La industria agrícola en el condado de Miami-Dade, que antes proveía a la nación con frutas y verduras durante los meses invernales, enfrenta ahora una encrucijada. Un estudio reciente realizado por la Universidad de Florida, por encargo del condado, resalta una disminución alarmante en las tierras de cultivo, lo que amenaza la viabilidad económica de esta vital industria.
Los datos revelan una caída drástica en las áreas dedicadas a la agricultura. En 1959, el condado disponía de 48.562 hectáreas (120 mil acres) de tierras agrícolas; cifra que se redujo a 23.713 hectáreas (58.606 acres) en 2017, según los registros para exenciones fiscales agrícolas.
Además, el censo identifica 31.768 hectáreas (78.543 acres) de tierras agrícolas en el mismo año. El informe proyecta que, para 2030, serán necesarios al menos 26.221 hectáreas (64.800 acres) de tierra cultivable para mantener la viabilidad económica, en vista de la rápida desviación de estas tierras hacia otros fines.
Actualmente, una gran porción de tierras que antes se dedicaban al cultivo de frutas y verduras, ahora se destinan a la producción de plantas de vivero y ornamentales, que ocupan el 35% de las tierras cultivables. El cultivo de hortalizas y huertos frutales se mantiene en un 38% y 27% respectivamente.
A pesar de esta transformación, las granjas del condado aún dirigen el 89% de su producción hacia el noreste, el centro de Estados Unidos y Canadá, lo que genera un flujo constante de ingresos que, según el informe, “inyecta dólares en la economía local, estimulando una actividad económica adicional.”
El año 2017 marcó un punto de referencia, con 2.752 granjas en el condado, lo que dio ventas por USD 830 millones en 31.768 hectáreas (78.543 acres), y acumuló USD 3.25 mil millones en activos agrícolas. Sin embargo, un memorando de la alcaldesa Daniella Levine Cava destaca una pérdida de más del 10% de las tierras agrícolas en los últimos seis años, una tendencia que, de continuar, podría desplazar al condado de su posición relevante como zona agrícola.
El informe, solicitado por la comisión del condado en mayo de 2022, tenía como objetivo documentar las tendencias económicas asociadas con los cultivos predominantes, identificar factores de sostenibilidad, explorar tecnologías emergentes y proyectar las necesidades de suelo para las próximas décadas.
Se descubrió que la adopción de nuevas tecnologías, como la acuicultura del salmón en expansión cerca de Homestead, junto con la eficiencia laboral, podrían mantener la relevancia de la industria, aunque en una escala reducida. Las estimaciones sugieren una necesidad de 26.221 hectáreas (64.800 acres) en 2030, 24.624 hectáreas (60.900 acres)en 2040 y 22.784 hectáreas (56.300 acres) en 2050.
Según el Plan Maestro de Desarrollo Integral del condado, se designan 27.940 hectáreas (69.072 acres) para uso agrícola tanto en 2030 como en 2040. El informe del alcalde señala la dificultad de revertir la utilización de tierras agrícolas a desarrollo y viceversa.
El estudio ofrece cinco recomendaciones clave para fortalecer la industria agrícola, que actualmente emplea a 12.836 trabajadores:
- Perseverar en las directrices vigentes sobre la utilización del suelo al emplear el Límite de Desarrollo Urbano para regular el avance urbano, restringir el desarrollo rural de baja densidad, conservar áreas destinadas a la agricultura y contener la expansión urbana.
- Ejercer presión ante las autoridades estatales y federales para alcanzar “tratos comerciales internacionales más propicios que resguarden la agricultura nacional frente a la competencia extranjera”.
- Coordinar esfuerzos a nivel estatal y federal para establecer un programa para trabajadores agrícolas invitados que resulte menos oneroso que el actual.
- Sostener un respaldo sólido del condado hacia la agricultura.
- Colaborar con entes reguladores estatales y federales “para evaluar modificaciones en las normativas de gestión hídrica” en relación con las precipitaciones intensas y la elevación del nivel del mar.