Edel Rodríguez presenta “Worm” en Miami Book Fair: una novela gráfica sobre la migración cubana

El artista tardó una década en completar esta obra autobiográfica que narra las duras realidades del Mariel en 1980 y la vida de los que deben dejar sus países. También compara el impacto político de Fidel Castro con el de Donald Trump

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"Worm" ("Gusano"), la novela gráfica de Edel Rodríguez, trata la condición del inmigrante a través de los ojos de un niño que abandonó Cuba en el Mariel.
"Worm" ("Gusano"), la novela gráfica de Edel Rodríguez, trata la condición del inmigrante a través de los ojos de un niño que abandonó Cuba en el Mariel.

De las crisis migratorias entre Cuba y los Estados Unidos pocas marcaron tanto el imaginario colectivo como el Mariel. El artista Edel Rodríguez, cuyas tapas para revistas como Time, The New Yorker o Der Spiegel le han dado fama de polémico —ahí está una: Donald Trump exhibe la cabeza que le ha cortado a la Estatua de la Libertad—, estuvo entre los casi 130.000 refugiados que llegaron a Key West entre abril y septiembre de 1980 y rompieron la uniformidad blanca y educada del exilio cubano, sumándole historias como la que Brian de Palma retrató en Scarface.

Ninguno de los clichés de los estadounidenses sobre el Mariel está en Worm (Gusano), la novela gráfica que Rodríguez presenta en Miami Book Fair. La primera vez que pone su estilo agudo y mordaz como lente de su propia historia. Al contrario, el libro indaga en la experiencia íntima de la migración, vista, además, desde la perspectiva de un niño de nueve años.

“Vemos en televisión que llegaron 10.000 inmigrantes a la frontera”, dijo, en entrevista con Infobae. “Y no escuchamos más nada. Dicen que estos inmigrantes son un problema, que hay que darle medicinas y alimentos, pero no hablan de qué es lo que dejaron atrás. Y esa gente ha dejado su vida completa. Así que me propuse hacer seis capítulos contando lo que dejamos de la familia, del pueblo, de la comida, del baile, de todo. Quería hacer un libro que permitiera al lector entender qué es un inmigrante, para que comprenda un poco más lo que está pasando no solamente en Cuba sino en México, en, en Guatemala, en Colombia, en Venezuela. Se piensa que la gente se va porque quiere algo, porque quiere más, y no: la gente se va de su país cuando ya no puede seguir”.

Edel Rodríguez demoró 10 años en completar las casi 300 páginas que publicó Metropolitan Books y que ya se están traduciendo al francés. “Siempre tuve la idea de hacer algo así. Cada tanto escribía algo pequeño para una revista, o para internet, y me decían: ‘Oye, esto podría ser un libro’. Así me entró la idea de de escribirlo y dibujarlo. Y el proceso fue así, poco a poco”. Hace 10 años escribió las letras de Worm sobre una bolsa de papel, luego comenzó a guardar notas y a juntar información en sus visitas a Cuba. “Con el tiempo se se volvió una historia. Y se complicó más”.

Edel Rodríguez, polémico artista cubanoamericano, por primera vez trabaja sobre sí mismo al contar su propia historia de migración en "Worm".
Edel Rodríguez, polémico artista cubanoamericano, por primera vez trabaja sobre sí mismo al contar su propia historia de migración en "Worm".

“Algunas personas ni saben del Mariel”

Se refiere a la política en Estados Unidos. El ascenso de Trump le dio un escalofrío: su populismo, su desprecio por las instituciones y hasta su gestualidad le traían recuerdos involuntarios sobre lo que Fidel Castro había representado para él y para su familia. Todo eso está expresado en Worm, que además de mostrar al niño que Rodríguez fue en la localidad rural de El Gabriel muestra al adulto que hace ilustraciones políticas en el presente. “El libro termina como un cuento que da muchas vueltas, y esa es el tipo de historia que me gusta a mí”, comentó.

—¿Qué le preocupaba del modo en que el público recibiría el libro, dadas las ideas preconcebidas sobre los cubanos?

—Yo me fui de Cuba para Miami, y allí no pasaba, pero cuando vine a vivir a Nueva York conocí gente, por ejemplo profesores míos en la escuela de arte, que eran como fans del Che Guevara y de Fidel Castro. Los trataban como si fueran héroes, y yo me crié en una casa donde no eran héroes. A veces lo que es un héroe para una persona es el opresor para otra. Me asombró mucho. Hablaban de gente que mató a personas, que echaron a los que eran homosexuales. En los Estados Unidos hay personas que tal vez no sabían esos esos detalles, y por eso quise hacer un libro que contara esas historias. Hay gente que me dice ‘Caramba, yo no sabía eso’. Algunas personas ni saben del Mariel. Las películas lo tocan rapidito y se mueven hacia otra cosa. Yo no: yo quise meterme más en el pantano de lo que fue el Mariel.

La experiencia de un refugiado del Mariel se cuenta íntimamente en los capítulos de "Worm", en los que Edel Rlodríguez busca romper los estereotipos.
La experiencia de un refugiado del Mariel se cuenta íntimamente en los capítulos de "Worm", en los que Edel Rlodríguez busca romper los estereotipos.

—Uno de los capítulos muestra cómo, durante la espera para subir al bote que lo traería, oscilaba entre la incertidumbre oscura y divertirse jugando con otros niños. ¿Cómo pensó en transmitir esas experiencias tan opuestas?

—Yo quería presentar esa esa tensión que hay en la vida de un niño dentro de una situación de peligro. Hay una tensión muy grande y a la vez el niño quiere jugar a pasar por un detector de metales con una moneda. No entiende lo que está pasando. Pero el gobierno me puso a mí y a otros muchachos como yo el nombre de gusano. Pero yo no había hecho nada, ¿por qué me decían gusano? Quería mostrar la inocencia infantil en medio de situaciones en las cuales un niño no debería estar. Eso hace esta política: meten a personas inocentes, niños que quieren jugar y tener amiguitos, en cosas que que un niño no debería conocer. No entiendo por qué los países causan estas tragedias a los niños. Yo ya tengo 52 años y aquí estoy, todavía procesando lo que ocurrió.

La paleta de colores de Worm

La portada de Worm, que lleva el subtítulo A Cuban American Odyssey, es un autorretrato de Edel Rodríguez con la boina y el pañuelo que los niños de escuela, los pioneritos, llevan en Cuba. “Fue el símbolo que se me formó en la mente desde el principio. Hice el boceto hace unos ocho años”, explicó el dibujante. “El primer grado es el momento en que al muchacho cubano lo meten en el sistema, cuando le dan la boina del Che y la pañoleta y hay una ceremonia muy grande donde le dicen que es pionero para la revolución, que será como el Che. Y hay que repetirlo, como si fuera una iglesia: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. Y me gustó esa imagen en contraste con la palabra gusano arriba”.

Edel Rodríguez ha causado mucha controversia con sus ilustraciones sobre Donald Trump, que han salido en "Time" y "Der Spiegel".
Edel Rodríguez ha causado mucha controversia con sus ilustraciones sobre Donald Trump, que han salido en "Time" y "Der Spiegel".

La cara del pionerito Edel está flanqueada por dos guardas a los costados, que evocan el diseño tradicional de las cajas de puros. No porque Cuba produzca cigarros, sino porque los cubanos guardan en esas cajas todo tipo de recuerdos. “Cuando yo era chiquito, metíamos todo adentro de una caja de tabaco: cartas, fotos, objetos, secretos”, contó Rodríguez. “Por eso la tapa tiene esos iconos, y también las portadas de los capítulos. La idea es que cuando tú los abres, estás abriendo una de esas cajas”.

Él hizo los pequeños dibujos en el interior de las guardas: una pelota de béisbol, una gomera, una mariposa, un bote, una púa hecha de alambres. Y todo lleva los mismos colores: rojo comunismo, verde militar. “En mis obras trato de usar uno o dos colores, como máximo tres, porque creo que comunican en una forma más directa. Necesitaba el rojo, por la boina y por el comunismo pero también por la tierra de mi pueblo, que es bien roja, y el carro de mi papá. Además, durante mucho tiempo la gente me decía ‘No pintes con rojo, es el color comunista’. Y me gustó reclamar el color, como el nombre de gusano, para mí. Y el verde es del ejército pero también de la naturaleza en Cuba, de la jungla, de los árboles donde yo andaba cuando era niño. Nada más que añadir. Bueno, un poco de rosadito para Miami. Y el naranja de Trump”.

Imágenes que cuentan historias: en "Worm", Edel Rodríguez muestra detalles de la vida en Cuba como los retratos de quinceañera que hacía su padre.
Imágenes que cuentan historias: en "Worm", Edel Rodríguez muestra detalles de la vida en Cuba como los retratos de quinceañera que hacía su padre.

Rodríguez tomó su libro y recorrió algunas de las imágenes, para compartir las ideas detrás de ellas. Una de ellas muestra a una niña vestida para sus quince años, delante de una pared decorada con imágenes de revistas europeas y estadounidenses.

—Mi papá, que era fotógrafo, había buscado esas revistas en La Habana. Eran cosas que no se veían en Cuba. Y ahí fotografiaba a las muchachas del pueblo. Las cosas de las revistas no se podían obtener, pero tampoco estaba bien visto el negocito que mi papá estaba haciendo en el pueblo, porque no era del sistema. Él nunca encajaba en la revolución. Él quería soñar, ser artista, vender sus obras, y todo eso era mirado como una cosa negativa”.

—En la espera del bote que los llevará de Cuba a Estados Unidos, su madre y usted sobre un banco de cemento, ella lo ha acunado hasta que se quedó dormido. Parece evocar La piedad, de Miguel Ángel.

La realidad de la migración y la inocencia infantil se entrecruzan en las páginas de "Worm", la novela gráfica de Edel Rodríguez.
La realidad de la migración y la inocencia infantil se entrecruzan en las páginas de "Worm", la novela gráfica de Edel Rodríguez.

—Nos habíamos ido de la casa. Nos había recogido el ejército y nos había dejado en un centro de procesamiento en La Habana. Había mucha gente, a varios les habían dado muchos golpes, les habían tirado tomates, excrementos, cosas así. (Rodríguez aludió a los actos de repudio que los Comités de Defensa de la Revolución, los CDR, organizaban en los barrios, contra los vecinos que iban a salir en el Mariel.) A nosotros eso no nos tocó, pero llegamos cansados, después de todo el día, ya eran las seis de la mañana, y nos acostamos ahí, entre toda esa gente, nosotros tan cansados. Sobre La piedad, pues sí: lo católico se me sale varios dibujos.

—La calle de Hialeah, en Miami, cuando ya han llegado, usted está en bicicleta en el medio de la acera, en las veredas hay comercios con carteles en castellano.

—Quise hacer un dibujo típico de las calles de Hialeah, con los charcos, con los chicos que andan en bicicleta sin camisa. Es en un lugar que, aunque sea Estados Unidos, no es Estados Unidos. Es un lugar diferente. Quería mostrarle un poco de eso al lector que no conoce Hialeah, que no conoce lo que es Miami, quería tirarle un poco de sabor, mostrarle que es un lugar único en Estados Unidos. Ya yo había crecido un poquito más, ya estaba un poquito más independiente, andaba solo en bicicleta por ahí. Tengo muy buenos recuerdos de andar solo en bicicleta por Hialeah.

La paleta de colores de "Worm", de Edel Rodríguez, se limita al verde militar y el rojo comunista, hasta que Miami entra en el relato y amerita un rosado.
La paleta de colores de "Worm", de Edel Rodríguez, se limita al verde militar y el rojo comunista, hasta que Miami entra en el relato y amerita un rosado.

—Usted ya es un joven, trabaja en la revista Time como ilustrador, y un fotógrafo le revela que él cubrió el Mariel, que estuvo en el mismo bote en el que usted viajó y le da un sobre con diapositivas, y ahí están usted, su madre, su padre, el barco XXX.

—Ese fue uno de los momentos más importantes de mi vida. Un fotógrafo me fue a tirar fotos para la misma revista, Time, porque querían hacer un reportaje sobre los refugiados, y yo era uno. Él me miraba y me decía “Oye, yo te conozco. Te he visto antes. ¿De dónde nos nos conocemos?”. No nos habíamos conocido en el colegio en Miami, no se me ocurría otro lugar. Y más me miraba, más me decía: “Yo te conozco. Yo te he fotografiado. Conozco tus ojos”. Y cuando un fotógrafo te dice que conoce tus ojos, ya sabes. Al fin me dijo que seguramente me había fotografiado en el bote. Resultó que el fotógrafo había estado en el mismo bote. “Yo te tiré fotos a ti el 1 de mayo de 1980″. Al día siguiente llegó muy sonriente y me entregó un sobre. Y ahí estaban todas estas fotos de mi familia, de mí, de mis ojos. Y como un bobo me eché a llorar.

Una sorpresiva conexión con su pasado del Mariel asombró a Edel Rodríguez en de las imágenes de un fotógrafo cuando, ya adulto, trabajaba en "Time".
Una sorpresiva conexión con su pasado del Mariel asombró a Edel Rodríguez en de las imágenes de un fotógrafo cuando, ya adulto, trabajaba en "Time".

—Una página entera dividida en tercios: en primero está la palabra lie (mentira), en el segundo está Donald Trump y en el último está Fidel Castro.

—Se llama “La gran mentira” y se trata de la manipulación de los políticos. De la forma en que usan las palabras para convencer a sus seguidores hasta a cometer delitos. A veces ellos mismos no cometen el delito, pero influyen para que lo hagan otros. Dicen cosas, dicen mentiras. Usé la palabra lie bien grande porque la prensa estadounidense no usa esa palabra, no dice “ese político dijo una mentira”, dicen “ese político dijo algo que no es correcto, dijo algo que es inexacto”, nunca dicen mentira. Entonces quise hacer un un panel entero con la palabra. Y combiné las imágenes de Trump y de Castro, porque en Cuba tampoco se dice que Castro que dijo una mentira. Así, pues, esas cosas los hacen similares. Trump usa una palabra, scum, que quiere decir escoria, y esa palabra fue la que usaron las personas que hacían los actos de repudio en Cuba: traían letreros que decían “escoria”, “gusanos”, cosas así. He visto muchas cosas similares entre Castro y Trump, y entre sus seguidores. Y no soy el único.

Bajo la mirada crítica de Edel Rodríguez, la figura de Donald Trump y la de Fidel Castro tienen muchos puntos en común, como sostiene en su obra "Worm".
Bajo la mirada crítica de Edel Rodríguez, la figura de Donald Trump y la de Fidel Castro tienen muchos puntos en común, como sostiene en su obra "Worm".

Edel Rodríguez estudió en el Pratt Institute de Nueva York, donde se graduó con honores y una beca para Hunter College. Fue el director artístico más joven de la revista Time, dedicado a las ediciones de Canadá y América Latina.

El prestigioso artista cubanoamericano ha colaborado con reconocidos medios como The New York Timesy The New Yorker, entre otros, y ha celebrado exposiciones individuales en lugares como el Curly Tale Fine Art en Chicago y la University of the Arts en Filadelfia. Las obras de Rodríguez forman parte de las colecciones de diversas instituciones, entre ellas el Instituto Smithsonian de Washington D.C., así como de numerosas colecciones privadas.

Actualmente se dedica a la ilustración artística y comercial, en la cual explora con una variedad de medios desde la pintura y la impresión hasta el pastel y la manipulación digital. Muchas de sus obras han causado polémica, como una imagen de Trump derretido durante la campaña de 2016, titulada “Total Meltdown “(”Colapso total”), que fue tapa de Time, y otra del ex presidente sosteniendo la cabeza decapitada de la Estatua de la Libertad, para Der Spiegel, en 2017.

En 2018, Rodríguez trabajó con U2 en la creación de obras que se mostraron antes y durante el show de la gira eXPERIENCE + iNNOCENCE, sobre cuestiones sociales como la inmigración, la violencia armada y la libertad de expresión. La novela gráfica de Rodríguez, Worm, es su primer trabajo autobiográfico.

Edel Rodríguez en Miami Book Fair

La mirada de los artistas sobre el exilio y el desplazamiento (en inglés). El autor presenta Worm en diálogo con Rosa Lowinger, quien hablará de Dwell Time: A Memoir of Art, Exile, and Repair

Cuándo: domingo 19 de noviembre, 1pm

Dónde: Edificio 8, Sala 8202 del Campus Wolfson del Miami-Dade College, en Downtown Miami (300 NE Second Ave, Miami, FL 33132)

Evento gratuito

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