El célebre astronauta Frank Borman, famoso por liderar la primera misión tripulada alrededor de la luna Apollo 8 en 1968, murió el martes 7 de noviembre de 2023 en Billings, Montana a la edad de 95 años, confirmó la NASA. Borman llevó a tres astronautas más lejos de la Tierra de lo que ningún ser humano había viajado antes, en un viaje que incluyó diez órbitas alrededor de la superficie lunar, a unos 96 kilómetros de altura.
Borman y su equipo tomaron la famosa foto conocida como “Earthrise” (Amanecer Terrestre) y leyeron líneas de Génesis para ofrecer un breve mensaje de aliento a una América preocupada durante la temporada navideña de 1968. A pesar de su increíble viaje espacial, Borman nunca pisó la Luna, y según su propia cuenta, nunca tuvo deseos de hacerlo.
Previamente, en diciembre de 1965, Borman comandó la misión de dos hombres de la nave espacial Gemini 7, en un vuelo de 14 días que estableció lo que en aquel entonces era un récord de tiempo en el espacio. Dicha misión logró, según registros históricos del New York Times, un importante avance para futuros viajes lunares al perfeccionar un tipo de maniobra similar a la que se requeriría cuando los astronautas eventualmente llegaran a la luna.
Después de retirarse de la NASA y de la Fuerza Aérea en 1970, Borman continuó siendo una figura pública como presidente de la problemática Eastern Airlines, posición que mantuvo hasta 1986, cuando la aerolínea fue adquirida por Texas Air. Durante su mandato, luchó por reducir los costos laborales y de gestión de la empresa a través de medidas drásticas que incluyeron un congelamiento de salarios y un plan de reparto de beneficios, el primero en la industria.
“No quería vivir el resto de mi vida con la publicidad que había recibido de la NASA y convertirme en un oso bailarín”, dijo sobre su cambio de carrera en declaraciones publicadas por Reuters. “Sabía que Eastern tenía algunos problemas y pensé que podía contribuir”.
Un “líder” fuera de serie
Frank Frederick Borman nació el 14 de marzo de 1928 en Gary, Indiana. Hijo único de Edwin Borman, dueño de una concesionaria de Oldsmobile, y Marjorie (Pearce) Borman. Desde niño, Borman mostró un gran interés por la aviación, pasión que lo acompañaría durante toda su vida.
Obtuvo una licencia de piloto a la temprana edad de 15 años y posteriormente, ingresó a la academia militar de West Point en 1950 tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, donde sirvió como piloto de combate en Filipinas. En 1957, obtuvo una maestría en ciencias aeronáuticas del Instituto de Tecnología de California y en 1960, se unió a la NASA como parte del segundo grupo de astronautas seleccionados, conocido como el “New Nine”.
A lo largo de su carrera, Borman demostró ser un líder firme y decidido. Sus colegas astronautas, incluyendo a James A. Lovell Jr., quien voló con él tanto en la misión Gemini 7 como en Apollo 8, elogiaron sus habilidades: “Entrenado como piloto de caza y conocido por sus rápidos reflejos y su excepcional capacidad para tomar decisiones, Borman fue uno de los mejores pilotos puros que tuvo la NASA”, escribió Lovell Jr. en el libro “Lost Moon” (1994) que relata la misión casi fatal Apolo 13, en la que él participó.
“Cuando Frank Borman entraba en una habitación, sabías que él estaba al mando”, escribió por su parte Andrew Chaikin en su libro “Un hombre en la Luna” el mismo año. “Había sido moldeado en West Point”, añadió Chaikin. “A los 40 años, todavía llevaba el pelo rubio sucio tan corto como el de un cadete, y todavía vivía según el sencillo lema del Point: Deber, Honor, Patria. La misión fue lo primero”, recapituló The New York Times.
En su vida personal, Borman estaba casado con Susan Bugbee, a quien conoció en la escuela secundaria. Juntos tuvieron dos hijos: Frederick y Edwin. En 1986, anunció su retiro y dio a conocer que se mudaría a Las Cruces, Nuevo México, donde ayudaría a operar el concesionario de automóviles de su hijo, trabajaría en un libro y estaría más cerca de su familia.