Como un spin-off de la 12° reunión del World Strategic Forum (Foro Estratégico Mundial), el evento anual en Miami de The International Economic Forum of the Americas (IEFA) y el Centro Adam Smith para la Libertad Económica de la Universidad Internacional de Florida (FIU), la Fundación Internacional para la Libertad (FIL) de Mario Vargas Llosa organizó el Seminario Internacional Estados Unidos y América Latina: retos y oportunidades. Con apertura del premio Nobel peruano y la presencia de expertos y prominentes figuras políticas de la región, el encuentro de tres sesiones sucedió, como el foro, en el hotel Biltmore de Coral Gables.
Los ex presidentes Juan Guaidó (interino de Venezuela) y Jorge Quiroga (Bolivia); el ex alcalde de Miami y presidente del Instituto Interamericano para la Democracia, Tomás Regalado; el director del Instituto Jack Gordon de Políticas Públicas de FIU, Brian Fonseca y el director y fundador del Centro Adam Smith, Carlos DÍaz-Rosillo, estuvieron presentes en el seminario. También la ex diputada venezolana María Corina Machado, candidata de la oposición mayoritaria para las elecciones presidenciales de 2024, envió un video para sumarse al evento, al igual que el ex presidente de Chile Sebastián Piñera.
Mario Vargas Llosa, presidente de la FIL, abrió las deliberaciones del 8 de noviembre con una celebración de aniversario: la institución había cumplido 21 años días atrás, contó. “Me alegra ver tantas caras amigas y comprobar nuevamente que todos ustedes se sienten identificados con nuestra fundación, que es también la suya, como para viajar desde lejos a fin de compartir con este grupo tan valioso una jornada dedicada a hacer el balance del año, a renovar nuestras convicciones, a sopesar los desafíos que tenemos por delante”.
El tema, retos y oportunidades en la relación entre Estados Unidos y América Latina, encontró un espacio afín en la ciudad anfitriona, popularmente considerada la capital latinoamericana por su importante migración regional. “Me alegra especialmente que esta reunión ocurra en Miami”, dijo Vargas Llosa, “no solo por lo que simboliza con su empuje empresarial, su creciente desarrollo cultural y esas cualidades que hacen de ella un imán que atrae forasteros de todas partes, sino además porque estamos empeñados en que la FIL tenga una presencia permanente en el sur de la Florida”.
Tanto la FIL como la Cátedra Mario Vargas Llosa, que se acaba de crear en FIU —lo anunció Díaz-Rosillo durante el World Strategic Forum 2023— funcionarán como “una segunda base que nos permita proyectar nuestras actividades con más eficacia y éxito, tanto en los Estados Unidos como en América Latina”. Cerró el escritor: “Aún queda mucho por hacer, como lo comprueba cualquiera que eche un vistazo alrededor y vea lo amenazada que está la libertad en nuestras tierras”.
Las relaciones peligrosas de la democracia latinoamericana
La primera mesa, que tuvo como moderador a Regalado, analizó la combinación de “enemigos verdaderos y amigos pusilánimes” para los regímenes democráticos en la región. Participaron Fonseca, de FIU; Susan Kauffman-Purcell, directora y fundadora del Centro de Políticas Hemisféricas de la Universidad de Miami (UM); Tim Padgett, periodista de la Radio Pública Nacional de Estados Unidos, NPR, y Ronald McLean-Abaroa, ex alcalde de La Paz.
Fonseca, de FIU, señaló que, si bien existen amenazas a las instituciones, “la democracia sigue siendo una herramienta increíblemente poderosa y valorada en las Américas”, y que reforzar sus capacidades bastaría “para que vuelva a avanzar en la dirección correcta”. El poder judicial de varios países demostró “su capacidad para hacer frente a las presidencias hiperpoderosas”. Y dado que el rasgo histórico del presidencialismo en la región ha sido un amenaza predominante para la preservación de las instituciones, “es necesario reafirmar los mecanismos de control y equilibrio en los gobiernos de toda América Latina, que faltan en parte por la debilidad institucional pero también por la corrupción generalizada”.
El último punto al que se refirió el el director del Instituto Jack Gordon fue la Organización de los Estados Americanos (OEA). “Es necesario recalibrar la OEA. Tenemos que replantearnos cuál es la amenaza predominante para las democracias en la actualidad: no se trata del ascenso de poderosas dictaduras militares sino de la cooptación de las reglas del juego democrático para preservar el poder e impulsar agendas que podrían ser antitéticas para el colectivo social”.
Tim Padgett, quien fundó el Latin American Report de NPR, coincidió con los oradores que lo precedieron: “Los golpes de Estado tradicionales ya no son la mayor amenaza para la democracia liberal. Más peligrosos son los líderes elegidos democráticamente que, una vez en el poder, socavan deliberada y gradualmente garantías básicas como la autonomía judicial, la integridad electoral, la prensa independiente y la libertad de expresión”, dijo.
Haber logrado elecciones regulares no implicó un progreso institucional automáticamente. “La nueva amenaza para América Latina es esta incapacidad crónica de desarrollar instituciones democráticas”, continuó Padgett. “Y la más importante de ellas creo que son los sistemas judiciales. Este problema se ve tanto en la izquierda como en la derecha en la región”. Puso como ejemplos el caso de Guatemala y la manipulación del sistema judicial para impedir que Bernardo Arévalo, el presidente elegido democráticamente, asuma en enero, y el de Nicaragua, “en el lado izquierdo del espectro, donde Rosario Murillo ha secuestrado el Tribunal Supremo”.
Juan Guaidó y Rosa María Payá
La segunda mesa del Seminario Internacional Estados Unidos y América Latina: retos y oportunidades, titulada “Desafíos de América Latina”, fue presentada por el periodista venezolano Marcel Granier, y contó con la participación de Guaidó y Rosa María Payá, activista cubana, hija de Oswaldo Payá, quien creó el Proyecto Varela y fue un referente de la oposición en Cuba hasta su muerte en 2012, en un accidente automovilístico que causó sospechas entre sus seguidores. El cierre quedó a cargo de Leland Lazarus, director asociado de investigación en el Instituto Jack Gordon de FIU.
“La democracia está bajo ataque”, comenzó el ex presidente interino de Venezuela, “y eso significa que la gente está bajo ataque”. El 25% de la población de su país, 8 millones de personas, han emigrado. “Estamos hablando de 8 millones de seres humanos que, debido al ataque a la democracia, hoy están sufriendo. Cuando hablamos de democracia hablamos, en definitiva, de proteger a los más vulnerables, de dar herramientas para el futuro”.
Guaidó criticó al “populismo autoritario” que ubicó como reto de la región (“los que introdujeron la palabra pueblo simplemente para aprovecharse de él y mantener a toda costa el poder”) y los riesgos de seguridad que se le asocian: “Hoy América Latina es cobijo del narcotráfico y del terrorismo”. Por último, el político venezolano desarrolló el problema de la desinformación en su país: ”Estamos hablando de un aparato de propaganda que utiliza repetidoras como RT, Sputnik y Telesur para no solamente la penetración cultural, sino también con un elaborado esquema de operaciones psicológicas para aniquilar moralmente a la alternativa democrática”.
Payá habló del apoyo que necesitan aquellos que están en el terreno. “Conozco las consecuencias del abandono de la comunidad internacional a los demócratas que están poniendo alma y cuerpo en la confrontación contra el totalitarismo”, dijo. “Ese abandono es, en importante medida, responsable de que Fidel y Raúl Castro hayan determinado en julio del 2012 ejecutar a mi padre y a mi amigo Harold Cepero. Esas son las consecuencias del abandono, del doble estándar”. Pidió que se mantenga ese apoyo “a María Corina Machado y a todo el pueblo venezolano en su camino hacia la democracia”.
Lazarus habló sobre el reto de la presencia de China en América Latina. “Este año es el 10º aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (también conocida como Nueva Ruta de la Seda) y hay 22 países latinoamericanos que son signatarios”, recordó. “China ya es un inversor muy importante para muchos países, es un socio económico muy importante para los países del sur, especialmente en el triángulo del litio: Argentina, Bolivia y Chile”.
Sin negar que eso “ha generado muchos beneficios económicos para varios países en la región”, el experto de FIU se centró en “el modo en que las entidades chinas amenazan a la región en el mediano y el largo plazo”. Primero habló “la exacerbación de la corrupción” y dio el ejemplo de la compañía China Harbour Engineering Company (CHEC). “En Bolivia, el año pasado hubo un escándalo porque esta empresa pagó sobornos a funcionarios locales para ganar contratos de ferrocarriles y carreteras. Y la CHEC tiene proyectos en muchos países en la región”.
Luego abordó el daño ecológico. “A todos los líderes del de la región, de todo el espectro político, les importa la protección del medioambiente y, desafortunadamente, muchas empresas estatales chinas no acatan las normas, como en el caso de la Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair de Ecuador, que causa erosión del río y daños a una comunidad indígena”. Por último, Lazarus se refirió a “la tecnología de vigilancia” que exporta China “bajo el disfraz de las ciudades inteligentes, pero es un deterioro de la democracia”.
El mensaje de María Corina Machado
La última mesa, “El futuro de América Latina: un diálogo presidencial”, moderada por Díaz-Rosillo (FIU), presentó a los ex presidentes Quiroga y Piñera, a la candidata opositora venezolana Machado y a Dionisio Gutiérrez, presidente de la Fundación Libertad y Desarrollo, de Guatemala. El cierre quedó a cargo de Álvaro Vargas Llosa, periodista peruano.
“Desde Caracas, me complace muchísimo hacerles llegar mi saludo, mi reconocimiento y mi agradecimiento por todos estos años de trabajo en defensa de la libertad en nuestras naciones”, abrió Machado el video que envió. “Estamos viviendo un tiempo único en Venezuela, que marca un antes y después en nuestra lucha ciudadana. Esa Venezuela que a principio de año se veía apagada y que muchas personas aliadas de nuestra causa sentían que no tenía oportunidad real de cambio”.
El despertar del 22 de octubre, como lo llamó, cuando “contra todos los obstáculos y todos los pronósticos, el país entero salió a la calle y demostró su amor por la libertad y por Venezuela, en una demostración de organización cívica realmente inédita”. Se refería a las elecciones primarias de la Plataforma Unitaria Democrática, que la convirtieron en líder de la oposición.
“Logramos una enorme legitimidad para una nueva representación ante la comunidad internacional. Y logramos demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de hacer frente a la persecución frente al chantaje, la extorsión, la censura y el miedo que busca imponer el régimen. Se impuso el amor por la libertad y el anhelo de traer a nuestros hijos de vuelta a casa. Les pido que nos acompañen en estos días por venir, que serán tremendamente retadores”, cerró Machado.
Piñera planteó el problema del retroceso de la democracia: “No me refiero a Cuba, Nicaragua o Venezuela, sino a graves retrocesos de la democracia y de las libertades en muchos otros países de nuestro continente. Por la mala calidad de la política, la debilidad de las instituciones, la demagogia y el populismo, el narcotráfico y el crimen organizado. Y el estancamiento económico: desde 2013 hasta 2023 el ingreso per cápita en América Latina se ha estancado y los problemas sociales han crecido”.
Quiroga coincidió, pero fue más lejos: “En un momento avanzamos en una buena dirección, el reconocimiento internacional de Juan Guaidó mostró que había un impulso regional y global para defender la democracia. Pero hoy estamos en retroceso. ¿Y cuál es el drama? Que en los seminarios hablamos de populismo. No es populismo: son tiranías puras y duras. Cuba, Venezuela, Nicaragua son dictaduras y mi país está en lista de espera, y por eso me desespero. Ahora se dirime si vamos a tener que tolerar una región que no sea como dice la Carta Democrática, libre e independiente, sino híbrida”.
Vargas Llosa habló de “una degradación enorme de los valores de la democracia liberal y de su liderazgo”, que no se da solo en América Latina sino también en el mundo desarrollado. “Hay una degradación de los valores que hicieron de esa zona el paradigma”. En su visión, los atentados del 11 de septiembre de 2001, la crisis financiera de 2008 (”que fue mucho más que eso: fue una crisis de confianza en el sistema capitalista”) y la pandemia “introdujeron unos elementos psicológicos que agravaron el clima que ya venía dándose en el seno de las democracias occidentales”.
A ese cuadro le sumó dos elementos: “se inició un desenfreno monetario y fiscal en los países más avanzados, que no tiene precedentes en la historia de la humanidad”, argumentó, y “emergieron unas dictaduras y unos liderazgos autoritarios que se prestigiaron en las zonas de influencia de la democracia liberal capitalista”. Por último, agregó “una capa más de complejidad: la deformación de la información”. Antes había instituciones intermedias entre los hechos y el individuo: “Uno tenía que ir a los grandes medios de comunicación para recibir información, uno tenía que relacionarse con la política a través de partidos constituidos. Esas instituciones intermedias han volado en pedazos”.
Paradójicamente, el poder enorme que ganó el individuo, “no solamente de comunicación sino también de la valoración de sí mismo” se relaciona con la crisis de confianza en el sistema capitalista. “Todo se cuestiona, todo es inmediatamente estigmatizado. Todo el mundo es un mal presidente, un mal gobierno, un partido político deplorable”. Concluyó Vargas Llosa: Como liberal no quiero la concentración del poder en pocas manos, quiero que los individuos sean poderosos. Pero estamos en un proceso muy complicado en que los partidos políticos se desprestigian, los gobiernos se desprestigian, las instituciones de la justicia se desprestigian y en el seno de la democracia liberal se produce una enorme crisis de de confianza”.