Las mujeres de la familia Del Pino, que hace tres décadas hicieron que Soñar en cubano, la primera novela de Cristina García, fuera un best seller en América Latina y en Estados Unidos, regresan en Mapas difusos con sus historias de la diáspora cubana en la que, según la autora, podría ser su última novela. García —quien también ha sido periodista, autora de libros para niños y adolescentes y profesora de escritura creativa— quiere dedicarse a otras cosas, dijo, y de algún modo este título que presenta en la Feria del Libro de Miami el domingo 19 de noviembre podría ser el sujetalibros que cierre el estante de sus obras.
No sólo vuelven las historias de desarraigo, identidad y cambio de los cubanos en el mundo —que son también los de García: nació en Cuba y creció en la ciudad de Nueva York, en equilibrio entre dos culturas, por lo cual escribe en inglés—, sino también la mismísima Celia del Pino, protagonista de Soñar en cubano, y hasta su reticente enamorado español. En Mapas difusos Celia, nonagenaria, le cede el centro de la atención a sus nietos, esparcidos por el mundo como más de dos millones de cubanos.
En 1992 Soñar en cubano fue candidata al National Book Award por su trama sobre una familia dividida por la revolución de 1959. Con personajes en Cuba y en Estados Unidos, la historia se tejía a lo largo de tres generaciones de mujeres, cuyos pilares principales están en Mapas difusos: Celia, que se quedó en Cuba fiel a un nunca nombrado Líder; su hija anticastrista, Lourdes, que ahora tiene su pastelería en Miami y estará envuelta en un episodio que evoca el caso del niño balsero Elián González, y la hija de Lourdes, Pilar, una artista plástica antilourdista mudada a Los Ángeles cuyas fotos irán puntuando la historia como, en la primera novela, lo hicieron las cartas de Celia.
Los primeros lectores de García recordarán que la matriarca Celia entró al mar sin que se supiera si salía o no, en un final ambiguo y emocionante, pero ahora reaparece, sana y salva, en Mapas difusos. “A lo largo de los años la gente me preguntaba qué había pasado con Celia”, contó la autora a Infobae. “¿Volvió flotando a la orilla? ¿La recogieron los guardacostas? Y yo no lo sabía. Así pasaron 25, 27 años. Un día un joven director de teatro me preguntó si estaría interesada en adaptar la novela para una obra de teatro.Y así volví a leer el libro, cosa que no había hecho literalmente desde entonces. Y me picó la curiosidad”.
Al mismo tiempo imaginó a sus personajes según pasaron los años de la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, cuya ayuda financiera se desvaneció en el aire. Comenzó entonces el Periodo Especial en Cuba —años de hambre— y la ola migratoria de los balseros, que llegó hasta el final de los 90, cuando sucede la historia de Mapas difusos.
La cartografía borrosa de la emigración de la isla fue un desafío para García. Se conoce más sobre los cubanos en el sur de la Florida, alrededor de Miami, que sobre los de otra parte del continente americano o de Europa. La autora —que también escribió Las hermanas Agüero, Las caras de la suerte, Monkey Hunting— eligió a Ivanito/La Ivanita, nieto de Celia por su hija santera, Felicia, como el personaje al que de alguna manera seguir: el relato va y vuelve a su casa de Berlín, donde es lingüista de día y drag queen de noche, pero antes de instalarse allí había pasado por América del Sur, México, Estados Unidos y Moscú.
“Él tenía la mayor cantidad de dislocaciones”, siguió García. Además, la autora contaba con un buen conocimiento de la ciudad más importante de Alemania, dividida en dos durante la Guerra Fría: pasó una temporada allí mientras trabajaba en su libro Here In Berlin, el anterior a Mapas difusos. “Y Berlín es, sin duda, uno de los muchos centros del mundo”, agregó. Por lo cual La Ivanita, “el centro de esta galaxia”, quedaba muy bien allí, el sol prestado a la constelación Del Pino, donde se celebrará una atípica reunión familiar.
No obstante, los personajes tienen una gran libertad con respecto a los hechos históricos, que aparecen todos transfigurados, con los nombres de sus protagonistas cambiados o aludidos: su materia principal es la experiencia de vida, la trayectoria emocional, eso que las personas hacen cuando viven sus pequeñas historias individuales o la gran historia de la humanidad. Ese punto donde los mapas se desvanecen, como el de la Unión Soviética. Ivanito, Pilar y las mellizas reunidas Irina y Tereza se preguntan dónde pertenecen, cuánto están hechos de sus raíces —o sus fantasmas, que como el de Felisa los acompaña literalmente— y cuánto son su deriva o su desarraigo.
Cristina García en Miami Book Fair
Historias intergeneracionales: sobre la familia y la resiliencia (en inglés). La autora presenta Mapas difusos (Vanishing Maps) en una mesa redonda con otras tres escritoras que hacen lo mismo con sus libros: Patricia Engel lleva The Faraway World; Evelina Galang, Hibiscus Falls: Stories, y Ana Menéndez, The Apartment.
Cuándo: domingo 19 de noviembre, 2:30
Dónde: Edificio 3, Sala 3209 del Campus Wolfson del Miami-Dade College, en Downtown Miami (300 NE Second Ave, Miami, FL 33132)
Evento gratuito