiente entre los funcionarios es más sombrío, ya que admiten que los envíos de armas se han ralentizado y la ayuda financiera se ha visto paralizada por la política interna. En las semanas transcurridas desde que Zelensky estuvo en Bruselas, ha aumentado la presión sobre Ucrania para que trace de algún modo el camino hacia la victoria.
En el campo de batalla, el reto es cada vez mayor en pleno invierno y con escasez de municiones. Otra preocupación es la mano de obra, ya que Rusia sigue lanzando oleadas de tropas a pesar de sus pérdidas, mientras que Kiev se resiste a enviar muchos más soldados al frente.
Fuera del campo de batalla, algunos en Estados Unidos y Europa están empezando a preguntarse si pueden seguir destinando recursos, ya de por sí escasos, a lo que el general de más alto rango de Ucrania admite que es un punto muerto.
(Con información de EFE)