Elon Musk se prepara para hacer historia con su empresa Neuralink Corp, lanzando su primera prueba clínica para un implante cerebral revolucionario. La operación involucra la extracción de una parte del cráneo por un cirujano, permitiendo a un robot insertar electrodos y cables ultrafinos en el cerebro del paciente. Con este dispositivo del tamaño de una moneda, se espera leer y analizar la actividad cerebral de la persona para enviar esa información de manera inalámbrica a un portátil o una tableta cercana.
El voluntario ideal para esta prueba clínica sería un adulto menor de 40 años con las cuatro extremidades paralizadas. La misión de Neuralink consiste en demostrar que se puede recolectar datos útiles de manera segura a partir del córtex pre-motor del paciente, esperando convertir los pensamientos de una persona en una serie de comandos que una computadora pueda interpretar.
Esta tecnología se sumerge en un terreno donde otras empresas y equipos de investigación ya han creado implantes que permiten a los pacientes realizar tareas básicas con sus pensamientos, como hacer clic en objetos de una pantalla con un cursor, señaló Bloomberg.
En plena competencia con otras dos compañías, Synchron y Onward, que tienen más de un año de ventaja en ensayos clínicos con implantes cerebrales y tecnología relacionada, Neuralink ha despertado una atención abrumadora. Sin embargo, Bloomberg reportó que hay cierto escepticismo sobre la conveniencia de que el controvertido Musk esté al frente del desarrollo de dispositivos de control mental, y que la tecnología pueda estar sujeta a un calendario apresurado.
A pesar de las preocupaciones, el ensayo de Neuralink genera expectativas. Si el producto funciona según lo previsto, mejora la vida de millones de personas que sufren de parálisis, derrames cerebrales, esclerosis lateral amiotrófica, pérdida de audición y visión.
En la actualidad, Alejandro Rodríguez, director de proyectos especiales de Neuralink, afirmó que “no podemos explotar los tres primeros”, al destacar los riesgos críticos que implica la experimentación de este tipo de tecnología en seres humanos.
Durante años, el implante a superar ha sido el Utah array, que se implanta en el cerebro a través de una craniotomía, proceso mediante el cual se corta un gran agujero en el cráneo del paciente. A pesar de los grandes avances en la utilización de este dispositivo, su diseño engorroso y su necesidad de operación especializada y mucho cuidado médico, lo han mantenido confinado en su mayoría a los laboratorios de investigación.
Desde 2016, Neuralink recaudó más de USD 500 millones gracias al atractivo de su apuesta tecnológica, y atrajo a inversores hacia otros esfuerzos de interfaz cerebro-ordenador, incluyendo proyectos universitarios de larga data y startups más recientes. Junto a esta tendencia, Neuralink ha impulsado el desarrollo de un implante en el cerebro parecido a un ordenador generalizado, con más de mil electrodos para recoger datos cerebrales, en comparación con los 16 de los dispositivos competidores, detalló Bloomberg.
Musk destacó por la insistencia de traer manufacturas esenciales a sus propias instalaciones y la empresa incluso produce sus propios semiconductores, algo extremadamente raro en el negocio de dispositivos médicos. Así, han transformado un antiguo bar de lanzamiento de hachas en Austin en una línea de producción de implantes de 1.115 metros cuadrados y un centro de pruebas.
En este proceso, el magnate ha exigido a su equipo hacer más y más rápido, queriendo que el robot pueda realizar la cirugía en menos tiempo y sin ayuda de un cirujano humano. Ante estos desafíos, los científicos se muestran preocupados por la distancia existente entre las demandas de su jefe y las capacidades físicas de su hardware. Sin embargo, el respaldo de Musk parece dar confianza al personal en que sus peticiones son posibles de alcanzar en base a su experiencia.
Dentro de las metas a largo plazo de Neuralink se encuentra tener esta tecnología disponible para miles de millones de personas y superar nuestras capacidades biológicas. Aunque algunas empresas competidoras han superado a la compañía en ensayos humanos, el tipo de tecnología de Neuralink está más cercano a ser un computador generalizado dentro del cerebro.