La ciudad de Orlando, Florida, tiene la intención de adquirir la propiedad de la discoteca gay Pulse Nightclub, lugar en el que fueron asesinadas 49 personas hace siete años, con el propósito de erigir un memorial permanente en honor a las víctimas y los miembros de la comunidad que se vieron afectados.
El anuncio fue hecho por Buddy Dyer, alcalde de la ciudad, e implica que el consejo considerará la propuesta de compra del inmueble por USD 2 millones en su sesión de la próxima semana. De aprobarse la venta, se concluirá para finales de octubre, según informó NBC.
“Con el fin de resolver los desafíos de una manera que una a nuestra comunidad en amor, aceptación y asociación, que es el legado perdurable de Pulse, hemos decidido comprar el terreno a sus propietarios actuales”, dijo Dyer en un comunicado.
Según comenta la comisionada de la ciudad, Patty Sheehan, a FOX 35 Orlando, nadie en el consejo se ha opuesto vocalmente a la propuesta. La fundación sin ánimo de lucro onePULSE Foundation, que hasta ahora lideraba los esfuerzos para construir un monumento y un museo, ha expresado su gratitud hacia la ciudad por garantizar que el Memorial Nacional de Pulse estará situado en el lugar de la discoteca, lo cual siempre fue la esperanza de las familias de las 49 víctimas.
Esta fundación decidió concluir su contrato de arrendamiento y entregar el memorial interino a los propietarios del terreno, Barbara y Rosario Poma, además del empresario Michael Panaggio. La organización también ha declarado que se está retractando de sus planes para un gran monumento con un presupuesto de USD 100 millones, debido a dificultades para recaudar los fondos.
El 12 de junio de 2016, Omar Mateen abrió fuego en la discoteca, dejando un saldo de 49 muertos y 53 heridos. Durante el violento ataque, el asesino llamó al canal de televisión local News 13 y se identificó como el “pistolero del club nocturno”, informó The Washington Post. Posteriormente, el victimario fue ultimado después de un enfrentamiento de tres horas con miembros del equipo SWAT. Más adelante, se dio a conocer que el victimario había prometido lealtad al grupo Estado Islámico.
En su momento, fue el tiroteo masivo más mortífero en la historia moderna de los Estados Unidos, hasta que el año siguiente murieron 58 personas y más de 850 resultaron heridas en un festival de música country en Las Vegas, donde se congregaban 22 mil personas, señaló NBC.